Camino a París,  Entrevistas

MILENA BALDASARRI: “ESTOY CONVENCIDA DE QUE SERÉ CAPAZ DE UN BUEN PAPEL EN PARÍS 2024”

Es cierto que pese a tener un brillante palmarés y ser altamente apreciada en el mundo de la gimnasia rítmica por su elegancia y capacidades -alguna, como veremos, única- la italiana Milena Baldasarri, que estará presente en los Juegos Olímpicos de París, no competirá por una medalla, pero gimnastas innovadoras como ella son necesarias en el circuito de la rítmica. Milena tiene la mayor competencia “en casa”, puesto que su compatriota Sofia Raffaeli, será en la capital gala una de las mayores aspirantes al podio, incluso a lo más alto.

Es indudable que la participación de Baldasarri en los diferentes campeonatos da a Italia un plus de seguridad y que su aportación ha llevado a la squadra italiana a ganar o, cuanto menos, ser medallista por equipos, en infinidad de competiciones (en la rítmica se suelen sumar los puestos de las gimnastas individuales y de conjuntos para conformar un podio final también por equipos).

Con 23 años ya puede considerarse toda una veterana que, antes de tener como “rival” a nivel nacional a Raffaeli tuvo a otra brillante gimnasta -Alexandra Agiurgiuculese- primero como compañera de fatigas y luego superándola para optar al segundo puesto por país en competiciones internacionales, al lado de Raffaeli (sólo pueden participar dos gimnastas por país). El tándem Baldasarri-Agurgiuculesi resultó componer una suerte de resurrección de la rítmica italiana a nivel individual. La posterior llegada de Raffaeli supuso la definitiva consagración de la rítmica en este país, tradicionalmente más centrada en la competición de conjuntos, en los que ha venido cosechando brillantes resultados.

Milena asombró a los seguidores de la gimnasia con una capacidad que pocas, si no ninguna, posee: la elasticidad en grado máximo. Siempre incluye en sus programas un dislocación de hombros y brazos que no deja de asombrar, arropado por una elegancia que le caracteriza. Y es que con la gimnasia Milena quiere expresar sus emociones, expresarse. Para Milena “cada ejercicio cuenta una historia y transmite un mensaje”. Desde luego que destaca en su parte artística, algo de agradecer ante la proliferación de gimnastas que basan sus programas en brincos y parte atlética. Y no estamos hablando de una medianía, puesto que Baldasarri posee el logro de ser la primera italiana en ganar una medalla en un Mundial, como ocurrió con el ejercicio de cinta en la edición de 2018 disputada en Sofía, Bulgaria. El hecho de que se trate de una deportista destacada también se ha visto reflejado en un aspecto que podríamos considerar algo banal, pero que en realidad significa reconocer a las deportistas como modelos a seguir, inspiración a jóvenes y niñas y es que Milena ha sido una de las deportistas elegidas para crear una muñeca Barbie a su imagen y semejanza, algo que ella ha entendido como una forma de inspirar a otras chicas.

Hablamos con ella de cara a los inminentes Juegos de París: “Estoy muy contenta de haber conseguido clasificarme para los Juegos Olímpicos de París, algo que no ha sido fácil, ya que la competición en la que me clasifiqué fue muy larga y había mucha competencia, pero tenía ese objetivo, en el que siempre creí y estoy contenta de haberlo alcanzado”. Milena lleva casi un año centrada en el objetivo olímpico: “Desde el pasado Mundial de Valencia me he concentrado totalmente en el objetivo de los Juegos de París. No quiero decir qué papel espero hacer en ellos porque soy supersticiosa, pero estoy convencida de que seré capaz de hacer un buen papel para Italia”. Precisamente en Valencia pudo vivir la sensación de actuar frente a un público, el español, no solo entregado, sino entendido, algo que aprecia la gimnasta nacida en Rávena: “Me encanta el público español. Además, sabe apreciar todas las escuelas y animan a las gimnastas de otros países. Las gimnastas italianas nos sentimos apreciadas en España”.

Milena Baldasarri ya ha sido olímpica: lo fue en Tokio 2020 y allí hizo historia al clasificarse para la final ni más ni menos que en el sexto puesto, una final que contaba aún por entonces con las rusas y bielorrusas. Al hacerlo se convirtió en la primera gimnasta individual italiana en ser finalista desde que Susanna Marchesi lo hiciera un par de décadas antes en los Juegos de Sídney. En la final confirmó el sexto puesto, valiosísimo teniendo en cuenta la competencia: “Los Juegos de Tokio fueron la competición más bella de mi vida. Allí nadie se esperaba nada de mí, pero el hecho de que fuera una competición olímpica hizo que diera el máximo de mí”.

Hemos mencionado el nivel actual de la gimnasia rítmica en Italia y su participación contribuyendo a los éxitos por equipos. Al respecto nos comenta: “Dentro de mi país, Italia, el nivel es muy alto y, por tanto, la competencia es dura. Pero yo siempre he tenido confianza en mí misma y sabía que podía conseguirlo. He participado en las competiciones convencida de que podía lograrlo. Siempre intento dar el máximo en las competiciones no solo por mí, sino para honrar el papel de Italia y para los que me siguen. El equipo puede contar conmigo porque soy muy competitiva, siempre estoy a punto y al 100%”.

Focalizada en los Juegos de París, allí sólo notará la ausencia de la que ha sido su entrenadora hasta hace pocos meses: Julieta Cantaluppi, que abandonó en plena competición del Mundial de Valencia a sus pupilas, la propia Baldasarri y a la citada Sofia Raffaeli, para marcharse a entrenar a Israel. Habrá que esperar para saber si esta partida hará mella en las gimnastas ante una cita tan importante, esperando que no sea así.

Finalizamos con una de sus frases, verdaderamente representativa de su deporte: “En otros deportes se busca una buena actuación, en el mío se busca la perfección”.

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