Entrevistas

JESÚS CARBALLO: “PERDER LA MEDALLA EN ATLANTA 96 ME AYUDÓ A APRENDER Y A MEJORAR”

Al hablar del actual –desde 2010- presidente de la Federación Española de Gimnasia podríamos estar hablando de un, a su vez, merecidísimo medallista olímpico pero a Jesús Carballo no le acompañó la suerte en la máxima expresión deportiva: los Juegos Olímpicos. Porque Jesús Carballo, no lo olvidemos, había conseguido -previo a los Juegos de Atlanta 96- resultados y títulos que le ponían como favorito para el oro en la prueba de barra fija. Pero un maldito resbalón le privó de subirse al podio. Era entonces el vigente campeón y demostró que no fue flor de un día, ni mucho menos, repitiendo título en el Mundial de 1999 y consiguiendo la plata en el de 1997, amén del título europeo en 1998. El propio ex gimnasta nos cuenta cómo vivió esa mala pasada del destino en los que tenían que haber sido “sus” Juegos: Uno siempre cuando tiene la posibilidad tiene la ilusión y las ganas de conseguir una medalla; en cuanto no lo consigues, y más con un fallo, siempre te llevas una decepción importante, pero eso siempre te ayuda a aprender y a mejorar de cara al futuro”. Carballo se muestra positivo y nada amargado por lo que deparó el destino en el Georgia Dome de Atlanta: “Me queda un recuerdo muy bonito de aquellos años, con la oportunidad perdida de haberme traído una medalla olímpica, pero siempre queda el recuerdo de haber luchado por ella. Además, siendo tan joven como era en aquellos momentos también me dio la oportunidad de aprender lo que es la gimnasia: que cualquier mínimo error te puede arrebatar una medalla como nos pasa a todos los deportistas”. Pese a todo conseguiría un séptimo puesto final en su aparato en el que era especialista y, por tanto, un diploma olímpico.

La mala suerte le siguió acompañando, pues no pudo quitarse la espina que tenía en la siguiente cita olímpica de Sidney, a la que ni tan siquiera pudo acudir debido a las lesiones –que, por otra parte, fueron innumerables y le acompañaron durante su carrera deportiva-: “Tuve problemas con la rodilla. Tuve muchas operaciones y al final, en un muy buen estado de forma como estaba yo para Sidney, me tuve que quedar fuera por una rotura de ligamentos cruzados que fue todavía peor que en Atlanta, porque en Atlanta estuve allí luchando, mientras que en Sidney ni siquiera pude participar. Aun con todo, la carrera de un deportista es muy larga y sacas siempre momentos buenos”. A los Juegos de Atenas sí que pudo acudir, ya por fin acompañado del equipo español, del que formó parte. Antes de ello pasó por más operaciones y un baja de hasta 19 meses alejado de la gimnasia. Aun así, consiguió la clasificación para Atenas 2004 y ahí se le reaparecieron los fantasmas, con una nueva caída en la barra fija, por lo que no pudo clasificarse para la final. En la clasificación por equipos acabó en décima posición.

En Atlanta 96. Foto de la cuenta de Instagram de Jesús Carballo

Pese a tantas lesiones y caídas en Juegos Olímpicos Jesús Carballo mira hacia atrás y hace un buen balance de su carrera: “Estoy 100% satisfecho de mi carrera deportiva, de la cual he acabado muy contento. He valorado momentos muy buenos y los momentos malos te quedan como aprendizaje”. Y entre esos buenos momentos cuenta, cómo no, con la vida en la villa olímpica: “La experiencia de vivir unos Juegos es algo inimaginable e inigualable. Los Juegos para un gimnasta, además, son especialmente importantes porque trabajamos muy duro cuatro años para poder estar”. De lo vivido en Atlanta se queda con unos recuerdos intensos “porque además fui sin equipo. Recuerdo unos Juegos un poco caóticos. Me acuerdo que una vez casi no llegué a la competición porque el autobús se perdió y no pude calentar. Eran situaciones, que además yo tenía por entonces 19 años, a las que no estás acostumbrado. Aunque en Estados Unidos era muy bonito porque estabas en un comedor y de repente aparecía una estrella de Hollywood a saludar a la gente, por ejemplo Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone. Las grandes infraestructuras de los Juegos son enormes, todo allí era una sorpresa”.

Carballo, hijo del ex seleccionador nacional del equipo femenino y hermano de gimnastas, alguno olímpico también, ha vivido la gimnasia desde niño. A los cinco años ya la practicaba. Entre las satisfacciones personales que puede tener es la de haber dado su nombre a un elemento: el Carballo es un tipo de suelta en su aparato favorito: la barra fija.

Carballo, después de ser gimnasta, se convirtió en entrenador y ahora en dirigente deportivo: “Son funciones totalmente diferentes. Ahora llevo estos años como presidente de la Federación con mucha ilusión, es algo que me encanta y me llena. Es diferente y tengo la oportunidad de seguir vinculado a la gimnasia; es otro punto de vista. Hay veces que lo paso peor porque yo mismo veo el esfuerzo que hace la gente y quizá cuando era deportista no era consciente, pero ahora sí lo veo y quiero que les salga bien porque se lo merecen. Cuando voy a las competiciones sufro porque quiero que hagan bien el trabajo. Peleas por los deportistas y eres un poco la representación de ellos”. Sufrirá más, pero como presidente ha tenido la oportunidad, entre otras, de vivir medallas de “sus chicos y chicas”, como la mismísima plata de conjuntos de rítmica en Río: “Trabajamos muchas horas un equipo muy grande con mucha ilusión. Lo que llevamos viviendo estos años, las experiencias, las competiciones y la trayectoria de estas gimnastas se merecía una medalla. Aun sin haberla conseguido todo el mundo habría estado orgulloso y satisfecho de ellas”.

 

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