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BRADLEY WIGGINS: “LOS JUEGOS OLÍMPICOS SON MÁS RECONOCIDOS A NIVEL MUNDIAL QUE EL TOUR DE FRANCIA”

Charlar con Bradley Wiggins es un placer que puede durar horas, simplemente con que hablara parcamente de su espléndida trayectoria. Doce medallas en Mundiales (siete de ellas oro) sólo en pista, otras tres (una de oro) en ruta, vencedor del Tour de Francia, infinidad de otras victorias en criterios, carreras o vueltas de una semana y, sobre todo, lo que nos incumbe: ocho medallas olímpicas, de las cuales cinco son oros, lo que le convierte en el deportista británico con más medallas de oro junto al gran remero Steve Redgrave. Además de la gloria ofrecida a su país es una leyenda del ciclismo mundial, pues es el ciclista más laureado en unos Juegos Olímpicos: siete medallas en pista (cuatro oros, una plata y dos bronces) y un oro en ruta. Él mismo nos pregunta de cuánto tiempo disponemos para hablar de sus experiencias olímpicas, porque tiene mucho que contar: “He participado en cinco ediciones olímpicas que se extienden a lo largo de 20 años. Entre el Tour de Francia y los Juegos Olímpicos creo que los Juegos son más globales, más reconocidos a nivel mundial. Es una competición en la que participa todo el planeta y ocurre sólo cada cuatro años. En mi país se ha convertido en una especie de institución”.

En Pekín 2008

El británico -aunque nacido en la localidad belga de Gante- empieza comparando la gran diferencia que había en su país sobre la percepción de los campeones olímpicos: “Cuando yo era niño no gozábamos en Gran Bretaña de tantos deportistas olímpicos y tantas medallas de oro. A lo sumo lográbamos una o dos. Ahora estamos incluso saturados de medallas de oro y eso ha hecho que casi se devaluaran un poquito, pero reflejan lo bien que está Gran Bretaña en deporte en la actualidad. Los niños ahora creen que pueden convertirse en campeones olímpicos porque todos tienen alguno en alguna ciudad cercana, así que eso está bien desde ese punto de vista, pero desde la mística y un punto de vista romántico yo cuando era niño apenas teníamos a Chris Boardman, tal vez un Steve Redgrave, un Colin Jackson, un par de otros deportistas que pudieran ganar medallas esporádicamente o incluso un oro olímpico, lo que convertía las medallas en Juegos Olímpicos como algo más romántico. Y eso hizo que fuera algo más poderoso, más que un deseo y una necesidad el ir y ganar tú mismo una medalla. Si uno gana un oro olímpico ahora, siendo joven, eres simplemente uno de muchos en hacerlo. Y por ello la compensación no es tan grande porque estamos saturados de campeones olímpicos”. Tiene razón el campeón: cuando algo se convierte en tan habitual parece “fácil” de conseguir y se percibe desde otro punto de vista.

En ciclismo siempre existirá la diatriba entre qué competición es más destacable y cuál engalana más el palmarés de un ciclista: si el oro olímpico o el Tour de Francia. Wiggins ha tenido la oportunidad de vencer ambos en el mismo año (2012) y con escasos días de diferencia: “Si preguntas a alguien el nombre de todos los campeones olímpicos en mi país será muy, muy difícil, si no imposible, que te los digan. Si lo hubieras preguntado hace una veintena de años podrías nombrarlos con los dedos de una mano. Así que la diferencia de llegar a ser parte del club de los atletas con más medallas en mi país es deseable por una parte y en parte algo que mereció la pena conseguir. Por otra parte el Tour de Francia, independientemente del número de veces en las que hayas conseguido vencer en él, es un evento que supera los cien años. Es un hito histórico. Los ganadores múltiples del Tour son una decena, pocos más. Formo parte de ese club de unos 15- 20 ciclistas top que han ganado. Por otra parte el club de británicos que han ganado múltiples oros olímpicos supera las 200. Esa es la mayor diferencia”.

Foto de Odd Andersen/AFP/Getty Images

Concretando en sus experiencias olímpicas, nos las desgrana someramente, por orden cronológico: “Los Juegos de Sídney fueron muy especiales para mí porque tenía entonces 19 años. Dos años antes había abandonado la escuela, vivía en unas viviendas de Londres con subsidio. Y de repente me encuentro ganando una medalla de bronce en unos Juegos Olímpicos. Así que cuando gané ese bronce [en persecución por equipos 4.000 metros] no tenía por entonces la idea de continuar en el deporte. Pensaba en ir a buscar un trabajo a la semana siguiente. Pensé que si tenía una medalla olímpica me garantizaría un trabajo para el resto de vida, así de ingenuo era por entonces. Pero desde ese momento simplemente quería ganar un oro”. En esa ocasión participó sólo en dos pruebas de pista, la mencionada en la que se hizo con el bronce y la de Madison, donde se haría con el puesto menos deseado: el cuarto.

En la siguiente cita olímpica siguió participando únicamente en la pista: se hizo con el oro en persecución individual 4.000 metros, la plata en la misma carrera pero por equipos y el bronce en Madison: “Jason Queally ganó un oro en esos Juegos de Sídney y eso me inspiró a mí a seguir e intentar conseguir el título en Atenas cuatro años más tarde, lo que logré. En esos momentos mi entrenador era Chris Boardman. Le había visto años antes ganar en Barcelona el gran título y de repente tenía a mi lado como mentor a la persona que me había inspirado a ser ciclista”.

Como comentarista de Eurosport

Su exitosa participación en los Juegos de Pekín 2008 nos la refleja de manera modesta: “En los Juegos de Pekín intenté ganar tres medallas de oro, pero fallé en una, ganando sólo dos”. De las tres pruebas habituales únicamente falló en la de Madison, donde alcanzó el noveno puesto. Llegamos a los Juegos que tuvieron lugar en su país: “En Londres 2012 cambié las pruebas y participé en la de ruta diez días después de vencer en el Tour de Francia. Conseguí el oro”. Lo hizo concretamente en la prueba contrarreloj, acabando en un lejano puesto (102) en la de ruta individual. Finalizamos con su última participación olímpica, en Río 2016, donde volvió a la pista ganando el oro en la única prueba en la que participó, la de persecución por equipos 4.000 metros: “En Río fue como una vuelta a como cuando empecé, en el año 2000. Completé con la persecución por equipos e igualé el número de oros olímpicos (cinco) de Steve Redgrave”.

Bradley Wiggins, que ahora comentarista en el canal televisivo Eurosport, nos compara el ciclismo practicado cuando él estaba en activo y el ciclismo actual: “Soy de la vieja escuela. Mi primer Giro en 2003 lo hice junto a Cipollini, que era el campeón mundial en ese momento. Marco Pantani corrió ese Giro. Solíamos ir muy lentos al principio e ir acelerando. Me eduqué en esa escuela. Actualmente el ciclismo es más impredecible. Las tácticas han cambiado, pero el ciclismo se basa siempre en correr más rápido. Ahora se aplica más la ciencia y se va a los detalles puntuales; se ha extendido a más países, está las 24 horas del día en televisión”.

En su país es toda una celebridad, habiendo sido condecorado con los máximos honores. El año 2012 particularmente fue especial para él, pues sus numerosos triunfos le hicieron merecedor del Premio a la Personalidad Deportiva del Año. Un lujo poder haber charlado con una leyenda del deporte británico y del olimpismo en general.

Consiguiendo su quinto oro olímpico. Foto de Alex Whitehead/SWpix.com

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