Entrevistas

SALOME PAZHAVA Y NEVIANA VLADINOVA: ACERCÁNDOSE A LAS GRANDES DE LA GIMNASIA RÍTMICA

Hoy dedicamos este artículo a gimnastas olímpicas de un nivel medio con una más bien lejana posibilidad de subir al podio olímpico, porque no todo en los Juegos Olímpicos son campeones y medallistas. Una de las protagonistas, además, tuvo el mérito en Río 2016 de competir lesionada, con fuertes dolores, aunque ella nunca se planteó abandonar, como manifestó a Historias de los Juegos en una entrevista exclusiva: Durante los Juegos de Río jamás pensé en retirarme. ¿Por qué iba a hacerlo? Era una competición muy importante, aunque si hubiera sido otro campeonato tampoco me habría retirado. Yo nunca abandono”. Son palabras de la georgiana Salome Pazhava, una de las gimnastas de rítmica más personales por las músicas que utiliza y los pasos de danzas típicas del folclore de su país que incorpora, dificultadas, a sus programas: “Para mí es importante realizar programas con músicas originales, utilizando el folclore de mi país. La música es importante en la gimnasia rítmica”. Merece la pena ver sus programas aunque sólo sea para comprobar la originalidad que incorpora. La pizca de nivel técnico que le falta para igualar a las más grandes la sustituye con montajes diferentes y enérgicos. Por algo para ella la gimnasia rítmica no es sólo un deporte, sino también un espectáculo. Sin embargo, el espíritu combativo del deporte no la ha abandonado nunca, como le ocurrió en sus hasta ahora únicos Juegos Olímpicos: “Continué en Río pese a mi lesión porque quería competir. No podía realizar todos los elementos de mis programas pero seguí con fuerza y ahora solo espero poder participar en Tokio a pleno rendimiento”. Y añade: “Ya fui a Río lesionada, pero la lesión aumentó allí, empeorando según pasaba el tiempo y yo realizaba mis actuaciones”. Su lesión en Río, que ofreció una de las imágenes de esa edición olímpica al acabar, totalmente dolorida y desahogada, su último ejercicio, llorando sobre el tapiz, también le afectó mentalmente, según ella misma reconoce. De ahí su algo decepcionante 14º puesto final, a todas luces inferior a su nivel. Tras los Juegos, admite, “llegué en pensar en parar, porque me encontraba en mal estado, también mentalmente, pero más tarde me lo replanteé y decidí continuar”. Su coraje en continuar hasta finalizar sus cuatro programas en los Juegos Olímpicos le ha proporcionado, eso sí, además del respeto y admiración general, premios en todo el mundo al ser demostración viva del espíritu deportivo y olímpico.

La búlgara Neviana Vladinova (nacida en 1994) había conseguido medallas en Europeos, Mundial y finales del Grand Prix. Pese a rozar la élite era consciente de que unos Juegos Olímpicos son otra dimensión, a cuyo podio es aún más difícil subir: “Mis medallas en las competiciones previas no me hicieron pensar que podría obtener alguna medalla en Río. Estuvo bien mi papel en los Juegos, aunque espero mejorarlo en la próxima cita olímpica”. Vladinova considera que su séptimo puesto final en Río estuvo bien para su nivel: “En Río me sentí muy bien, fue una experiencia muy agradable que espero repetir en los Juegos de Tokio. Mi séptimo puesto final era lo que esperaba, fue un buen resultado para mí. Podría haberlo hecho algo mejor, quizás la próxima vez”.

Neviana pertenece a la prestigiosa escuela búlgara, aunque ésta viviera sus mejores momentos en el pasado. Aun así, trata “de mantener de alguna forma el estilo de la escuela búlgara, aunque con algunas innovaciones. Mi heroína de siempre fue Maria Petrova. He tenido la oportunidad de charlar con ella en varias ocasiones y me ha dado consejos”. Pese al dominio casi absoluto que parecen tener en su deporte las rusas, Neviana es optimista gracias al código actual: “Siempre es difícil superar a las rusas, pero soy de la opinión que este nuevo código ofrece más oportunidades a más gimnastas a subir al podio. Este código me gusta, se acerca más a mis características. Ahora nadie sabe quién estará en los mejores puestos, lo que aumenta el interés”. Por ello la joven búlgara tiene puestos sus ojos en Tokio 2020, donde “espero que esos Juegos supongan el cénit de mi carrera. Los de Juegos de Río fueron mi primera gran competición en la que tuve un buen papel y puesto final. En Río sentí algo de presión, pero es algo normal en los deportistas. Quien sepa manejar bien la presión será un buen deportista”.

Si en Río 2016 no vimos lo mejor de Salome Pazhava y Neviana Vladinova puede que en Tokio 2020 sí lo hagamos. En cualquier caso, seguro que disfrutaremos con sus originales e innovadores programas.

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