Estadios Olímpicos

ESTADIOS OLÍMPICOS 12: EL FRANCIS OLYMPIC FIELD DE SAN LUIS 1904

El llamado Francis Olympic Field puede que sea el estadio olímpico más curioso de entre los existentes. Muchas son las particularidades con las que cuenta. Para empezar, es el estadio olímpico más antiguo usado en la actualidad. Y es que la fecha de los Juegos Olímpicos en los que sirvió es ya más que centenaria, pues nos retrotrae al lejano año de 1904, cuando por primera vez los Juegos se celebraron en el hemisferio occidental, en concreto en la ciudad estadounidense de San Luis, Missouri. Otra de sus características que lo distinguen del resto del resto de estadios olímpicos es que sirve como campo de juego a una universidad, en su caso la de Washington en San Luis.

Este estadio obtiene su nombre de David R. Frances, gobernador de Missouri y auténtico promotor de los Juegos celebrados en su ciudad, en gran parte gracias a sus negociaciones. El término “Olympic” no lo añadió hasta hace bien poco, en 2019, cuando tanto el COI como el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos sancionaron su carácter de olímpico al haber albergado los Juegos de 1904. Además, une a ello el honor de haber sido nombrado como monumento histórico nacional.

Foto del COI

El Francis Olympic Field empezó su construcción en 1902 y lo hizo para servir no sólo a los Juegos Olímpicos, sino a una Exposición Mundial que tuvo lugar paralelamente. El estadio se levantó en un terreno ovalado. Sus gradas estaban constituidas por cemento armado (uno de los primeros edificios en aplicar esta tecnología), siendo las secciones centrales las más “lujosas”, con asientos de madera frente al resto, del citado cemento y sin respaldo. En su parte norte no había gradas, sino un gimnasio. Las cifras sobre su capacidad en sus inicios y durante los Juegos bailan según las fuentes, situándose entre las 19.000 y las 35.000 personas, muy lejos en cualquier caso de la escasa capacidad que tiene en la actualidad, de 3.300 espectadores.

Foto de Danny Reise/Washington University

Durante los Juegos albergó muchas y muy diversas competiciones: aparte del habitual atletismo también se celebraron las competiciones de tiro con arco, ciclismo, fútbol, gimnasia, lucha, halterofilia y los ya no deportes olímpicos de lacrosse, tira y afloja y roque. Tras los Juegos este estadio se convirtió en la sede permanente del equipo de fútbol americano de los Bears, añadiendo más gradas en las siguientes décadas. Pero su carácter olímpico volvió a brillar muchos años más tarde, pues por aquí pasó la llama olímpica de camino a las citas olímpicas de Los Ángeles 84, Atlanta 96 y también los de Atenas 2004 con motivo de la conmemoración del centenario de los aquí celebrados.

El Francis Olympic Field ha tenido, como es natural, diversas renovaciones a lo largo de su extensa vida, aunque su pista de atletismo fue usada hasta la década de los 80. Esa misma década, concretamente en 1984, el Francis Olympic Field recibió su mayor “lavado de cara” en 80 años: se demolieron sus características alas, que sobresalían en un ángulo en sus extremos finales. Se redujo su capacidad a 4.000 espectadores, se construyó una nueva cabina para la Prensa, taquillas y una pista sintética de 400m de ocho calles. En 2003 tocó otra gran reforma: se puso una nueva capa de cemento en la estructura, embelleciendo su apariencia y se hizo accesible a todos. Se reparó el tejado y se amplió la zona de Prensa. Al año siguiente se instaló césped artificial para el equipo femenino de fútbol y para los citados Bears. Finalmente, cuando se le concedió el término “olímpico” se erigió una bella entrada de acero en su parte oriental que, junto al estadio, ha entrado en la lista de monumentos históricos.

El estadio, en la actualidad. Foto de Danny Reise/ Washington University

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