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MATTHIAS STEINER PROTAGONIZA EL MOMENTO MÁS EMOTIVO DE PEKÍN 2008 AL DEDICAR EL ORO A SU ESPOSA FALLECIDA

Cada edición de unos Juegos Olímpicos ofrece al menos uno de esos momentos humanos que tocan nuestra fibra sensible y se quedarán en nuestra retina y nuestro corazón. En los de Pekín 2008 uno de esos momentos inolvidables los protagonizó un haltera, el nacionalizado alemán Matthias Steiner. Lo hizo cuando, tras ganar el oro (luego veremos cómo), mostró al mundo entero, subido al escalón más alto del podio, una foto de una sonriente mujer. El subcampeón olímpico, el ruso Evgeni Chigishev, le preguntó a Steiner de quién se trataba. El campeón le dijo que esa mujer se llamaba Susann y que era su mujer; haciendo el gesto de un volante de coche le indicó que había muerto en un accidente de tráfico. A ella dedicó el oro Matthias Steiner.

Remontémonos a su historia previa, plena de “miga”. Había nacido en Viena. Con 13 años se inició en el mundo de la halterofilia pero paralelamente estudió un curso para ser aprendiz de fontanero. Su padre había sido un campeón en el deporte de las pesas. El primer obstáculo para Matthias surgió el mismo día en que cumplía 18 años, al diagnosticársele diabetes. El haltera había notado, entre otros síntomas previos, una pérdida de cinco kilos de peso. Para cuando acudió al médico su vista ya había empeorado.

Steiner empieza a competir por Austria y a tener buenos resultados y entonces tuvo lugar una historia de esas como de cuento: una mujer alemana le había visto por televisión en una competición y, ni corta ni perezosa, le pidió a los comentaristas del canal televisivo de Eurosport la dirección de correo electrónico del haltera. Tras la reticencia inicial en dársela, Susann la acaba consiguiendo. Contacta con el atleta, quedan en encontrarse y…la historia termina en boda.

No todo es color de rosa en su vida a partir de entonces. El haltera comienza un conflicto con la federación austriaca, una disputa que comenzó en 2005, cuando se cesó al seleccionador nacional, hecho éste que era contrario a los deseos de nuestro protagonista. Steiner quiso mantener al ya ex seleccionador como su entrenador personal, pero no se le acreditó para el Europeo de ese mismo año. En dicho Europeo tuvo lugar el punto culminante del desencuentro entre Steiner y la federación austriaca. Durante el calentamiento para la segunda ronda tuvo lugar una discusión con el seleccionador nacional que hizo que perdiera tiempo, se le acabara el máximo permitido para el levantamiento y, por tanto, fuera descalificado. La federación alegó que el atleta había perdido tiempo aposta, algo que negó Steiner. El resultado final fue que puso punto y final con la federación y pasó a competir -cumplido el tiempo de espera de rigor tras la solicitud de cambio de nacionalidad- por Alemania. Tuvo que pasar por ello meses en blanco, sin poder participar en ningún campeonato mientras se tramitaba su cambio. Al menos llegó a tiempo para la cita olímpica de Pekín 2008. Matthias ya había sido olímpico, defendiendo los colores de Austria, en Atenas 2004. Entonces quedó en séptimo lugar. A los Juegos de Pekín el ya alemán llegó con la ventaja de la retirada, anunciada un mes antes de los Juegos, del iraní Hossein Rezazadeh, uno de los máximos favoritos. Pero no se quedaba Steiner solo para el oro, pues encontraría dura competencia en el ruso Chigishev y el letón Scerbatihs. Pese a que el alemán inició mal su competición, al igual que el letón, fallando en dos ocasiones, finalizó de la mejor de las maneras. Eso sí, estaba obligado a levantar 258 kilos en su último levantamiento para alcanzar el primer puesto. Quería el oro para cumplir su promesa de dedicárselo a su esposa, fallecida tan solo un año antes debido a un accidente automovilístico. Matthias pudo cumplir su promesa y nos la hizo partícipe, para quien no la conociera, en el momento del podio.

El antes y el ahora de Matthias Steiner. Fotos de Südwest Verlag / Christian Martin Weiss

Final feliz para una vida trágica. Pero no, el final no tuvo lugar en los Juegos de Pekín. Su vida siguió el derrotero de alegrías y decepciones combinados. Tras el oro olímpico llega un fuerte percance físico en forma de hernia inguinal que afectó sobremanera a su prestación, aunque cayeron de su lado un trío de medallas (una en un Mundial y dos en Europeos), siempre en la categoría de +105 kg.

El haltera alemán llegó a ser olímpico en una tercera ocasión, en los Juegos de Londres 2012, pero cayó bien pronto. Después de los mismos llegó su retirada. Para entonces Steiner ya era toda una celebridad en Alemania. Con regularidad participaba en todo tipo de programas televisivos. Precisamente a raíz de una entrevista de la televisión alemana conoció a una periodista con la que acabaría casándose y formando una familia. Su vida ha seguido tocando las teclas de la popularidad, salpicándolo con charlas motivacionales, llegando a escribir un libro sobre pérdida de peso (perdió 45 kilos desde los Juegos de Pekín) e incluso grabando un disco. Matthias es ahora un hombre irreconocible físicamente, tras su adelgazamiento, feliz, completo con la familia que ha formado, satisfecho de sus logros y su presente, en que lucha para concienciar a los ciudadanos de la importancia de una buena nutrición. Eso sí, ha tenido que superar los tortazos previos que le ha dado la vida.

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