Concienciados olímpicos

LEON REID: EL ATLETA AL QUE LA TRAICIÓN DE UN AMIGO CASI DEJA SIN JUEGOS OLÍMPICOS

La vida no se lo puso fácil al atleta olímpico Leon Reid. Nacido en Bath, Inglaterra, de padre jamaicano y madre norirlandesa, vivió sus primeros años de vida rodeado de un ambiente envuelto en la drogadicción de sus padres. El edificio donde vivía estaba habitado por consumidores de crack y heroína a los que Leon, de niño, estaba acostumbrado a ver tomar dichas sustancias. Muchos días tenía que ir andando hasta el colegio porque su madre no le daba el dinero ni para el autobús. Su hermano, mientras, ya se estaba metiendo en problemas. En esas circunstancias, Leon pasó por catorce casas de acogida hasta ser adoptado por una mujer irlandesa con cuyo hijo Leon jugaba al fútbol convirtiéndose en los mejores amigos. Al poco, la madre de ese amigo acogió a Leon de forma permanente.

Su vida empezó a cambiar a partir de ese momento y, viendo que el chico podía correr muy rápido, comenzó a practicar atletismo, pese a que uno de sus primeros entrenadores directamente le confesó que “no estaba hecho para el deporte”. Leon le demostró su error, llegando a ganar medallas, primero para Gran Bretaña en categorías inferiores, luego para Irlanda del Norte en los Juegos de la Commonwealth, para más tarde pasar a representar a Irlanda. No menor en su carrera fue el logro de llegar a entrenar con el mismísimo Usain Bolt en una concentración realizada en Jamaica o con Wayde van Niekerk en Sudáfrica.

Fue precisamente a la vuelta obligada de esta concentración atlética por el comienzo de la pandemia y su consiguiente confinamiento cuando la vida de Leon dio otro vuelco. El piso donde vivía, que él había prestado a un amigo, resultó que se dedicaba a la producción de cocaína. El “amigo” en cuestión, también atleta, se llamaba Romaine Hyman. Fue a principios de 2020, mientras Reid estaba entrenando en Sudáfrica y dado que no iba a necesitar el piso, Leon se lo prestó a Hyman absolutamente desconocedor del uso ilegal que Hyman iba a hacer de él. Hyman acabó siendo juzgado y declarado culpable de hasta 18 delitos y sentenciado por tanto a 26 años de cárcel, pero Leon Reid se vio salpicado.

Para empezar, su prestigio y su imagen y, consecuentemente, la pérdida de patrocinadores. De tener ingresos fijos a perderlos y aparecer las deudas, precisamente cuando estaba a punto de nacer su primer hijo. Para continuar, quedó realmente en el aire su participación en los que iban a ser sus primeros Juegos Olímpicos, los de Tokio 2020. Irlanda le descalificó de su lista de seleccionados, dado el delito que pesaba sobre él, porque aunque inocente, Reid iba a ser juzgado al tratarse de su piso. De hecho, en plena pandemia recibió la desagradable visita de policías en el piso de marras y fue interrogado por si estuviera involucrado de alguna manera en los delitos.

Debido a la pandemia su juicio fue atrasado. El jurado finalmente no encontró que Reid tuviera nada que ver con los delitos (otro de ellos era la posesión de armas que se encontraron en el piso), pero hasta que eso ocurrió Reid estaba de alguna forma “manchado” por el caso, por no hablar de que mentalmente todo el asunto no ayudaría en absoluto a su preparación de cara a los Juegos. Leon Reid se encontraba además en ese momento en el pico de su carrera, centrado en sus entrenamientos y se había desentendido de lo que hacía su amigo en su piso. Según confesó, Hyman se aseguró de realizar sus negocios con droga mientras Reid estuviera fuera y no pudiera pillarle. Posiblemente de no haber tenido que regresar de la concentración atlética en Sudáfrica debido al obligado confinamiento por la pandemia Reid no hubiera vuelto a su piso cuando lo hizo y, para cuando volviera según lo inicialmente previsto, Hyman ya se habría marchado. En cualquier caso Reid sí que tuvo que realizar 220 horas de servicio a la comunidad, algo que no le importó puesto que él mismo se dedica motu proprio a esas tareas, siendo embajador de la ONG Break dedicada a los niños y jóvenes salidos de casas de acogidas para tener un futuro sano.

Finalmente Leon Reid pudo ser olímpico en Tokio, alcanzando las semifinales en la prueba de los 200 metros, la prueba que es su especialidad. Su reputación parece restituida, pues no fue otra cosa que una víctima del abuso y la traición de un “amigo”. Su exceso de confianza le trastocó la vida, estando a punto de negarle cumplir su sueño de ser olímpico. En la actualidad, ya retirado, Leon Reid se dedica a enseñar a futbolistas de varios clubes ingleses a mejorar su técnica al correr y no abandona su misión de inspiración de menores vulnerables que viven en casas de acogida para que afronten de la mejor de las maneras los retos que la vida futura les depara.

Foto de INPHO

Un comentario

  • Virginia Bernardi Garrido

    Que mala suerte tuvo!, demostrar su inocencia pero la duda estaba a su alrededor y perdió prestigio,dinero y casi no poder competir. Menos mal que limpió su nombre!.