JAYNE TORVILL & CHRISTOPHER DEAN: CONOCIENDO AL DETALLE A ESTA MÍTICA PAREJA DEL PATINAJE
Han pasado muchos años, décadas incluso. Hemos cruzado toda la barrera de un siglo y, a pesar de los avances en la técnica de los patinadores de artístico se sigue recordando el programa “Bolero” de los británicos Jayne Torvill y Christopher Dean realizado en los Juegos Olímpicos de Sarajevo 84 que les valió el oro y del que ya hablamos aquí. Pero Torvill y Dean no llegaron, naturalmente, como por arte de magia a ese memorable momento olímpico, sino que hubo un antes (y un después) al que dedicaremos el siguiente espacio.
Originarios de Nottingham, no hicieron pareja deportiva hasta experimentar antes con otras parejas. Ella, al ser demasiado pequeña, se adaptaba más a la modalidad de parejas y no de danza para poder saltar y ser lanzada. Él sí que empezó en la modalidad de danza de adolescente, pero lo hizo con otra patinadora. Se podría decir que el azar les unió, pues cuando una pareja que llevaba la entrenadora Betty Callaway anunció su retirada aquélla unió a Jayne y Chris. El tempismo era perfecto, porque la pareja con la que patinaba Jayne cambió de partenaire y la de Chris se había lesionado. Tres elementos que coincidieron para el bien (se sabría más tarde) del deporte británico y del patinaje en general.

Se creó entonces un equipo alrededor de ambos muy completo, que incluso contaba con asistente personal. Empero, el debut de la nueva pareja de danza distó mucho de ser el ideal, porque Jayne se cayó, golpeándose la cabeza y un codo, debido a que aún no conocía los movimientos obligatorios de la para ella nueva modalidad de danza. Eso no impidió que se frustrara la nueva pareja. Cogieron a una antigua campeona británica de parejas y danza (Janet Sawbridge) y en menos de cuatro meses de trabajo Torvill&Dean acabaron segundos en su primera competición. Pronto nació la amistad entre ellos, al fin y al cabo vivían cerca y pasaban un tiempo entrenando: en sus comienzos dos horas al día, a veces cuatro y los domingos tres.
Apareció entonces el primer obstáculo en su carrera: Chris suspendió el examen para clasificarlos en el campeonato nacional, pero lo aprobó en un segundo intento. Sin embargo, todo parecía ir en su contra, ya que sus obligaciones como policía cadete en la escuela de policía de Yorkshire le impedían entrenar entre semana. Incluso llegó a pedirle en varias ocasiones a Jayne que se buscara otra pareja, a lo que ella se negó. Así, empezaron a ganar competiciones hasta ganar en 1977 la selección de su país para competir en el Europeo y en el Mundial del 78. Acabarían novenos y undécimos respectivamente. A la vuelta del Mundial nuevo revés: su entrenadora les dejaba al quedarse embarazada. Torvill y Dean encontraron una nueva que accedió a entrenarles los fines de semana por algo poco más que los gastos, mientras paralelamente entrenaba entre semana a una pareja húngara. Ambas parejas acabaron proclamándose con el tiempo campeonas mundiales.

Las mejoras técnicas en la pareja iban siendo evidentes y entonces llegó el momento de pulir otros detalles, que podrían parecer nimios. Alguien le sugirió a Jayne que cambiara de peinado y se pusiera menos maquillaje mientras que un bailarín dio consejos a Chris. Llegó entonces el momento de sus primeros Juegos Olímpicos: los de Lake Placid 80, en el que conseguirían un honroso quinto puesto, mejorando uno más en el siguiente Mundial, acabando, pues, cuartos. El binomio Torvill&Dean empezaba su escalada internacional.
Para cuando empezó la siguiente temporada los dos ya estaban completamente dedicados al patinaje, abandonando sus respectivos trabajos (ella trabajaba en una compañía de seguros). Fue en 1981 cuando llegó su primer oro, en el Europeo y al poco otro aún de más valor: el oro en el Mundial. Si bien habían empezado a entrenar en la pista de hielo de Nottingham tenían dificultades para encontrar huecos para entrenar, por lo que pasaron temporadas en Suiza y Alemania para entrenar con más dedicación y mejores condiciones.

