Paralímpicos

KAPIL PARMAR: CIEGO AL SER ELECTROCUTADO DE NIÑO, HIZO HISTORIA EN PARÍS 2024

Probablemente nunca hayan oído el nombre de Kapil Parmar pero tiene detrás una historia que debe contarse. Nacido en Sehore, India, contaba nueve años cuando fue a buscar agua de una bomba de agua en el campo cercano a su casa (aunque otras fuentes cuentan que simplemente estaba jugando cerca de la bomba de agua) cuando al tocar por accidente un cable cercano se electrocutó. Quedó inconsciente para ser más tarde encontrado en ese estado por un aldeano. Fue llevado al hospital situado en la localidad de Bhopal y allí permaneció en coma durante seis largos meses. El accidente de marras le hizo perder la visión en ambos ojos.

Kapil proviene de una familia humilde, donde su padre trabajaba de taxista y su madre era granjera. Las dificultades financieras de la familia hicieron que el propio Kapil, junto a uno de sus tres hermanos, tuviera que ponerse al frente de un puesto de venta de té, pese a sus problemas de visión, para poder financiar de alguna manera su pasión por el deporte.

Foto de Reuters

Parmar practicaba la lucha antes de su accidente. Los médicos le aconsejaron que realizara alguna actividad física para ganar algo de peso tras su larga hospitalización. Un profesor le sugirió el judo, que ya le gustaba desde antes del accidente, para así de paso canalizar su energía. Y así, fue acogido por la academia de Lucknow, aunque tuvo que pedir ayuda económica para poder realizar los traslados a los torneos en los que participaba. Por aquel entonces aún ni siquiera pensaba en que un día podría tomar parte en unos Juegos Paralímpicos y, lo que es más, llegar a ganar una medalla en ellos, la que sería primera medalla de India en judo en Juegos Paralímpicos.

Así lo hizo Kapil en París en 2024. Aunque llegó a la cita como número 1 del mundo perdió en semifinales, pero se resarció en el combate por el bronce, que acabó ganando. Antes de la competición, y como siempre ocurre con el judo para ciegos, tuvo que “reconocer” el tatami junto a su entrenador. Y no solo el tatami, sino que recorrió toda la instalación, desde la zona de calentamientos hasta el vestuario. Necesita conocer cada rincón para sentirse seguro. También son fundamentales las indicaciones a modo de gritos que su entrenador realiza durante cada combate. En su modalidad el entrenador juega un papel crucial.

En la actualidad la familia de Kapil Parmar ya no pasa tantos apuros. Él ha empezado a recibir ayuda gubernamental al encontrarse en un programa estatal de apoyo a deportistas de élite y recibe compensaciones por sus múltiples medallas internacionales. Sus padres ya no tienen que dedicarse a los duros trabajos que hacían antes. Él disfruta practicando judo y sólo sueña en ganar el oro en la cita de Los Ángeles de 2028.

Foto de Reuters