Entrevistas

FÁTIMA GÁLVEZ Y ALBERTO FÉRNANDEZ: “ERA DE JUSTICIA QUE GANÁRAMOS EL ORO EN TOKIO 2020 PARA NUESTRO PAÍS Y NUESTRO DEPORTE”

Dos tiradores top a nivel mundial. Acudieron a los Juegos de Tokio con serias aspiraciones no ya de medalla, sino del oro individual. Ella disputaba sus terceros Juegos, habiendo quedado quinta en los de Londres 2012 y cuarta, a las puertas del podio, en Río 2016. “En Río estaba persiguiendo un sueño y me quedé a las puertas, ni siquiera pude rozar la medalla. Es muy duro, porque hemos tenido muchas derrotas en nuestra carrera deportiva pero no nos habituamos todavía a perder una medalla de esa magnitud. Esa derrota me sorprendió muchísimo y la verdad es que me costó trabajo levantarme y aprender de ella”. Tokio no la auparía como debiera acorde a su magnífico palmarés, que incluye seis medallas en Mundiales, quedando en 14º lugar en el torneo individual. Pero ella, Fátima Gálvez, no se iba a ir de la capital japonesa ni mucho menos de vacío.

Hablábamos de dos, ¿quién es el segundo tirador? Es Alberto Fernández, disputando sus cuartos Juegos. Poseedor también de un palmarés internacional excelso que no se había visto reflejado en Juegos Olímpicos. En Tokio acabó noveno en el torneo individual. pero (y este es un gran pero) saldría con una medalla de oro colgada al cuello: la del torneo mixto de foso olímpico, junto a Fátima. Satisfacción absoluta de ambos, como no podía ser de otra manera.

Foto de AP

La final mixta no careció de emoción hasta el último tiro. A una serie de fallos de Fátima Alberto respondió con frialdad: “Yo viví muy bien la final, muy tranquilo. El hecho de tirar con ella es un orgullo porque se supo rehacer; otra persona igual no lo hubiera hecho, ella sí que lo hizo. Para mí fue muy fácil tirar con ella. Sabía que íbamos a ganar. A toro pasado es muy fácil decirlo, pero yo estaba convencido. Lo habíamos hablado antes. La final la disfruté; estábamos en una final olímpica y teníamos medalla segura y para mí era disfrutar”, nos cuenta Alberto. Contrariamente a lo que pueda parecer, los fallos iniciales de Fátima no se debieron a los nervios o presión por una final, sino que tienen una explicación técnica que nos cuenta la propia protagonista: “Mi mal comienzo en la final mixta fue debido un poco a todo. Nosotros tenemos las tablas suficientes para saber templar los nervios en ese momento. También es verdad que viniendo de Brasil sin medalla no quería dejar de escapar la oportunidad de ganar una medalla junto con mi compañero Alberto de oro, porque la de plata ya la teníamos. El problema que tenía yo principalmente era de falta de visibilidad con respecto a la salida. Yo tengo una técnica particular y no veía el plato en la salida y eso fue lo que me hizo cometer más de un error en la final, aparte de cansancio que teníamos acumulado, la presión…al final es un cómputo de todo”. Porque la tiradora cordobesa es zurda pero tiene que tirar como diestra: “Yo siempre he sido zurda y la primera vez que cogí un arma la cogí con la izquierda pero mi padre, por el tipo de arma, me dijo que esa escopeta se pone en la derecha y ahí fueron mis primeros disparos, siempre en la derecha. La dominancia del ojo en mi caso es izquierdo, si llega a ser diestro no existe ningún problema. De ahí la dificultad de no focalizar, no localizar bien los platos en la salida. Es mucho más complejo de lo que parece”.

Los comienzos de ambos en este deporte fueron similares, siguiendo los pasos de sus respectivos padres. Fátima nos cuenta: “A los cinco años tuve la primera toma de contacto con el tiro al plato pero empecé a competir a los once. Los primeros tiros fueron a los ocho años. Me aficioné viendo los Juegos de Barcelona, una final olímpica en la que una mujer ganó a dos hombres, lo que cual me impactó muchísimo. Siempre había visto competir a mi padre y tuve la suerte de que me gustó y que mi padre quiso enseñarme”, mientras que Alberto nos dice: “Empecé igual, de la mano de mi padre. Mi padre es aficionado y yo iba con él. Cuando tenía ocho o nueve años me dejó probar con tan mala suerte que rompí el plato”, nos cuenta sin abandonar el humor que le caracteriza.

