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OKSANA BAIUL: LA CAMPEONA FUGAZ DEL PATINAJE

La competición de patinaje artístico femenino de los Juegos de Lillehammer 94 fue prácticamente acaparada por el duelo entre las estadounidenses Nancy Kerrigan y Tonya Harding (que ha llegado incluso a la gran pantalla). Pero la que se llevó el oro no fue ninguna de ellas, sino una ucraniana que podemos calificar como niña: Oksana Baiul. Y su historia, pre y post Juegos Olímpicos es digna de otro largometraje o de un libro. Vayamos con ella.

Foto de Simon Bruty/Getty Images

Nacida en Dniepropetrovsk su padre abandonó a su familia cuando Oksana tenía sólo dos años. A partir de ese momento vivió con su madre y abuelos maternos. Sin embargo, cuando contaba diez años murió su abuelo y su abuela un año más tarde. Cuando Oksana tenía trece años falleció su madre de un cáncer repentino. Entonces la pequeña pasó a vivir con su entrenador…quien pronto recibiría una oferta para entrenar en Canadá que no rechazó, por lo que Oksana se quedó con la mujer de éste durante un breve periodo de tiempo, hasta que tuvo que trasladarse a vivir a una residencia pagada con fondos estatales a cambio de que se dedicara al patinaje, en el que ya prometía porque, a partir de que su abuelo le regalara sus primeros patines a la temprana edad de tres años su mejoría fue tal que con siete años ganó su primera competición. De niña a Oksana lo que le gustaba era el ballet pero alguien le dijo que no tenía el tipo de cuerpo adecuado para esa práctica. Su abuela le aconsejó el patinaje artístico porque era “ballet sobre patines”.

Durante un tiempo pasó a entrenar con Galina Zmievskaya, que había llevado al oro olímpico a su compatriota Viktor Petrenko en los Juegos de 1992. A partir de entonces comenzó su corta y exitosa carrera como patinadora, aún a una edad muy temprana. Su primera gran competición fue el Europeo de Helsinki de 1993, donde conseguiría la plata detrás de la francesa Surya Bonaly, una de sus máximas rivales durante los escasos años en que compitió. La siguiente cita fue ese mismo año en el Mundial de Praga y fue entonces cuando comenzó su calvario con las lesiones: se chocó contra un borde de la pista y se dañó el cuello y la espalda. Además de los dolores que tuvo que soportar no le quedó más remedio que competir con los patines que le quedaron torcidos por el choque ya que no hubo tiempo de conseguir otro par. Por increíble que parezca, se alzó con el título por delante de Bonaly y se convirtió en campeona del mundo con 15 años.

Llorando tras saberse campeona olímpica. Foto de Wally McNamee/CORBIS/Corbis via Getty Images

La siguiente cita, ya previa a los Juegos Olímpicos, fue el Europeo de 1994 disputado en Copenhague. Allí mantuvo un nuevo duelo con su rival de siempre: la gala Bonaly. Esta vez la ucraniana acabó por detrás de ella, consiguiendo su segunda plata europea. Los Juegos Olímpicos estaban al caer. En ellos Baiul acabó en segundo lugar, detrás de Kerrigan, tras el programa corto. Pese a su corta edad, ofreció en su programa basado en “El lago de los cisnes” madurez. Pero Oksana iba a protagonizar un nuevo incidente que, en principio, dificultaría salir con una medalla de la cita olímpica ya que la víspera del programa libre chocó durante un entrenamiento con la patinadora alemana Tanja Szewcezenko, requiriendo incluso tres puntos. Por lo visto ello no le afectó en la realización de su programa, que fue particularmente apreciado por los jueces en su parte artística. Ganó el oro conquistando la primera medalla de oro olímpica para Ucrania una vez independizada de la Unión Soviética y lo hizo con 16 años y 101 días, una de las más jóvenes campeonas olímpicas de siempre (la más joven desde que la legendaria Sonja Henie lo consiguiera en 1928).

Después de proclamarse campeona olímpica Oksana decidió pasarse al profesionalismo y trasladarse a Estados Unidos junto a Viktor Petrenko debido a las enormes dificultades económicas en su país causadas tras la caída de la URSS. Llegaban a tal punto que la pista de Odesa donde entrenaban carecía de la máquina que arregla la superficie del hielo. Los propios patinadores y entrenadores tenían que arreglarla a mano. Ya en Estados Unidos, Oksana participó en giras de espectáculos de patinaje, pero fue allí cuando empezaron sus problemas con la bebida. Baiul cuenta que estaba rodeada por un ambiente en el que todos eran adultos y bebían sin problemas…mientras que ella tenía aún sólo 16 años y empezó a acompañarles en la bebida “para sentirse incluida en el grupo”. Unido a problemas de lesiones que la obligaron a pasar por el quirófano Oksana se fue rompiendo. Tras la operación los doctores le aconsejaron no patinar durante dos meses, pero ella tenía un millonario contrato que quería cumplir, así que esperó tan solo dos semanas y, como resultado, tenía dificultades para realizar los saltos.

Sus problemas se agravaron hasta el punto de ser detenida en 1997 por chocar contra un árbol conduciendo ebria. La expulsaron de la gira subsiguiente por “beber en exceso” porque para entonces la bebida ya se había convertido en un serio problema en su vida. Con el tiempo quiso no alejarse del mundo del patinaje, participando en eventos benéficos, realizando una línea de ropa para patinadores y hasta personificando a la mismísima Sonja Henie en una película sobre la patinadora noruega. Años más tarde, ya en 2015, acusó a su antigua entrenadora, mánager y al mismísimo Viktor Petrenko de fraude por haberla “estado robando durante más de una década”. En la actualidad, dados los tristes acontecimientos que sufre su país, Ucrania, Baiul se ha posicionado claramente apoyando a sus compatriotas. Por ejemplo junto a su marido ha lanzado un programa para ayudar a refugiados ucranianos a encontrar trabajo o participando en manifestaciones de apoyo a Ucrania.

A lo largo de su vida sufrió en pocos años la ausencia de su círculo estrecho de familiares, lesiones varias, pésimas condiciones en su país para la práctica de su deporte, tener que emigrar y, finalmente, problemas con el alcohol. Todo lo hizo esta estrella fugaz del patinaje olímpico que brilló más que sus rivales más favoritas que ellas a llevarse el oro olímpico en Lillehammer.

 

 

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