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CONSTANCE LEWIS, LA DUQUESA DE WESTMINSTER QUE LLEGÓ A SER MEDALLISTA OLÍMPICA

En los Juegos Olímpicos ha abundado la presencia de la nobleza o incluso realeza especialmente en el deporte de la vela. Pero no resulta fácil imaginar que un caso lo encontramos en una mujer y en la lejana edición olímpica de 1908. Fue en esa cita, que tuvo lugar en Londres, donde intervino nuestra protagonista, que respondía al nombre de Constance Edwina Lewis, nacida con el apellido de Cornwallis-West en 1877 y que vivió casi cien años, pues falleció en 1970. Ella fue una de las dos únicas mujeres en tomar parte en la competición de vela de esos Juegos y lo hizo por partida doble: como dueña de la embarcación ´Sorais´ y como tripulación reserva del mismo yate. Para más inri, dicho yate -que competía en la clase de 8 metros- se hizo con la medalla de bronce. Se da la circunstancia de que ella misma entregó los diplomas a los participantes en otros deportes en aquellos Juegos.

Conozcamos un poco más su fascinante vida. Era conocida con el nombre de Shelagh. Su padre era miembro del Parlamento y tenía un alto grado como militar. Su hermana Daisy llegó a ser princesa al casarse con Hans Heinrich XV von Hochberg mientras que por parte de su hermano George quedó lejanamente emparentada con el mismísimo Winston Churchill, ya que George se casó con la que era su madre. Constance obtuvo el título de Duquesa de Westminster al casarse con Hugh Grosvenor, quien resultó ser uno de los hombres más ricos del mundo de su época.

Al principio todo fue estupendamente en el matrimonio, pues compartían aficiones deportivas, entre las que se encontraba la vela y las carreras de coches (por cierto, hay que citar que una hija del matrimonio, Mary Constance Grosvenor, llegó a ser piloto de carreras y de rallys). Pero pasados unos años las cosas se torcieron. Primero con la temprana muerte (a los cinco años) de su único hijo en medio de una operación de apendicitis en ausencia de la Duquesa. Este hecho y su ausencia en el funeral, hizo que el Duque acusara a su esposa de negligencia hacia el cuidado de su hijo. Incluso se rumoreó que la ausencia de Constance se debía a que estaba manteniendo un romance secreto con el Duque de Alba. Poco antes del inicio de la I Guerra Mundial el matrimonio se separó. Durante la llamada Gran Guerra Constance ayudó en un hospital militar situado en la localidad de Le Touquet, mientras el Duque tuvo que combatir. Los servicios de la olímpica durante la contienda bélica fueron premiados en 1918 entregándole el título de Comandante de la Orden del Imperio Británico. Al poco el matrimonio se rompió definitivamente firmando el divorcio, tras los hechos causados por el marido: adulterio y deserción. El Duque le ofreció una pensión alimenticia a Constance que se convertiría en la cantidad más grande en la historia del Reino Unido: 13.000 libras de la época. Sin embargo, ella rechazó la oferta.

Constance se casaría en 1920 de nuevo en una ceremonia secreta con su secretario privado, el Capitán John Fitzpatrick Lewis, con una sirvienta como único testigo. La pareja se había conocido en la guerra, cuando él, siendo miembro de la fuerza aérea, acampó cerca del hospital de Le Touquet.

De esta forma una persona habitual de los bailes de la alta sociedad británica, retratada por afamados pintores y siendo parte de la nobleza llegó a ser olímpica y medallista. Un pasado muy poco habitual en un deportista olímpico.

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