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MANON RHÉAUME: LA PIONERA POR ANTONOMASIA DEL HOCKEY HIELO

Pese a que nunca quiso convertirse en inspiradora ni soñó con jugar en la mejor liga profesional -masculina- del mundo en el hockey hielo a la canadiense Manon Rhéaume le va como guante a la mano la definición de pionera. Poco podía presagiar con tres años cuando empezó a practicar este deporte invernal, cuando simplemente se dedicaba a parar los tiros que le realizaban sus hermanos bajo la supervisión técnica de su padre, que sería ella la que acabaría jugando en un equipo de la NHL (bueno, también lo haría su hermano Pascal).

Los comienzos no fueron fáciles. Una cosa era ejercitarse en casa e incluso ir a campamentos con otros niños y otra era ir avanzando en el profesionalismo de este duro deporte. Siendo aún niña se encontró con el rechazo de los padres de los niños que acudían junto a ella a los campamentos, con los organizadores de los mismos después y, finalmente, de su propio padre, quien visto el panorama prefería que su hija no se “buscara tantos problemas”.

Jugando en la NHL. Foto de Chris O’Meara/AP

Pero Manon no cesó en su empeño y se fue convirtiendo, según cada paso que realizaba, en una pionera que no dejó de realizar los “primeros” pasos en su deporte, uno tras otro. Así, tenemos que en 1991, con 19 años, se convirtió en la primera mujer en jugar en un partido de la liga junior de Quebec. El que en su primer partido recibiera un golpe en la cabeza que le hizo sangrar no la paró. No era sino una primera señal de lo que se convertiría su carrera y su carácter. Al poco también se convertiría en la primera mujer en ser llamada por un equipo de la NHL. La liga se había expandido y se habían creado nuevas franquicias. La de Florida llamada Tamba Bay Lightning requirió sus servicios para un partido de pretemporada. En él jugaría dos cuartos, realizaría nueve paradas (no lo hemos dicho aún, pero Manon juega de portera) y encajó dos goles. Un balance nada malo. El histórico día fue el 23 de septiembre de 1992.

Su siguiente hito pionero ocurrió justo después, cuando firmó por los Atlanta Knights y, gracias a ello, se convirtió en la primera mujer en jugar partidos de la NHL. Junto a hombres y contra hombres. La primera en fichar por un equipo de alguna de las cuatro grandes ligas del deporte profesional norteamericano.

Foto de Getty

Su carrera siguió, también, por descontado, en el hockey femenino. Con la selección canadiense ha conseguido dos oros mundiales ganados en 1992 y 94 y la plata olímpica de Nagano 98. Justo después de esos Juegos se retiró de la competición pero en absoluto del mundo del hockey. Entre sus muchas actividades y objetivos está la fundación que creó para ofrecer becas a mujeres mediante un programa dedicado al desarrollo de las chicas para hacer que lleguen a alcanzar un alto nivel. Sigue además patinando junto a antiguas estrellas de la NHL en partidos benéficos. Y ha entrado en el mundo de esas personas trajeadas que dirigen el deporte al ser fichada como asesora de operaciones y proyectos del equipo de Los Angeles Kings. Su trabajo ya ha dado sus frutos.

Es indudable que Manon Rhéaume ha creado un impacto que no ha necesitado de aspectos extradeportivos como aceptar la oferta a que posase desnuda en las revistas Playboy y Penthhouse. Manon rechazó dichas ofertas y es reconocida por su efecto inspirador para las mujeres. Como reconoce el presidente del club en el que trabaja: “Ella ha tenido que luchar contra la adversidad hasta alcanzar el nivel que tuvo y por eso podría enseñar mucho a los jóvenes jugadores”. Sigue inspirando ahora fuera de las pistas de hielo.

Foto del Comité Olímpico Canadiense

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