Camino a Tokio,  Entrevistas

MAÏVA HAMADOUCHE, DE CAMPEONA DEL BOXEO PROFESIONAL A AMATEUR A POR EL ORO: “QUIERO IR A TOKIO 2020 PARA SER CAMPEONA OLÍMPICA”

Aún no ha ganado una medalla olímpica, no ha ni siquiera participado en unos Juegos Olímpicos -todavía- pero, si consigue plaza para los de Tokio 2020 puede convertirse en una de las historias humanas más bonitas a nivel olímpico. Incluso si no lo consiguiera ya, a día de hoy, ha demostrado suficiente amor por el olimpismo, así como esfuerzo y ambición para conseguir su sueño de participar en ellos. Bueno, más que de participar a lo que aspira y por lo que se entrena sin cesar es para ser campeona olímpica. Campeona olímpica. Dos palabras que contienen todo lo que esta francesa de casi 30 años con una vida difícil sembrada de obstáculos que ha ido superando ha deseado siempre. Maïva Hamadouche es el mismísimo espejo de lo que tiene que ser un olímpico: trabajador, luchador, ambicioso, inconformista, deportivo, respetuoso, sacrificado, constante y soñador. Hemos visto en acción esas cualidades. Ahora se merece acudir a Tokio 2020 y dar de sí allí lo que ya ha hecho en el campo profesional.

Porque Maïva es boxeadora. Y, como tal, ha hecho el sacrificio de pasarse del boxeo profesional al amateur con el único fin de ser olímpica. Y no era una profesional cualquiera, puesto que en su paso por el boxeo profesional ha sido dos veces campeona europea y seis veces mundial con la IBF (Federación Internacional de boxeo). Ha preferido dejar de ganar dinero para poder ser olímpica. Con ella mantuvimos una charla en exclusiva para Historias de los Juegos.

Sobre sus comienzos nos contó que empezó con el savate, que es una especie francesa de boxeo. Con esta modalidad estuve siete años, luego otros tres con el boxeo amateur y otros siete con el boxeo profesional”. Maïva parece cumplir con el cliché de los boxeadores, de provenir de una vida llena de dificultades: “Mi vida no ha sido fácil. Mi madre nos ha tenido que criar ella sola, a mí y a mis cinco hermanos. Yo tuve que renunciar a estudiar la carrera de Derecho y ponerme a trabajar, en mi caso como policía. Entre el trabajo y el boxeo, con sus viajes, no he podido estar cerca de mi familia. No he estado muy presente en sus vidas porque prácticamente cada día estoy fuera, pero los tengo siempre presentes en mis pensamientos”. Vida nada fácil pero en ningún caso que le llevara por el mal camino, saltándose así otros de los tópicos de su profesión. Antes al contrario, como nos cuenta se hizo policía, así que pasó al lado de los “buenos” en la sociedad. De hecho, puede presumir de haber sido galardonada con la Medalla al valor que le otorgó la ciudad de París por su actuación en una misión en particular: “Fue la misión más difícil que he tenido en mi carrera como policía. Fue una misión importante. Puse en riesgo mi vida para salvar a dos personas. Ser campeón mundial, olímpico, etc. es muy importante, pero la vida es lo más importante. Son dos cosas muy diferentes que tienen un valor diferente. Para mí salvar esas dos vidas fue muy importante en mi trabajo como policía”.

Esta púgil gala tiene la suerte de ser apoyada en la lucha por la consecución de su sueño de ganar una medalla olímpica que, dicho sea de paso, otorgaría también prestigio a su país. Por ello, está siendo ayudada por las autoridades para poder entrenar sin que el ejercicio de su trabajo como policía le sea un obstáculo: La Federación francesa de boxeo me ayuda a poder compaginar mi trabajo como policía con los entrenamientos y competiciones del boxeo. Ahora mismo sólo me dedico al boxeo en exclusividad”. A Hamadouche la apodan “El Veneno”, algo que eligió ella misma porque “mi apodo, El Veneo, proviene de Méjico, porque me encanta el boxeo mejicano, su peculiar estilo. Por eso quise adoptar algo de ellos en mí y me puse ese apodo”. Confiesa que eligió su duro deporte porque “es un deporte muy físico. Exige un entrenamiento duro diario y a mí eso me gusta. Es de contacto y eso me gusta también”. Si a alguien aún le puede seguir extrañando ver a mujeres practicándolo (el boxeo femenino entró en el calendario olímpico sólo a partir de los Juegos de Londres 2012) Maïva incluso lo recomienda para que las mujeres se atrevan a practicarlo, explicándonos: “El boxeo es un deporte particularmente útil para las mujeres, por la inseguridad que pueden sufrir en las calles, para defenderse de posibles agresiones sexuales, que es la principal causa de violencia que sufren las mujeres”.

Cuando habla sobre los Juegos de Tokio 2020 se le iluminan los ojos y cuenta, con absoluta convicción: “Es mi sueño ser olímpica y hacerlo en los Juegos de Tokio. Soy boxeadora profesional pero en la actualidad lo soy en categoría amateur para poder cumplir mi sueño de ser olímpica”. Para ello tendrá que adaptarse, ya que “son estilos muy diferentes. He tenido que adaptarme. Trabajo mucho para ello, para golpear una, dos, tres veces y salir, una, dos tres veces. Además, otra diferencia fundamental es que en el boxeo profesional hay diez asaltos, mientras que en el olímpico son solo tres. En definitiva, el cambio es sensible y es difícil la adaptación”. De momento, se pone a prueba con campeonatos internacionales como el Europeo de Alcobendas 2019: “Para empezar, estoy trabajando duro para logar campeonatos, como proclamarme campeona de Europa” [Hamadouche llegaría a la final, aunque la perdería, siendo finalmente medalla de plata].

La boxeadora francesa se despide con una afirmación de su convicción: “Tengo plena seguridad de que podré estar en Tokio. No me bastaría con acudir a los Juegos. Es más, ganar allí una medalla no sería suficiente para mí. Yo voy para ser campeona olímpica”, afirmación que recalcó.

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