Los otros olímpicos

GIANNA DASKALÁKI: LA MUJER QUE SALVÓ LA ORGANIZACIÓN DE LOS JUEGOS DE ATENAS 2004

Una pionera más protagoniza estas páginas. Responde al nombre de Gianna Daskaláki (con el Angelopoúlou delante desde que se casó con su segundo marido) y hasta ahora ha sido la única mujer al frente de la organización de unos Juegos Olímpicos, los de Atenas 2004, hasta que Seiko Hashimoto se puso al frente de los de Tokio 2020. Y tiene mérito, porque ella fue la que llevó adelante la candidatura -que finalmente ganara la capital helena- para apartarla posteriormente de la organización y fue cuando, literalmente, ésta se iba a pique, cuando fue llamada a rescatarla, lo que hizo con éxito.

Esta cretense es abogada y antes de meterse en el berenjenal que entraña la organización de unos Juegos Olímpicos (más si se celebran en el caótico país griego, seamos sinceros) se metió en política. Involucrada en el partido Nueva Democracia y con el lema de “actitud positiva” por delante que conllevaba “hacer algo para cambiar lo que no te gusta”, Gianna Daskaláki empezó metiendo cabeza en la política a nivel municipal. Y se implicó de manera activa. Por ejemplo, envió a su electorado ateniense por correo semillas de albahaca durante la campaña electoral porque la capital “necesitaba un futuro más verde”. De especial valor fue su labor trabajando en materia de educación en campamentos de verano con niños. Más tarde fue elegida para el Parlamento griego y reelegida al año siguiente.

Con el uniforme de los voluntarios durante una competición

Fue en 1996 cuando el Primer Ministro griego del momento la escogió para encabezar la campaña para albergar los Juegos Olímpicos de 2004, elección que como sabemos ganaron. Como mencionamos antes, fue apartada de su cargo una vez elegida Atenas según muchos porque su popularidad la convertía en un gran adversario político (se llegó a pensar en ella como posible ministra de Asuntos Exteriores e incluso Primera Ministra en un futuro), pero en el año 2000 fue llamada para el rescate ya que la lentitud en las obras de las instalaciones y una burocracia que paralizaba cualquier avance llegó a poner en peligro real la celebración de los Juegos en la ciudad elegida. El COI estuvo a punto de quitarle a la capital helena la organización, pero Gianna Daskaláki llegó y arregló el desaguisado. Realmente salvó el proyecto y los Juegos se celebraron en el país que los viera nacer. Toda la historia de ese proceso lo plasmó ella misma en el libro “Mi drama griego”, un libro que no solo tuvo éxito en su país, sino que llegó a estar en la lista de los diez más vendidos para el ‘New York Times’ y el ‘Wall Street Journal’. Y no es el único libro que ha publicado esta polifacética mujer que fue nombrada Embajadora de Grecia en materia de deporte y de infancia. Según ella los Juegos de Atenas salieron adelante “no mediante el uso de magia, sino de trabajo duro realizado con profesionalidad”. Ella fue la gran responsable de hacer cambiar al mundo la visión que tenían de Grecia y mostrar un país moderno, lejos del estereotipo de trabajadores vagos que estaba en la mente de demasiados, y acercándolo a otros países de la Europa moderna.

En la ceremonia de apertura de Atenas 2004

Sus labores en pro de su patria no finalizaron con la organización de esos Juegos que muchos recordarán por su espectacular ceremonia de apertura, sus pruebas en lugares emblemáticos como el estadio Kalimármaro o el colorido en general y sí, admitámoslo, también el caos que parece ir intrínsecamente unido al país heleno. Muchos dudaban de que Grecia pudiera llevar adelante un proyecto de tal tamaño, pero Daskaláki sacó a la vista el talento de sus compatriotas y acalló bocas, hasta hacer incluso orgullosos a los griegos de los Juegos Olímpicos que albergaron. En 2019 el Primer Ministro del país la nombró presidenta del Comité “Grecia 2021” para las celebraciones de los 200 años desde la Revolución Griega y el nacimiento del moderno estado griego. También se ha dedicado, junto a su adinerado segundo marido, al mundo empresarial, bien sea en el sector de la comunicación o en el de la universidad creando, entre otras iniciativas, el programa que lleva su nombre sobre tecnología, ciencia e innovación en la universidad de Cambridge para que los nuevos científicos plasmen sus ideas e investigaciones de forma comercial y ha participado en proyectos filantrópicos junto al Clinton Global Initiative.

Juan Antonio Samaranch dijo de ella que era “una mujer de primera clase” y que “tenerla en el Comité Organizador de los Juegos fue la solución”.

 

 

 

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