Es el momento de hablar de uno de sus programas más icónicos: el “Mack and Mabel”, basado en la historia de amor entre el actor de cine mudo Mack Sennett y su amada, Mabel Normand. El número pertenecía a un musical de éxito cuya música descubrieron en una visita a una emisora local de radio. Supuso un número innovador, pues contaba toda una historia en los cuatro minutos de límite de tiempo del programa libre. Chris fue el creador, fue el inicio de sus coreografías, como ya veremos. En este programa había movimientos que no se habían hecho nunca antes, como el que realizaba Jayne lanzándose a la cadera de Chris y él agarrándola en horizontal.
La pareja siguió cosechando triunfos y, lo que es mejor, una gran cantidad de seises (por aquel entonces, nota máxima en el patinaje). Estaba ya claro para todos que Torvill&Dean interpretaban un nuevo y revolucionario patinaje de danza. Y entonces llegó la inspiración para su siguiente montaje icónico: el de “Barnum”. Todo nació en Moscú. La pareja había sido invitada por la ISU al Ballet Bolshoi, pero Chris prefirió intercambiar con un patinador canadiense su entrada por la de éste al circo ruso. Lo cierto es que Dean ya tenía en mente crear un programa basado en el musical “Barnum”. A la vuelta de Moscú la pareja acudió al London Palladium para ver el espectáculo. Pidieron usar su música, pero se presentaba un inconveniente: por entonces la ISU prohibía el uso vocal en los programas y toda la música de “Barnum” era cantada. El director musical del show -Michael Reed- decidió realizar una grabación expresamente para los patinadores, tocando él en el piano la música y añadiendo al resto de la orquesta. Fue la primera vez en el patinaje que un músico realizaba un montaje dedicado directamente a unos patinadores. De nuevo Torvill&Dean hacían historia.
Situémonos ya en los Juegos Olímpicos de Sarajevo que les colocaría en la historia y en los que, por cierto, Christopher Dean ejerció de abanderado de Gran Bretaña en la ceremonia inaugural. Adelantar una pequeña curiosidad: estaban tan pendientes del más mínimo detalle que, por ejemplo, la diseñadora de vestuario patinaba detrás de ellos mientras practicaban el programa (en este caso el celebérrimo “Bolero”) buscando si había que dar alguna puntada más en el vestuario para mejorar los efectos. Parémonos para analizar brevemente la coreografía del “Bolero” de esta pareja: La música empezaba lenta para ir in crescendo hasta una conclusión dramática, mostrando la historia de dos amantes que no pueden vivir más juntos pero se niegan a separarse, para acabar muertos en un pacto de suicidio que venía a ser el clímax dramático apoyado en la música. Durante el número los dos realizaban numerosos cruces por la pista de hielo, que representaba la incapacidad para seguir juntos. El resultado fue de récord de seises en las votaciones y 100 millones de espectadores mundiales estimados. No obstante, no faltó la controversia, ya que según la entrenadora soviética Tatiana Tarasova, algunos elevados realizados por Dean iban contra el reglamento, el cual indica que la mano del hombre no debería superar la altura del hombro. De hecho, esa lucha por el oro entre los británicos y los entonces soviéticos hizo que los jueces rusos buscaran faltas en el reglamento también en el programa de danza original de los ingleses.

El total de sus notas llegó a 107.4 de 108 puntos posibles, de nuevo récord mundial. Esa nota incluía a los dos programas anteriores. En la danza original tocó en ese ciclo olímpico el pasodoble, que Dean recreó como si fuera un torero y Torvill…la capa. En los obligatorios (por entonces en danza había tres programas: obligatorios, original y libre) hubo un gran margen entre los británicos y los soviéticos (Natalia Bestemianova y Andrei Bukin), que aumentó al tener nuestros protagonistas cuatro seises en la danza original. La música original tenía un ritmo de 4/4, pero ellos lo cambiaron a un 6/8 introduciendo una pieza de Rimsky-Korsakov. Por su parte el “Bolero” tuvo tres seises y seis 5.9 en el mérito técnico y nueve seises en impresión artística. Todo ello hizo que se proclamaran campeones olímpicos.
Tras Sarajevo 84 pasaron al profesionalismo, no solo por los ingresos que producía, sino por la libertad que presentaba en las coreografías creadas por Dean, fuera ya del estricto reglamento de la modalidad de danza. Para entonces ya eran comparados con Nureyev&Fonteyn, sublimes bailarines de esa época o con los más antiguos Astaire&Rogers. En los shows en los que participaron durante esos años pudieron extralimitarse de los cuatro minutos hasta patinar en programas que llegaban a los 40.
Y en esas que, invitados a una gala de campeones olímpicos en Boston requeridos para que volvieran a maravillar al público con su “Bolero”, se dieron cuenta de que querían volver a disputar unos Juegos Olímpicos, con diez años de diferencia. Todo gracias a que la ISU acababa de cambiar sus normas y ya permitía la participación de profesionales en Juegos Olímpicos. Jayne ha llegado a confesar que Chris le sugirió la vuelta a los Juegos “posiblemente ebrio”, pero ella aceptó el nuevo reto. Volvieron a entrenar duro, pero las tantísimas funciones realizadas durante esos años habían pulido su técnica y el físico. Sin ir más lejos, el elevar a Jayne en ocho espectáculos a la semana había fortalecido los brazos de Chris. La pareja eligió un tema de Irving Berlin para una película protagonizada por Fred Astaire y Ginger Rogers que se alejaba completamente del “Bolero” ya que, por dar un dato, era tan completa que en un solo minuto del programa se contenía el mismo número de pasos que en todo el “Bolero”. Torvill&Dean, que a lo largo de su carrera habían conseguido la nota máxima de 6 en más de 150 ocasiones, acudieron a los Juegos de Lillehammer del 94 y volvieron a maravillar, llevándose en esa ocasión la medalla de bronce.

Un comentario
Virginia Bernardi Garrido
Que historia, cuántas vicisitudes!. Mucha innovación. Me gusta mucho que usarán Mack and Mabel y Barnum y menos el repetidisimo Bolero.