Concienciados olímpicos,  Entrevistas

LUIGI SAMELE: EL CAMPEÓN SOLIDARIO

De Luigi Samele se pueden decir muchas cosas: que es uno de los tiradores de esgrima más laureados en la actualidad de su país, Italia, potencia en este deporte; que cuenta en su haber con tres medallas olímpicas (bronce en Londres 2012 por equipos y dos platas en Tokio 2020, individual y por equipos, siempre en la modalidad de sable) y otros muchos logros deportivos pero, sobre todo, se puede y se debe hablar de él por su gesto solidario con sus colegas ucranianos, de lo que nos habló en esta entrevista exclusiva. Ya contamos cómo fue en coche desde Italia hasta la frontera con Ucrania para rescatar a su pareja, la campeona olímpica ucraniana Olga Kharlan y parte de su familia: “Mi pareja Olga Kharlan, su hermana y sus sobrino están bien. Ahora están en mi casa. Obviamente viven un periodo dramático porque, a pesar de que la prensa cada vez hable menos de ella la guerra continúa, sigue aumentando la cifra de muertos y esto para ellos es un motivo de gran sufrimiento y tristeza. No podemos hacer otra cosa que intentar salir adelante de la mejor forma posible y rogar que el conflicto acabe lo más pronto posible”.

No contento con haber ayudado a su pareja, también ayuda directamente a otros muchos esgrimistas ucranianos: “He creado un fondo de recaudación de fondos que ha ido muy bien. Gracias a ello hemos pagado los viajes y estancias de los equipos masculinos de sable para la prueba de Copa del Mundo disputada en Madrid, los del equipo femenino de sable para la prueba disputada en Túnez y la de espada en El Cairo. Me siento con la responsabilidad, quizás por tener una compañera ucraniana, de ayudar a los chicos que realmente de un día para otro se han encontrado con que no tenían nada, pasando de tener una vida normal a no tener nada. Enseguida me activé, estoy haciendo de todo para hacer que sigan teniendo una vida normal. Les he encontrado dos apartamentos en Bolonia y un gimnasio donde poder entrenar con un maestro como entrenador, además de los fondos para competir en pruebas internacionales. No lo digo como retórica, sino que lo he hecho de verdad desde el corazón. 20 de ellos viven en los alojamientos que les he buscado, estamos un poco estrechos pero de la necesidad hacemos virtud”.

Antes del inicio de la guerra Samele tenía a sus espaldas un brillante pasado olímpico que nos cuenta: “Mi primera medalla olímpica fue en 2012, han pasado muchos años. Estos últimos Juegos Olímpicos de Tokio me fueron particularmente bien. Ya irse a casa con una medalla habría sido un buen resultado, con dos me considero realmente satisfecho”. Dos experiencias olímpicas con resultado positivo pero diametralmente opuestas entre sí en cuanto a sus vivencias: “Mis medallas conquistadas en los respectivos Juegos de Londres y Tokio han sido muy diferentes, ya que en Londres sólo participé en la competición por equipos, así que la competición individual la he “respirado” desde fuera, sin haber participado. No obstante, mi experiencia en Londres fue la más completa porque disfruté de toda la estancia desde principio hasta el final”. Y más diferencias, en este caso obvias dadas las restricciones en Tokio motivadas por la pandemia que obligaron a la ausencia de público en las gradas: “Los Juegos de Tokio fueron diferentes debido al Covid, sin público. Sentimos el apoyo desde casa pero en realidad, si soy sincero, siendo una competición tan importante te da igual lo que haya o no alrededor. Nos daba igual quién estuviera, cuánto gritara o cuánto ´tifo´ hubiera hacia nosotros; estábamos concentrados en ese momento que ocurre una vez cada cuatro años. En Londres, por el contrario, el ambiente era estupendo, con un pabellón lleno con 10.000 personas; fue quizás la competición más bonita que haya hecho jamás en cuanto a calor del público. Sería estupendo que fuera siempre así. Habría que trabajar para dar una imagen diferente de la esgrima y provocar el deseo de verla en la gente”.

Momento al ganar una medalla olímpica en Tokio. Foto de Tiscali Sport

Sobre su fructífero paso por Tokio 2020 nos cuenta: “Me esperaba en cierta manera mis dos medallas en Tokio. Las busqué, las quería, aunque no las daba por seguras, pero creo que todos los deportistas que participan en unos Juegos tienen el deseo y el sueño de conquistar una medalla. Difícilmente encontrarás a un deportista que vaya a unos Juegos y diga “La medalla no me interesa”, así que sí, confiaba en ganarlas y he trabajado mucho para conseguirlas”. Ya se prepara para París, Juegos de los que ha declarado ir a por el oro, aunque “como siempre en la esgrima italiana nosotros siempre buscamos y peleamos por el oro, pero hay muchas naciones fuertes, con muchos atletas que ambicionan la medalla. Nosotros, como es habitual, intentaremos hacerlo lo mejor posible. Luego lo que ocurra lo descubriremos en su momento”. Y es que Italia ha superado el centenar de medallas conseguidas en Juegos Olímpicos en el deporte de la esgrima, con un brillante pasado y esperanzador futuro. De Italia se espera siempre mucho y bueno en esgrima, por lo que sus deportistas de élite seguramente sentirán una presión añadida: “Más que presión los tiradores italianos tenemos una gran responsabilidad. Llevamos el peso de una nación que siempre ha sido ganadora en este deporte, por eso uno se espera siempre lo mejor de nosotros. Por una parte posiblemente es un peso, pero también un estímulo por otra parte, porque quiere decir que todo el grupo tiende a crecer hacia las victorias. Esto me va bien y aún más a los chicos más jóvenes que tienen así figuras de vencedores que suponen un ejemplo para ellos”.

Luigi Samele ha sabido ganar y ha sabido ser generoso con sus rivales. Sus acciones son un gesto más de la solidaridad mundial del deporte hacia los colegas ucranianos, antes contrarios, ahora hermanos. Todo un ejemplo de los valores del deporte y los valores olímpicos.

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