Uncategorized

GIOVANNI PETTENELLA: GANAR EL ORO OLÍMPICO EN CICLISMO QUEDÁNDOSE QUIETO

A veces los récords (olímpicos o mundiales) no son lo que nos esperamos de ellos: un récord que no rebaja en centímetros una marca medible o en segundos o décimas una que tiene que ver con el tiempo. El récord -olímpico, en este caso- del que hablamos hoy es insólito: la prueba de ciclismo en pista que más tardó en realizarse.

Nos explicamos. Estamos en los Juegos Olímpicos de Tokio celebrados en 1964. El italiano Giovanni (Vanni) Pettenella, un ciclista que lo es por ganar una apuesta a su padre (el padre le obligó a abandonar el deporte del ciclismo si no ganaba al menos una de las tres carreras que iba a disputar en sus comienzos. Giovanni ganó la tercera) , compite en la prueba de sprint. Venía de colgarse ya al cuello su primera medalla olímpica: una plata en la contrarreloj de 1 kilómetro. Pero su “hazaña” iba a realizarla en la modalidad de sprint.

Pettenella era conocido por ser un gran estratega, condición básica para ganar sprints. Empleó todos sus conocimientos tácticos en los Juegos tokiotas y ello le sirvió para proclamarse campeón olímpico. Si ya lo hizo en todas las carreras que tuvo que disputar, llegó al culmen en la semifinal. Y eso que estuvo a punto de ser eliminado en octavos de final. De hecho, si pasó fue gracias a las repescas. En cuartos de final superó al belga Patrick Sercu (que le había superado en la contrarreloj) enfrentándose en la semifinal al francés Trentin. Fue esta carrera la que le llevó a establecer un peculiar récord.

La idea del italiano era clara: dependiendo de las intenciones de su rival él optaría por una táctica u otra: si el rival quería ir delante, él se pondría delante; si por el contrario el contrincante prefería quedarse atrás Pettenella tenía la intención de quedarse quieto, de pie sobre la bicicleta. En efecto, durante la semifinal ninguno de los dos participantes quería tomar la delantera, por lo que ambos optaron…por quedarse quietos, frenando hasta quedar totalmente parados. Así permanecieron durante ¡21 minutos y 57 segundos! Ése fue precisamente el récord que establecieron. Sólo después de ese largo intervalo los dos ciclistas decidieron emprender la marcha, saliendo ganador de la contienda el italiano. En la final Pettenella superó también a su compatriota Sergio Bianchetto, ganando el oro olímpico.

Y si nos pareció que el récord establecido en la semifinal fue considerable atentos a lo que ocurrió pocos años más tarde, concretamente en 1968, ya fuera de unos Juegos Olímpicos pero con los mismos protagonistas de la final de Tokio 64. Ocurrió durante el campeonato nacional italiano con Pettenella y Bianchetto de nuevo disputando la final. El segundo se negó a tomar el liderazgo y Pettenella volvió a sacar sus armas quedándose quieto, parado…durante una hora, tres minutos y cinco segundos. Según pasaban los minutos el público fue enfureciéndose. Cuando finalmente Bianchetto se movió no fue por estrategia, sino por falta de fuerzas, llegando a caer. Vanni aprovechó y le ganó. Podríamos decir que fue un maestro de una táctica llevada a la práctica hasta la extenuación. Huelga decir que el récord de tiempo empleado en esa prueba sigue sin ser haber sido superado.

Foto del CONI

Un comentario