MIRUTS YIFTER: EL CAMPEÓN OLÍMPICO AL QUE RODEÓ EL MISTERIO
La edad de este bicampeón olímpico siempre fue un misterio. La controversia sobre su año de nacimiento es tan grande que, para cuando ganó sus oros en los Juegos de Moscú 80, para unos tenía 33 años mientras que para otros en realidad tenía 42. El rango es demasiado grande. Él siempre eludió la cuestión: “Me pueden robar mis pollos, me pueden robar mis ovejas, pero ningún hombre puede robarme mi edad”, afirmó contundentemente Miruts Yifter, nuestro protagonista.
Este corredor etíope trabajó en su juventud condiciendo camiones y en diversas fábricas. No se dedicó al atletismo -en realidad podríamos decir que no fueron descubiertas sus habilidades en el deporte- hasta que se alistó en el ejército, concretamente en la Guardia Imperial de Haile Selassie. Ese fue el verdadero nacimiento de su carrera como atleta.

Aunque ya fue llamado para formar parte del equipo nacional para los Juegos Olímpicos de México 68 en realidad no llegó a debutar hasta los siguientes, celebrados en Múnich. Allí ya se hizo con su primera medalla, el bronce en los 10.000 metros, pero otro misterio que envolvió su carrera tuvo lugar en esa cita olímpica. Yifter tenía que haber competido en la final de 5.000 metros, pero no se presentó y nunca fueron aclarados los motivos. Varias teorías pretenden explicar la causa: una cuenta que su entrenador se confundió de pista de entrenamientos y Miruts no pudo llegar a tiempo; otra varía únicamente en que fue el propio atleta el que se confundió; otros cuentan que fue la seguridad del estadio el que le impidió entrar a pista; otra teoría cuenta que simplemente se perdió por los pasillos del estadio y, finalmente, no falta una teoría conspiratoria que cuenta que no se le permitió participar por razones políticas. Lo peor no fue ni siquiera haber perdido una clara oportunidad de conseguir una nueva medalla olímpica, sino que a la vuelta a su país se le consideró un “traidor a la nación”, llegando incluso a ser encarcelado durante tres meses.
Sea como fuere, Yifter tuvo que esperar dos ciclos olímpicos para poder alzarse con alguna medalla más, puesto que no pudo acudir a los Juegos de Montreal 76 debido al boicot realizado por los países africanos. Pero sería en los Juegos de Moscú 80 donde culminaría su carrera deportiva con sendos oros, uno en los 5.000 metros y otro en los 10.000. Al ganarlos se convirtió en el atleta de más edad en conseguir proclamarse campeón olímpico, tanto si fue con 33 años como con 42 (es verdad que su aspecto físico indicaba más bien la segunda opción). En la final de los 10.000 metros -en la que el finlandés Lasse Virén , que fuera campeón olímpico en esa distancia en Múnich 72, intentó escaparse, para después hundirse – el corredor etíope realizó un ataque a falta de 300 metros que aún se recuerda, sacando en meta a su rival más inmediato diez metros. Este cambio de ritmo, casi podríamos decir que “cambio de marcha”, algo característico en él, hizo que se ganara el apodo de Miruts Yifter “the Shifter”, eso es, el que cambia. En cuanto a la final de los 5.000 m Miruts se vio encajonado durante la última vuelta. De nuevo a 300 metros de la meta sucedió algo que le llevaría hasta la victoria: su compatriota Mohamed Kedir se apartó, permitiéndo de esta manera que Yifter esprintara con mayor facilidad para finalmente vencer.
Los dos oros olímpicos le hicieron ascender al grado de coronel, para más tarde dedicarse a ser entrenador en países extranjeros. Contemos antes de finalizar una anécdota de este atleta etíope. Ocurrió en 1971 en un Meeting que tuvo lugar en Carolina del Norte. Yifter no estaba familiarizado por aquel entonces con los números árabes, así que no se enteró bien del número de vueltas que faltaban en una carrera de 5.000 metros. En su cabeza llevó mal la cuenta de las vueltas y, cuando iba en el puesto de líder, atacó (su famoso “cambio de ritmo”) demasiado pronto para acabar perdiendo.
Para que nos demos cuenta de la importancia de Yifter diremos que la leyenda del atletismo Haile Gebreselassie una vez afirmó: “Miruts lo fue todo para mí y mi carrera atlética. Cuando empecé a correr quería ser como él. Él es la razón de lo que soy ahora y lo que he logrado”.

Un comentario
Virginia Bernardi Garrido
Los grandes atletas siempre sobresalen contra viento y marea.