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MAGGIE MacNEIL: LA CAMPEONA OLÍMPICA QUE PROVOCÓ POLÉMICA EN CHINA A SU PESAR

Cuando Maggie MacNeil ganó -de forma inesperada para la gran mayoría- el oro en los 100 metros mariposa de los Juegos de Tokio 2020 no se esperaba las repercusiones que iba a tener su victoria. Para empezar, ni se enteró de que ganaba, pues sus problemas de visión para ver de lejos le impedían ver la lista de resultados finales en los marcadores de la piscina, en el extremo opuesto adonde se encontraba ella. Maggie entrecerró los ojos, escuchó su nombre por megafonía y esperó que dijeran que se había convertido en la nueva campeona olímpica. Pero la avalancha de mensajes en redes sociales tras su victoria estaba por llegar.

Sus problemas de vista para verse campeona

Porque Margaret MacNeil, compitiendo por Canadá, provocó críticas a una ley china por parte de los propios ciudadanos chinos. ¿La razón? Maggie nació en China y fue abandona por sus padres por la política de un hijo, vigente en el gigante asiático durante tres décadas. Además de prohibir a las parejas chinas tener más de un hijo discriminaba especialmente a las niñas, despreciadas directamente. Ese fue su caso. Abandonada en un orfanato, fue adoptada por un matrimonio canadiense. Huelga decir que Maggie se siente canadiense, pues allí ha vivido toda su vida y su entorno es canadiense al 100%. Pero ver cómo una chica nacida en China se convertía en campeona olímpica en los Juegos de Tokio enfureció a más de un ciudadano chino no por ir contra ella, en absoluto, sino contra la ley china que fue lo que provocó su salida del país. Y, lo que es mucho peor, no se trataba de haber “dejado escapar” a una campeona, sino de que, a causa de la citada ley, muchas niñas fueron abandonadas. Unas pocas tuvieron la fortuna, como Maggie, de ser adoptadas, pero otras no corrieron la misma suerte. Es más, muchos chinos que comentaron el hecho en las redes sociales a raíz de su triunfo olímpico se preguntaron qué habría sido de Maggie si no hubiera sido adoptada por unos canadienses. Muchos aventuraron que “se habría perdido” teniendo incluso que abandonar la escuela “para mantener a un hermano menor”. En definitiva, que a causa de la política del hijo único China perdió a muchos talentos femeninos, no solo en el deporte, sino en todas las áreas profesionales.

Foto de Aleksandra Szmigiel/REUTERS

Polémicas aparte, Maggie MacNeil se puso a “nadar en serio” a raíz de seguir la natación por televisión en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. A partir de ese momento fue un modelo de excelencia. A nivel universitario en la exigente competición de la NCAA, donde participaba defendiendo los colores de la Universidad de Michigan. Más tarde su participación en el Mundial de 2019 -ya defendiendo la bandera canadiense- la colocó en el mapa como una de las mejores nadadora futuribles, si no presentes. Ni corta ni perezosa batió el récord mundial y, por descontado, a su máxima rival, la sueca Sarah Sjoström, en los 100 mariposa del Mundial celebrado en 2019 en Gwangju. Eso sin contar más medallas, en ese y el sucesivo Mundial de Budapest de 2022, todas ellas en relevos. Los relevos, precisamente, hicieron que se colgara en el cuello otras dos medallas olímpicas en Tokio: las de 4×100 libres y 4×100 estilos (plata y bronce, respectivamente).

Todo, salvo sus problemas de vista, parecía marchar miel sobre hojuelas en la vida de Maggie, pero entonces aparecieron problemas de salud mental que provocaron que, tras el sorprendente éxito olímpico, la joven nadadora sintiera el peso de la presión caer sobre ella y decidiera minimizar sus apariciones en competiciones oficiales, incluyendo el Mundial de Budapest de 2022, al que sólo acudió tomando parte en las pruebas de relevos. Y es que a Maggie le ha pesado el que siempre se espere que gane, algo que ha hecho desde sus inicios. Su trayectoria es tan brillante como exigente hacia su persona. Convertirse en una de las mejores mariposistas de la historia ha sido demasiado para ella. “Es duro estar siempre entre las mejores. La presión ha podido conmigo”, declaró a la cadena CBC. La joven MacNeil ha llegado a sufrir ansiedad después de Tokio 2020, ha llegado a creerse que era invencible, según sus propias palabras. “Los retos post-olímpicos se me han hecho duros”. Afortunadamente se ha sentido apoyada por su federación nacional, que ha trabajado con ella directamente de forma individual sin imponerle normas estrictas. Ahora se espera que esté motivada de cara a cita olímpica de París 2024. Seguro que el talento de Maggie MacNeil no llegará a perderse gracias al trato adecuado.

Foto de DPA

Un comentario

  • Virginia

    El machismo que hay en todas partes se vuelve contra quien lo practica,(véase lo del hijo único de China),¿qué hubiese pasado si ella se hubiese quedado en el país de nacimiento?,no lo sabremos.
    Que historia, tuvo que luchar contra el crono y contra sus miedos y parece que lo supera,me gusta poder leer que lo superó.

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