Entrevistas

NICO RODRÍGUEZ, BRONCE EN 470 EN TOKIO 2020: “NOS GANAMOS EL DERECHO A LUCHAR POR LAS MEDALLAS”

Inigualable”, así define el regatista español Nicolás (Nico) Rodríguez ganar una medalla olímpica. Él, que en el periodo que va de 2018 hasta el comienzo de los aplazados Juegos de Tokio ganó junto a su compañero Jordi Xammar seis medallas entre Mundiales y Europeos (siempre en la clase 470), califica el haber ganado una medalla en unos Juegos Olímpicos, en su caso de bronce, con ese calificativo con el que hemos empezado este artículo.

Podría parecer que el camino hacia la medalla olímpica iba expedito para la dupla española, pero nada más lejos de la realidad. En el caso personal de Nico Rodríguez llegó a abandonar la vela por razones económicas, pero el destino hizo que volviera. Nos cuenta su peculiar trayectoria personal y profesional en esta entrevista: “Yo soy odontólogo, trabajaba a media jornada como tal y entrenaba la otra mitad del día; el dinero no daba para todo y las cosas en casa no estaban como para tirar cohetes. Me dijeron que ya no podían ayudarme más para seguir con la vela. La realidad que me estaba tocando en ese momento era que no podía continuar y decidí emigrar. Me iba a Holanda a trabajar con unas condiciones laborales mucho mejores que en España, ganando más que el triple que aquí. Era una oportunidad para seguir creciendo, formarme, estudiar un master ya pensando en una vida “normal”, como todo el mundo. Luego, por esas cosas de la vida, por esas ganas de trabajar al final llamé la atención de alguien y pensaron en mí para volver. Fue una decisión muy complicada; a nivel familiar conllevaba muchas cosas. Mis padres me dijeron que no volviera, que fuera a Holanda porque más vale pájaro en mano que ciento volando, pero parte de mí me decía que eso era el sueño de mi vida, que trenes en la vida sólo hay uno. Tuve la suerte de que un jueves me llamaron y el viernes me pusieron el contrato encima de la mesa, pedí una semana para gestionarlo y al final decidí que ser consciente que luchar por mis sueños podía estar por encima de muchas cosas, de que eso me iba a dar la satisfacción personal de haberlo intentado y la felicidad, pasara lo que pesara y al final hoy en día estoy con una medalla en el bolsillo”. Concluye con una frase que resume su periplo: “El deporte es la vida, para ganar una vez ha habido muchas derrotas”.

Foto de Olivier Hoslet (EFE)

Este regatista gallego, vigués, por más señas, hace hincapié en que él y Xammar fueron a Tokio con un objetivo, no simplemente por la (inolvidable) vivencia olímpica que en su caso era la primera, siendo la segunda para su compañero: “Yo creo que nos habíamos ganado el derecho a luchar por las medallas y a soñar con volver con una medalla. Éramos conscientes de que eso era una realidad y que esa presión existía porque cuando llevas tres años seguidos no bajándote del podio en competiciones internacionales es normal que eso exista. Nosotros éramos conscientes de que nuestro objetivo era primero llegar con opciones de luchar por las medallas el último día y  eso se consiguió y lo segundo era si no cometíamos esos errores grandes luchar por las medallas. Cumplimos un sueño y es algo que nos llevamos para toda la vida”. Dicho esto después de admitir que “la experiencia de unos Juegos Olímpicos es algo inolvidable, indescriptible y algo muy personal. Llegas allí con una idea preconcebida, con muchos sueños para realizar y llegar allí y de repente verte que puedes cumplirlo conlleva muchas cosas, como la presión, que te puedo asegurar que se siente, y el ambiente, que hacen sentir los Juegos como una competición muy especial, muy distinta a cualquier Mundial o Europeo. Digo que es algo muy especial porque todas esas vivencias y experiencias son muy difíciles de contar y trasmitir”.

Nico Rodríguez insiste en la presión que él y Jordi Xammar tenían, dada su trayectoria durante los años anteriores. Pero dicha presión no les causó una mala pasada en el transcurso de la definitiva medal race, la regata final que supone una mayor puntuación: “Sinceramente en la medal race estuvimos muy tranquilos. Dentro de la tensión del momento y toda la tensión que todo ello conlleva en todo momento éramos conscientes de que estaba en nuestra mano, de que dependíamos de nosotros todo el rato. Nunca cundió pánico ni estrés ni nada, solo la tensión y nervios que exige ese momento, pero nunca en un sentido negativo. Teníamos bajo control desde el inicio de la regata a nuestros rivales más directos, así que en cierto modo teníamos tranquilidad. Nos vaciamos, dimos lo mejor de nosotros, pero siempre con esa frescura de cabeza”.

Los que siguieron la trasmisión en directo de la medal race se percatarían de la alegría inmensa que mostró el dúo español, incluso más que los ganadores del oro o la plata. No ha de extrañarnos, si tenemos en cuenta lo que nos comenta Nico Rodríguez: “Para llegar allí el camino es muy largo, las decisiones que tienes que tomar en la vida para llegar allí son muchas, sacrificas muchas cosas. Personalmente para mí implicaba muchas cosas estar ese día luchando por las medallas, que era el sueño de mi vida. Ir a unos Juegos está muy bien, es muy especial, pero volver de unos Juegos con una medalla olímpica es algo casi inigualable. Te puedo asegurar que lo que sentí aquel día si soy capaz de ayudar a que una persona lo vuelva a sentir me daré por satisfecho, porque es algo indescriptible”.

Indescriptible, insuperable, inigualable…Vuelven los términos absolutos con los que el regatista vigués se refiere al hecho de ganar una medalla olímpica. Sin embargo, la exitosa pareja compuesta por él mismo y Xammar no podrá a compartir alegrías en la próxima cita olímpica de París 2024 ya que allí su categoría habrá desaparecido, siendo sustituida por una mixta. Por tanto, ambos tendrán que competir por la única plaza asignada por país: “La desaparición de nuestra categoría en los Juegos de París es una realidad que nos está tocando vivir. Existe la posibilidad de que [Jordi y yo] acabemos siendo rivales para el puesto en categoría mixta. Todavía no hay nada decidido, estamos ahora barajando las opciones que hay pero sí, es una realidad que nos toca vivir: de compañeros y grandes amigos a futuros rivales, que tampoco tiene por qué ser algo negativo porque si lo gestionamos bien vamos a hacer equipo y que gane el mejor. Nuestro deporte es así, son las reglas del juego y hay que aceptarlas”.

Nos quedamos, de entre todas las ideas posibles, con la del sacrificio personal y profesional que realizó Nico Rodríguez en un momento clave de su vida, en el que se decantó por el deporte de élite frente a una brillante carrera médica. En su caso tuvo compensación en forma de medalla olímpica, pero gestos valientes como el suyo no siempre son recompensados. Tenemos que ser conscientes de que no todos los grandes del deporte pueden dedicarse de pleno a éste.

Nico Rodríguez Xammar Medalla
Nico Rodríguez a la derecha y Jordi Xammar a la izquierda tras ganar el bronce. Foto de EFE

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