En la final tenían claro que iban a por el oro, pero el que más convencido estaba era el componente masculino: “Antes de entrar en la final por respeto a ella no hablé con ella de esto, pero con el entrenador le dije ´Estaros tranquilos, que vamos a ganar´”. Fátima escuchó esas mismas palabras en el momento de más tensión: “Cuando fallé el último plato que nos daba la victoria miré a Alberto y me dije “Madre mía, aún tenemos una oportunidad de ganar por shoot-off en caso de que no rompan [los rivales]”, pero ya había más tensión y me dijo con total tranquilidad y calma “Ganamos nosotros” y efectivamente ganamos”. Según la tiradora “lo más difícil era entrar en final. Lo que siempre perseguimos fue luchar directamente por el oro. Yo creo que el trabajo previo lo hicimos perfectamente y tuve la gran suerte de competir con Alberto, el cual me supo salvar y cubrir la espalda en esos momentos de mayor debilidad. La plata la teníamos garantizada pero nosotros íbamos a por el oro porque nos habíamos quedado muchas veces a las puertas de ganar muchas medallas a lo largo de este ciclo olímpico y siempre pensamos los dos que al final se tenía que ver recompensado en los Juegos Olímpicos, teníamos la esperanza de que eso se iba a cumplir y se cumplió”.

Son conscientes de que esa medalla de oro puede haber tenido consecuencias positivas para su deporte en España: “Llevamos toda la vida compitiendo juntos y creo que era de justicia que tanto él como yo, siendo los representantes masculino y femenino del tiro español, ganáramos esta medalla para nuestro país y para nuestro deporte. Que valoren el esfuerzo, los años de sacrificio, que es un deporte como otro cualquiera, que somos los grandes desconocidos, siendo una de las federaciones con más federados de España”, afirma Gálvez. Alberto es de la opinión que “después de esta medalla el tiro español tiene mucha mayor visibilidad, mucha más gente pregunta y conoce este deporte, que para nosotros es muy importante que lo conozcan, no ya que lo practiquen, sino que lo conozcan. Llevábamos 17 años sin tener medalla en los Juegos y encima conseguimos el primer oro. Mucha gente nos dijo que querían ver nuestra final porque era una posibilidad de oro”.

A diferencia de lo que ocurrió en otros deportes, los tiradores agradecieron la falta de público en Tokio 2020 ya que su deporte requiere concentración máxima: “Yo [Fátima] en parte agradecí que no hubiera público porque en los anteriores Juegos había muchísimo jaleo en las gradas, cuando nuestro deporte requiere de tranquilidad, precisión, concentración y en las finales que yo disputé no había ninguno de esos criterios e incluso jugaban con esa baza de armar más jaleo para que las rivales fallaran”. Su compañero añade: “Además estamos acostumbrados a que en las Copas del Mundo el público son los tiradores; no hay ruido, hay mucho respeto. A mí personalmente el que no hubiera público me vino genial”.

Alberto Fernández no lamentó no haber alcanzado la final individual, que a priori estaba a su alcance: “En la competición individual hice un gran porcentaje, consiguiendo una marca que venía persiguiendo de 121-122. Acabé con 122. En la muerte súbita me quedé fuera pero me quedé contento porque al final había cumplido con el objetivo, que era hacer una buena marca para ir a la final, aunque no entrara. Me faltaba mi compañera. En otros Juegos no tuve compañera, en los de Tokio sí y afortunadamente el tirar junto a ella logramos esa medalla tan preciada”. De hecho, afirma haber preferido llevarse la medalla de la competición mixta: “A mí me ha sabido mejor esta medalla que si hubiera ganado una individual. Ya hablé con ella antes de ir a los Juegos y se lo dije, que si me daban a elegir un oro entre individual o por equipos elegiría ganarlo con ella porque creo que se disfruta más, en la preparación, la experiencia, la convivencia, el trabajo, el estar allí en Tokio, que ella me apoyaba porque también son momentos muy duros y tienes un apoyo donde llorar”.

Sí que hay un lamento, aunque se lo toman desde el punto de vista positivo: no podrán reeditar medalla en París 2024 ya que desaparece la prueba mixta de foso: “En París 2024 no va a estar esta prueba mixta pero vamos a ser un equipo igual y nos vamos a apoyar porque esta experiencia nos ha hecho ver que siendo un equipo podemos conseguir muchas cosas. Seguiremos trabajando juntos, aunque compitamos en individual, pero seguiremos siendo un equipo”. Exudan positivismo y confianza. Tokio les dio lo que los Juegos Olímpicos les debían desde hacía varias ediciones.

Foto del COE

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