Concienciados olímpicos

KAYLA IMRIE: LUCHANDO CONTRA LA MENORRAGIA SIENDO DEPORTISTA OLÍMPICA

Puede parecer un tema incómodo sobre el que tratar, pero es real y está sobre la mesa: el hándicap de las mujeres deportistas de élite para competir y entrenar teniendo la regla. La piragüista olímpica neozelandesa Kayla Imrie puede hablar mucho sobre ello ya que ha tenido que sufrir periodos con sangrado particularmente intenso. Ha probado de todo para que le afectase lo mínimo y ahora, además de intentar superarlos en su caso particular, da charlas desde su experiencia a las niñas y a las adolescentes para que traten con normalidad el asunto.

Kayla es de ascendencia maorí. Existe un tabú entre las mujeres maoríes y polinesias para hablar sobre la regla femenina, pero Kayla ha tenido que hablar con muchas personas de su entorno sobre la suya para intentar que no la afectara tanto ni en su prestación deportiva ni en su vida normal. Porque esta palista padece menorragia, esto es, menstruaciones particularmente fuertes que la hacen sangrar en demasía y tener que cambiarse los productos higiénicos ad hoc más potentes del mercado cada hora u hora y media, además de necesitar diariamente de siestas de hasta tres horas para recuperarse. Kayla ha tenido que superar el embarazo que le ha producido hablar de ello con sus entrenadores, aunque éstos se han mostrado siempre muy comprensibles con ella. Al formar parte de un equipo -el K4- tampoco se ha sentido cómoda viendo como, en más de una ocasión, en la embarcación se ha mezclado el agua que entra con su sangre y, para más inri, se ha tenido que levantar de la piragua tras la competición, esperada por una serie de personas a la llegada.

Con sus padres en Río 2016

Imrie viene de una familia de deportistas. Su padre jugaba al rugby, su madre al netball y sus hermanos al rescate en playas con la tabla de surf, como hizo ella misma durante un tiempo. También ha practicado la natación, gimnasia, el netball, el triatlón y hasta el ballet, apoyada siempre por sus padres. El agua ha sido siempre el entorno que más le ha gustado. Fue olímpica en los Juegos de Río 2016, acabando en quinto lugar. Allí, por cierto, fue animada en vivo y en directo por sus padres, que ganaron un sorteo entre padres de competidores olímpicos para viajar a animarles a Río in situ.

Pero Kayla busca servir ahora de ejemplo para las niñas -en su papel como embajadora olímpica en escuelas- para que no sientan los temores que ella ha sentido durante años y que comprendan que no hay casos excepcionales, porque la regla puede variar en cada persona, y que no hay que alarmarse por cómo se presente ésta. En el caso de Kayla, además de afectarla psicológicamente, ha llegado al borde de producirle anemia, que en el caso de un deportista es particularmente peligroso. La menorragia produce que bajen los niveles de hierro, mientras que un deportista necesita que el hierro lleve oxígeno a los tejidos y que lo haga en su capacidad máxima durante el ejercicio. Kayla empezó a padecer menorragia siendo nadadora y probó de todo: píldoras anticonceptivas que le llegaron a producir un periodo que le duró seis semanas seguidas; otras que le causaban un periodo de seis días cada dos semanas…así hasta cinco píldoras diferentes. Así que se pasó a las hormonas, inyecciones…hasta que finalmente especialistas en la salud femenina -que la monitorizan con cuidado- la aconsejaron tomar vitamina C y otro producto para reforzar sus niveles de hierro. Actualmente combina una píldora anticonceptiva y un sistema hormonal intrauterino. La situación sigue sin ser la perfecta, pero ha mejorado y ya no necesita hacerse siestas, si acaso alguna esporádica de no más de 20 minutos. Durante años la menstruación excesiva ha afectado negativamente su prestación. Ha luchado por combatirla y parece haber ganado la batalla. La guerra se vencerá cuando este tema deje de ser tabú en la sociedad y las niñas no le tengan miedo, incluso aunque sufran de menstruaciones excesivas como el caso de esta piragüista olímpica.

Un comentario

  • Virginia

    Bravo por ella y su ejemplo a las niñas y jóvenes para que no sufran lo mismo que ella. Ojalá se normalice pronto porque es algo natural que todas las religiones y grupos étnicos consideran tabú. Además en su caso le efectuaba mucho,me alegro que por fin haya controlado un poco las consecuencias.

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