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SAINA NEHWAL: EL EMPUJE DEL BÁDMINTON INDIO

El bádminton se ha convertido en los últimos años en el tercer deporte más popular de India, a continuación del hockey y de la lucha. La responsable de esto tiene un nombre y no es otro que Saina Nehwal. Es algo que no cuestiona nadie, como que gracias a ella han surgido otras figuras -femeninas, además- en su país como la mismísima doble medallista olímpica Pusarla Sindhu, unos años más joven.

Saina nació en marzo de 1990 pero a pesar de la edad y, sobre todo, de las lesiones que ha padecido, continúa en la brecha y además ganando. A los ocho años de edad su familia se mudó por trabajo a una zona de la India cuyo idioma desconocía Saina y entonces empezó a jugar a bádminton para poder socializarse de alguna manera, bien es cierto que no era un deporte desconocido para ella porque sus padres lo habían practicado durante años. Saina resultó ser uno de esos deportistas cuyos padres quieren que alcancen más nivel del conseguido por ellos porque, de hecho, Saina se decidió por el bádminton para cumplir los sueños de su madre de convertirse en una jugadora con nivel nacional. Está claro que superó sus expectativas, las propias y las maternas.

Nehwal tuvo la fortuna de tener como entrenador al prestigioso Pullela Gopichand en su academia. Años más tarde le dejó, lo que hizo que Gopichand “se sintiera miserable”, según confesó en un libro. (Adelantamos que con los años volvería a ser entrenada por Gopichand). El nuevo entrenador de Nehwal sería Vimal Kumar y bajo su tutela Saina llegaría a ser número 1 del mundo en 2015. Antes de eso Saina había sido olímpica en Pekín 2008, donde esperaba al menos una medalla, pero su excesiva juventud hizo que alcanzara únicamente los cuartos de final. A las 5 de la mañana del día siguiente empezó a entrenar de cara a la siguiente cita olímpica. El esfuerzo mereció la pena, ya que salió de Londres 2012 con una medalla olímpica colgada al cuello. Entre medias había ganado los mejores torneos del mundo. Su concienzuda preparación parecía que iba a dar los frutos esperados, pero una semana antes del inicio de los Juegos le atacó una fuerte fiebre que tendría consecuencias en el torneo olímpico. Pese a ello, llegó hasta las semifinales, pero en medio del partido se vio muy afectada por la fiebre, no pudiéndose mover como querría. Su rival lo vio y se aprovechó. Sin embargo encontró la fuerza suficiente para pelear por una medalla de bronce que finalmente consiguió. Medalla resultado de trabajo duro, sacrificios y de creer en sí misma, como publicó inmediatamente después en sus redes sociales. Bien es cierto que en mitad del partido su rival se lesionó en su rodilla derecha. A Saina no le gustó ganar de esa forma.

Huelga decir que volvió como una heroína a su país. Se había convertido en el primer jugador de bádminton de su país en conseguir una medalla en unos Juegos Olímpicos. Pero la racha no continuaría en la cita olímpica de Río donde decepcionó al perder en su segundo encuentro. Más tarde lamentó haber ido a Río ya que su rodilla por entonces estaba lesionada. Le fue peor en los siguientes Juegos, ya que ni siquiera pudo acceder a ellos al no clasificarse. Han sido demasiados años padeciendo lesiones y enfermedades.

En su larga trayectoria ha ganado 24 títulos internacionales, once de ellos en Superseries. También puede enorgullecerse de ser la única persona de India en haber ganado al menos una medalla en cada torneo principal de su deporte. Añadamos que sin su inestimable aportación su país no habría conseguido su primera medalla en la Uber Cup, competición por equipos.

Su leyenda en grande en India. El día de su cumpleaños es celebrado incluso por las más altas autoridades. Modelo a seguir por las niñas y jóvenes de su país, impulsora de su deporte, la “Super Girl de India”, venida de la clase media, ha demostrado que con tesón se puede. Nada nuevo para los que siguen esta página, donde hemos hablado de tantos y tantos campeones (o no) del deporte cuya principal característica es la capacidad de trabajo y sacrificio.

Foto de Reuters

 

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