Concienciados olímpicos

PETE REED: EL CAMPEÓN OLÍMPICO AL QUE EL DESTINO DIO LA ESPALDA

Le apodaban “El Comandante”. No en vano Pete Reed era militar, de la Royal Navy británica. Había nacido en Estados Unidos, pero su familia se trasladó a Inglaterra contando él apenas meses. Se volvió más británico que el té de las 5 pues, además de entrar en su ejército, estudió en la universidad de Oxford, donde descubriría el deporte que le regaló las mieles del triunfo: el remo. Y sí: participó en la tradicional regata Oxford-Cambridge dos años. En una de las ocasiones perdió, pero en la otra no solo venció sino que lo hizo con tanta holgura (y marcando un récord) como para ser considerada la “tripulación más potente en la historia de esta carrera”.

Estamos hablando de Pete Reed, remero británico tricampeón olímpico (pero de eso hablaremos más tarde). Lo hacemos en pasado porque su brillante carrera deportiva quedó ya en el pasado y su vida tal cual la conoció durante décadas también, pero sigue vivo, aunque llevando una existencia distinta. Pero ya llegaremos a eso.

Antes tenemos que contar que por poco debutó en unos Juegos Olímpicos en los de Atenas 2004, pero finalmente se cayó de la lista. Daba igual, porque a Reed le esperaban muchos éxitos. Ganó 27 carreras consecutivas hasta perder en Lucerna en 2007. Campeonatos del mundo, de Europa, Copas del Mundo, etc. caían de su lado, bien formando parte del Cuatro sin timonel o del Ocho.

Con su grandísima capacidad pulmonar (tiene el récord, con 11.68 litros) parecía que embarcación en la que estuviera él no podía perder. Y así pasó en los Juegos de Pekín de 2008 en la competición de cuatro sin timonel. Y eso que en la final los australianos se lo pusieron difícil, de tal forma que los británicos tuvieron que empujar de lo lindo en los metros finales. Ganaron por apenas 1.28 segundos. El oro de Pekín se renovó en Londres 2012, en la misma categoría. Uno de sus compañeros en un viejo conocido de estas páginas: Alex Gregory. Vamos a pasar de puntillas por el resto de su palmarés internacional para llegar a los Juegos de Río, donde se pasó a “categoría reina del remo”: la embarcación de Ocho. Y con sus siete compañeros volvió a ganar un oro olímpico; lo hicieron a lo grande además.

Junto a uno de los semáforos creados por iniciativa suya

Dos años más tarde se retira y hay que esperar un año más para que se produzca el hecho que cambió para siempre su vida. Era un 3 de septiembre de 2019. Reed contaba por entonces 38 años. Estaba tomando parte en un curso militar que, como se vería más tarde, probablemente fue el desencadenante de los hechos. Ese día había comenzado participando en el citado curso cuando, de improviso, empieza a sentir dolor en el pecho “como si le apretara ahí un cinturón”. Pensó que era una fractura en una costilla, pero las piernas tampoco le respondían. Otro síntoma fue que tampoco podía orinar. A la mañana siguiente las piernas seguían sin responderle, así que se dirigió al hospital donde, tras las pruebas pertinentes realizadas, los médicos le comunican que parece sufrir una lesión espinal causada por un cese en el fluido de la sangre a su columna. Empiezan más y más pruebas y los dolores aumentan siendo realmente intensos en su torso hasta que llega la paralización de su cuerpo desde el pecho hacia abajo. Sólo más tarde los doctores dedujeron que el ceso de flujo sanguíneo se debió a una lesión menor probablemente causada durante el curso que estaba realizando con los Marines Reales. Además, durante su estancia en el hospital contrajo una meningitis que le causó numerosas infecciones de la vejiga.

Ahora Pete Reed, consciente ya de que no podrá volver a andar, se dedica a dar visibilidad a aquellos que tienen que moverse con silla de ruedas, intentando concienciar a los que no las usan y a los que tienen responsabilidades para mejorar o empeorar sus vidas (léase arquitectos, urbanistas, legisladores, políticos, etc.) Por ejemplo, una iniciativa suya inspiró a que se cambiaran algunos semáforos incluyendo figuras de personas en silla de ruedas en lugar de paseantes y también cambios en algunas estaciones de Metro londinense. Otro concienciado más después de cerrar su ciclo como laureado deportista profesional que aporta su granito de arena para mejorar, en la medida de lo posible, la sociedad.

Ganando el oro en Pekín 2008. Foto de PA

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