Legendarios

JAMES CRACKNELL: EL BICAMPEÓN OLÍMPICO CON SED DE AVENTURAS

Estamos ante un deportista nato, casi ante un héroe de otro tiempo. Lejos de “conformarse” con dos oros olímpicos el británico James Cracknell siguió ávido de aventuras deportivas una vez retirado del remo, siguiendo planteándose reto tras reto con éxito. Por el más reciente de ellos ha saltado a las páginas de la prensa de todo el mundo: ser el participante de más edad (la friolera de ocho más que el anterior poseedor del récord) en la mítica carrera entre las universidades de Oxford y Cambridge. Con 46 años fue elegido -para su sorpresa- al seguir un curso de Filosofía en la prestigiosa universidad de Cambridge.

Más allá de este récord (sin duda, meritorio) la carrera deportiva y vida en general de este remero y deportista todoterreno londinense ha estado trufada de hitos. Empezando por los olímpicos. Siendo estudiante universitario despuntó lo suficiente como para acudir a los Juegos de Atlanta 96 en la prueba del doble scull. Sin embargo, no pudo ni llegar a participar, aquejado de lo que se conoce popularmente como anginas. Tuvo la gran fortuna, no obstante, de entrar a formar parte en el equipaje del mítico Steve Redgrave, una auténtica gloria del olimpismo y del deporte británico. Con él compitió en la siguiente cita olímpica -Sidney 2000- en la prueba de cuatro sin timonel, alcanzando el oro, el primero para Cracknell. Con otra tripulación, una vez retirado Redgrave, James Cracknell defendería el oro en Atenas 2004 en esa misma prueba del cuatro sin. Entre medias, seis oros en Mundiales.

Tras la brillante carrera en el remo olímpico Cracknell sacia sus ansias de aventuras realizando travesías trasatlánticas. Así, en 2006 participa junto a Ben Fogle en la Carrera Atlántica de remo, completándola tras 49 días, 19 horas y 8 minutos. La pareja había llegado en primer lugar, pero fueron desplazados al segundo por haber infringido el reglamento al soltar agua de lastre. Su siguiente reto fue correr la maratón de Londres (más tarde también tomaría parte en la de Nueva York), casi casi un entrenamiento para la aventura que le esperaba: la carrera Amundsen en el Polo Sur. Junto con el resto de la expedición, sufriría ampollas infectadas, congelaciones, neumonía, gran pérdida de peso y agotamiento. Todo para completar los algo más de 762 kilómetros a remo. Cracknell y sus compañeros llegaron de nuevo en segundo lugar, tras el equipaje noruego.

En el podio de Atenas 2004. Foto de Getty Images

Los retos con el deporte del remo, su primera y gran pasión, no cesaron ahí, pues junto a la también remera (y medallista olímpica) Rebecca Romero intentaron otro récord, el de remar sin paradas entre los dos puntos más lejanos de Gran Bretaña: John 0´Groats en Escocia y Land´s End en el sur (no completado por culpa de una lesión en Romero).

Y llegamos al punto de inflexión en su vida: Cuando estaba intentando su énesima aventura -esta vez en tierra firme-, fue atropellado por un camión una madrugada en la Ruta 66 mientras él iba en bicicleta, completando la carrera en bicicleta, remo y a nado que une Los Ángeles con Nueva York. Cracknell se fracturó el cráneo. Estuvo en coma inducido durante diez días. El remero superó la prueba, pero el choque trajo consecuencias para su salud: epilepsia y cambios de carácter al haber sido dañada la parte del cerebro que controla los estados emocionales. El casco que llevaba puesto durante el accidente le salvó la vida, por lo que ahora se dedica a hacer campaña para su uso.

Lejos de alejarse tras la amarga experiencia de las aventuras peligrosas seis meses más tarde completó la carrera Yukon Arctic Ultra, que supone casi 700 kilómetros en bicicleta. Muchas de estas carreras han sido realizadas con fines benéficos, algo a lo que Cracknell ha dedicado parte de su vida. Tuvo mala y buena suerte en 2006, cuando un ladrón entró en su casa y le robó sus medallas olímpicas, su anillo de boda y su ordenador con el contenido de uno de los libros que el deportista ha publicado. Afortunadamente, un perro encontró las medallas, tiradas cerca de su casa durante la huida del ladrón que finalmente fue apresado.

La regata Oxford-Cambridge que le ha traído de nuevo a la actualidad no es más que uno más de los retos logrados por este inquieto deportista que lleva el espíritu deportivo en la sangre, aunque compagine aventuras también con vida política en campañas con distintos fines y con un intento -esta vez no logrado- de convertirse eurodiputado en 2013.

James Cracknell, a la izquierda, con el oro de Sidney. Foto de Ross Kinnaird/Getty Images

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