Heroínas olímpicas

VALENTINA VEZZALI, LA MÁS GRANDE EN ESGRIMA

A veces da un gusto especial escribir sobre un deportista. Es inevitable que algunos sean tan campeonísimos que se conviertan en una leyenda viva, gente “bigger than life”. Un ejemplo claro es Valentina Vezzali. Para quien no siga el apasionante aunque minoritario deporte de la esgrima este nombre no le dirá nada, pero se trata de la tiradora más grande que ha dado la historia de este deporte. Aún más: el italiano (en este caso mujer) más galardonado en unos Juegos Olímpicos (14 medallas). No hay ningún otro deportista italiano que tenga más medallas que Valentina. Por si fuera poco, es la única deportista que ha logrado tres oros consecutivos en la misma disciplina de esgrima en tres Juegos Olímpicos distintos.

Todo ello, aun siendo una proeza digna de admirar, se ve agrandado por su gran capacidad de combate en el deporte. Esta luchadora nata fue capaz de haber sido campeona del Mundo tan solo 83 días después de haber dado a luz a su segundo hijo.

Foto de Hannah Johnston/Getty Images

Cuando ya lo tenía todo ganado Valentina, que se define como una persona con gran determinación, decidió acudir a sus quintos Juegos –los de Londres- y allí ganó un oro por equipos y un bronce más que meritorio. Ese bronce, que supuso un pleno para su país, Italia, en el podio, reflejó lo que debe poseer todo deportista que quiere llegar a lo más alto. Vezzali se jugaba su última ocasión de medalla, ya con 38 años, frente a la coreana Nam Hyun-Hee, a la que venció en el tiempo extra añadido recuperando una desventaja de cuatro puntos ¡¡en sólo 13 segundos!! Una hazaña de esas que permanecen en la retina toda la vida de aquel que la contempla. Una remontada capaz de convertir en aficionado a este deporte a cualquier testigo que hasta entonces no se interesara por la esgrima.

Valentina goza de una popularidad inmensa en su país, protagonizando campañas publicitarias, interviniendo en el “Mira quién baila” italiano, participando activamente en causas benéficas, bautizando cruceros y, sobre todo, convirtiéndose en diputada desde 2013 formando parte de la Comisión parlamentaria de cultura, ciencia e instrucción, habiendo presentado diez proyectos de ley.

No lo ha tenido fácil, pues en la esgrima se rota en su competición por equipos en cada ciclo olímpico el arma y, pese hacer desaparecer la especialidad de Valentina (florete), ha conseguido seguir ganando.

Valentina Vezzali, una policía de profesión que gusta de cantar antes de las competiciones, es una maestra de la concentración en competición. Su coraje, posiblemente transmitido en parte por su entrenador, Ezio Triccoli, que aprendió este deporte mientras estaba prisionero en la cárcel de Zonderwater durante la Segunda Guerra Mundial, se demostró cuando superó una gravísima lesión en la rodilla derecha en 2006. Eso no la paró, ni lo hará la edad, pues pretende competir en Río con 42 años. Alguien hecho de la pasta de Valentina podrá lograrlo.

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