Camino a Tokio,  Entrevistas

MARIO MOLA: “LA MEDALLA OLÍMPICA ME MOTIVA MÁS QUE GANAR OTRO MUNDIAL”

Dicen que a la tercera va la vencida. Si se cumple, la prueba de triatlón masculino de los Juegos de Tokio 2020 debería ver como ganador a Mario Mola. Al fin y al cabo, serían los terceros Juegos Olímpicos del mallorquín y, si existiera lógica en el mundo del deporte -que no la hay- le “tocaría” pisar podio, por no decir el escalón más alto, a este tricampeón mundial.

Los Juegos de Londres 2012 le pillaron muy joven, demasiado, al balear. Él mismo rememora esa experiencia como uno de los momentos más afortunados de su carrera profesional, pero únicamente para vivirlos como una etapa que hay que superar para conseguir logros mayores:Para un deporte como el nuestro está claro que los Juegos es una cita muy especial. Tuve la suerte de estar en Londres para vivir una primera experiencia”, nos comenta el triatleta. Mario no esperaba gran cosa de esos Juegos. Venía en realidad del mundo del atletismo, primer deporte en el que se inició, en concreto en las carreras de campo a través, en las que ya mostró un gran potencial con buenos resultados e incluso participando en un campeonato mundial, aunque fue la natación el primer deporte que le llamó la atención, adentrándose en él con apenas 5 años. El ciclismo, la “tercera pata” del triatlón, fue el más tardío para Mario, pues no cogió una bici de competición hasta los 15 años.

Saliendo del segmento de natación en Río 2016. Foto de Leonardo Muñoz /EFE

Al año siguiente de los Juegos de Londres Mario Mola empezó a despuntar verdaderamente en el circuito de triatlón, consiguiendo sus primeros podios en las Series Mundiales. Para 2014 ya era un asiduo del podio; tanto, que alcanzó el subcampeonato del mundo, algo que repetiría al siguiente año. Su ascenso era tal, que 2016 se presentó muy esperanzador de cara a la cita olímpica: cinco victorias en pruebas de Series Mundiales, un segundo puesto en otra y título de campeón mundial. Río 2016 era la guinda del pastel, ¡menuda guinda! pero… Mario fue “sólo” octavo (diploma olímpico, no obstante). Con la baja por lesión de otro gran favorito, Javier Gómez Noya, el camino hacia el podio parecía más expedito para el balear. Él mismo reconoce que se planteaba sus segundos Juegos Olímpicos de una manera bien diferente: “En Río es cierto que llegué con otras expectativas y fue una experiencia completamente diferente, pero en cualquier caso creo que he aprendido mucho de esas dos experiencias [Londres 2012 y Río 2016]”. Mola ve el lado positivo de ello: “Son recuerdos que uno lleva siempre guardados y que espero que me sirvan de cara a estos próximos Juegos de Tokio”, añadiendo: “Mis dos experiencias olímpicas han sido inolvidables. El convivir con deportistas de todas las modalidades -algo que sólo tenemos ocasión de hacer en ese evento-, son recuerdos imborrables”.

En Río 2016. Foto de EFE

Si ya los triunfos previos a Río 2016 nos hacían pensar que Mola sería capaz de hacer algo grande en la mayor cita deportiva, el palmarés posterior ratifica esa sensación: vuelve a proclamarse campeón mundial en 2017 y 2018 mientras que sus triunfos en las grandes pruebas aumentan y aumentan a gran ritmo. Está claro que se ha consolidado como uno de los grandes favoritos de la escena mundial del triatlón. El resto de competidores puede temblar ante su presencia. Pese a lo que se espera de él (que haga algo “grande”), no siente presión: “No la siento, simplemente siento las ganas que tiene el resto de público que sigue el deporte, el público español, de que hagamos las cosas bien y eso más que nada es una ilusión para mí, una ambición en hacer las cosas bien”. Y es que Tokio 2020 se ha convertido en la gran cita de su carrera deportiva: “La ambición ha de ser la de aspirar a lo máximo en Tokio, aunque luego la carrera le pone a cada uno en su sitio. El nuestro es un deporte donde todo el mundo se prepara lo mejor posible y el día de la carrera estamos solos ante el peligro. Hay que intentar estar lo mejor posible y, por supuesto, con la ilusión de poder estar en las medallas”.

Pese a que es consciente de lo mucho que se espera de él (y, muy probablemente, él de sí mismo) no piensa que volverse de Japón sin medalla sería una decepción para él: “Por la experiencia que he tenido en otros Juegos una decepción sería no poder estar en la línea de salida por una lesión o por haber hecho alguna cosa mal antes, durante la preparación. Si soy capaz de llegar a la línea de salida en las mejores condiciones no estar en condiciones de luchar por las medallas creo que no es una decepción, sino simplemente es el mejor hacer de los rivales y contra eso no puede uno enfadarse”. Sin embargo, no renuncia ni mucho menos a su gran objetivo: una medalla en dichos Juegos: “Sin duda tengo la ilusión de luchar por una medalla olímpica, porque a día de hoy es lo que me motiva más allá de repetir otro mundial, por supuesto, por ser diferente y por la repercusión que eso tiene, pero no me obsesiona, simplemente es una ilusión”.

Dedicado en cuerpo y alma al triatlón, cuidándose las 24 horas del día, sin excesos, con una cabeza bien plantada y concentrado en conseguir sus sueños deportivos. Ese es el campeón que sus rivales temen, el que es capaz, muy capaz, de coger la directa en el segmento final de carrera, irse y perderse alejándose del resto de competidores. La prueba de triatlón de Tokio 2020 le “debe” una deuda a este gran campeón.

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