Deportes olímpicos insólitos

DEPORTES OLÍMPICOS INSÓLITOS (Parte 1)

Hay deportes que entran y salen del calendario olímpico. Algunos nuevos se van incorporando cuando su aceptación popular y número de practicantes se convierte en lo suficientemente extendida como para dar el gran salto olímpico (véase snowboard, triatlón, etc). Pero a otros les ocurre lo contrario: entran en el calendario olímpico a lo grande y se desvanecen desapareciendo de él por razones obvias. Vayamos con algunos:

El lacrosse, deporte de origen canadiense extendido hoy en día más bien en escuelas y universidades de ese país, fue olímpico en dos Juegos: en San Luis 1904 y Londres 1908. Tras esa edición cesó su participación por razones lógicas: sólo tomaron parte dos equipos, por lo que no se pudo ni adjudicar la medalla de bronce. No menos curiosa fue su primera intervención, pues contó con el número justo de equipos, tres, siendo uno de ellos integrado en su totalidad por indios mohawk. Dos de los equipos eran canadienses y el tercero de Estados Unidos. Entonces no representaban a países, sino a clubes.

Otro deporte que ni imaginaríamos hoy en día que formara parte del calendario de pruebas olímpicas fue el polo, considerado de élite y con la dificultad logística de contar con caballos (y campos necesariamente muy grandes). Entró ya en la segunda edición de los Juegos, en París. Sólo cinco países tomaron parte, siendo uno de ellos España. Sin embargo, se da la curiosa circunstancia que los participantes se dividieron para formar cuatro equipos mixtos de similar nivel. Los campeones resultarían ser dos estadounidenses y tres británicos, que conformaron el equipo denominado The Foxhunters Hurlingham. El polo se saltó los siguientes Juegos y retornó en Londres 1908. El traslado de caballos hasta Europa en aquella época impidió la participación de EE.UU. Así las cosas, sólo se realizó un triangular entre equipos británicos. Habría hasta tres participaciones más del polo, siendo la última en Berlín 1956.

Otros deportes masivamente seguidos y practicados en ciertos países pero desconocidos para gran parte del planeta fueron también olímpicos. El cricket formó parte del programa de los Juegos de París en 1900 pero hay que resaltar que los –escasos- equipos que participaron ni siquiera sabían que estaban compitiendo en unas Olimpiadas, sino que pensaban que eran parte del programa de exhibición de la Exposición Universal. La pista donde se jugó el cricket tenía capacidad para 20 000 espectadores…pero sólo contaron con una docena de soldados que se quedaron a ver qué extrañas cosas hacían esos hombres de blanco. Aún más curioso es saber que los medallistas no recibieron sus preseas hasta ¡doce años más tarde!, cuando el COI se sentó a hacer un registro completo de los Juegos.

Otro deporte con similitud al cricket es el croquet que, asombrémonos, también saboreó las mieles de ser olímpico. Igualmente sólo se disputó en los Juegos de París 1900, para felicidad de los locales, pues Francia ganaría la totalidad de las medallas en disputa.

Hay aún más deportes “curiosos” que llegaron a la máxima categoría a la que puede aspirar un deporte: ser olímpicos. Tantos, que serán tratados en otro artículo.

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