Paralímpicos

GRACE WEMBOLUA: VENCIENDO LAS ADVERSIDADES CON SU ESPÍRITU DE SUPERACIÓN

Si los Juegos Olímpicos nos atrapan para seguir las evoluciones de nuestros ídolos, los Paralímpicos nos ganan con sus historias de superación personal. Detrás de cada atleta paralímpico hay una gran historia humana, como la de la jugadora de baloncesto en silla de ruedas Grace Wembolua, marcada desde los 4 años. Nacida en Kinshasa en 1996, ha participado en los Juegos Paralímpicos de Río defendiendo los colores de Francia, país en el que vive desde pequeña.

El 2 de febrero de 2001 Grace fue víctima, junto a toda su familia y sus vecinos, de un ataque incendiario. Un hombre prendió fuego al edificio donde habitaban, sito en Saint-Denis. Diez personas perdieron la vida, entre ellas la madre y el hermano pequeño de Grace. Ella tiene un vacío en su memoria, un hueco con una duración de tres meses. Lo que ocurrió con ella fue que, literalmente, se metió en las llamas, quemándose gran parte de su cuerpo. A consecuencia de ello le tuvieron que amputar ambas piernas, por debajo de la rodilla, ya que se habían gangrenado. Grace estuvo en coma varios días y meses en el hospital, pasando más tarde a un centro de rehabilitación. A los tres meses de los hechos se despertó en el hospital; a su lado estaba su padre, pero éste la abandonó al poco. Grace pasó a ser cuidada por su tía.

Con un cuerpo repleto de cicatrices causadas por las quemaduras -amén de las piernas amputadas- Grace pasó en su infancia y adolescencia por dos periodos bien distintos. Al principio o no era consciente de lo “diferente” de su cuerpo o no le importaba y se vestía con pantalones cortos, faldas, camisetas sin mangas…hasta que la sociedad, empezando por su propia familia, le “impuso” otra forma de vestir, lo que le trajo complejos. Incluso su tía le decía que se vistiera tapándose lo máximo posible para no atraer miradas ajenas y, de esta manera, Grace pasó de ser una niña sin complejos a una repleta de ellos. Su percepción cambió, le costaba aceptar cómo la veía el resto del mundo. Se autocensuró durante años, hasta que, ya superada la adolescencia y la etapa de dudas que ésta suele conllevar, realizó un giro de 180 grados y decidió vivir su vida, independientemente del “qué dirán”. El cambio ha sido tan grande que se ha convertido en modelo y en imagen de varias marcas, empezando por una prestigiosa de cremas que, ante su propio asombro, fue la primera en contratarla para hacer anuncios, mostrando su piel tal como es.

Foto de su cuenta de Instagram

Entretanto Grace descubrió el deporte, que le ha servido muy mucho para realizar esos pasos hacia adelante en su vida. Fue el baloncesto en silla de ruedas el primero en el que se fijó y el que le ha llevado a la selección nacional y a todos unos Juegos Paralímpicos. Ocurrió en un centro de rehabilitación, para entrar a formar parte del equipo nacional en 2012 y participar en su primer gran campeonato, el Europeo, en 2015. El deporte indudablemente ha ayudado a reforzar su autoconfianza hasta el punto de que ahora es ella el modelo a seguir para otros (aún) más jóvenes, que la tienen como icono. En la época de los Juegos de Río Wembolua se convirtió en toda una celebridad en la localidad francesa de Burdeos. Grace aparecía visiblemente por toda la ciudad en carteles publicitarios de apoyo.

Grace, como decimos, ha ido ganando en confianza. Para ello también le han ayudado sus redes sociales, donde no ha dudado en mostrarse claramente tal como es. Si al principio en las fotos intentaba ocultar las prótesis y las zonas más dañadas de piel ya no lo hace; al contrario, las muestra y con ello recibe el agradecimiento de tantas y tantas personas con una situación similar a la suya. Son varios los factores de Grace Wembolua que podrían convertirla en marginal: mujer, negra y con discapacidad. Ella misma habla así de sí misma, pero le da un giro en una serie de episodios en un podcast creado por el Comité Paralímpico Internacional titulado “Una mentalidad ganadora: Lecciones de los Paralímpicos”. Con estas historias se pretende cambiar la forma de ver el mundo. Sin duda la historia y la actitud de Grace Wembolua es de las más inspiradoras y de admirar.

Foto de Getty Images

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