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LOUIS DE BREDA HANDLEY: EL CAMPEÓN OLÍMPICO QUE REIVINDICÓ LA IGUALDAD

El protagonista de este artículo vivió una vida particular. Empezando por su nombre, ya que fue conocido de tres maneras diferentes: Louis de Breda Handley o Luigi de Breda o simplemente L. de B. Consiguió dos medallas de oro en una misma edición olímpica…en dos deportes diferentes: el waterpolo y la natación (en la prueba del relevo 4×50 yardas estilo libre), en ambos casos en los ya lejanos Juegos de San Luis 1904. Resumimos su apasionante vida.

Hijo de un escultor estadounidense que vivía en el Vaticano, donde además de realizar esculturas tenía el puesto de uno de los mayordomos del Papa (de dos Papas, en concreto), Louis nadaba en las aguas del Tíber en su infancia. Sus hermanas acabaron de monjas en diferentes conventos, pero a Louis le gustaba el deporte. Tanto es así, que practicaba de excelente manera piragüismo, hípica, ciclismo, vela, fútbol y hasta entrenaba a perros de caza. Pero su mayor pasión estaba en los deportes acuáticos. El futuro campeón olímpico había sido registrado en Roma como ciudadano italiano (su madre lo era) y en su bautizo recibió el nombre de Luigi y el apellido de su madre. Solo años más tarde, cuando en 1896 viajó a Nueva York, añadió a su nombre el apellido de su padre. Mientras seguía practicando con pasión diversos deportes se puso a trabajar en una pequeña empresa de importaciones.

En Nueva York vivía en el bohemio barrio de Greenwich Village, rodeado de artistas. Lou siempre tuvo especial predilección por los marginados y luchó codo con codo con las mujeres para lograr la igualdad en el deporte y el voto, apoyando a las sufragistas de su época. No solo las mujeres eran objeto de su apoyo, ya que el que llegó a ser bicampeón olímpico estaba siempre de lado de los oprimidos y de los ciudadanos a los que se consideraba por entonces de segunda clase. Para apoyarles utilizó dos medios: la enseñanza de la natación y la escritura, pues con el tiempo se dedicó al periodismo y la escritura en general. A él debemos, por ejemplo, la entrada dedicada a la natación en la Enciclopedia Británica. Además de eso, escribió cinco libros, múltiples artículos promocionando la práctica de la natación y daba conferencias gratuitamente que hablaban de los beneficios de la práctica de la natación (recordemos que en aquellos días estaba tan poco extendida que llegaba a ser incluso un deporte semidesconocido). Buscaba que fuera practicada por mujeres, por inmigrantes y por los pobres para poder beneficiarse de los aspectos positivos en materia de salud que proporciona este deporte. De Breda tenía un porte elegante, excelente educación y dominaba múltiples idiomas, a saber: italiano, inglés, español, francés, latín y griego.

Uno de los libros que escribió

Como miembro del New York Athletic Club participó en los Juegos de San Luis 1904. Hay que decir al respecto que en las primeras ediciones olímpicas los deportistas participaban defendiendo los colores de sus clubes y no de sus países. En esos Juegos, como dijimos anteriormente, se proclamó campeón en dos deportes diferentes. También participó en la carrera de una milla de natación, pero no la acabó (también hay que decir que las distancias en esos Juegos Olímpicos no se medían en metros aún).

Años más tarde volvió a ser olímpico, pero esta vez como entrenador y de éxito, pues sus pupilas serán para siempre recordadas por sus logros. Ethleda Bleibtrey ganó tres medallas de oro en los Juegos de 1920 en Amberes y Gertrude Ederle se convirtió en 1926 en la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha, además de ganar tres medallas en los Juegos de París 1924, una de ellas de oro. De Breda fue el primer entrenador en llevar un equipo olímpico estadounidense de mujeres para competir en unos Juegos Olímpicos en natación, pues en las primeras ediciones no estaba permitida su participación. Destacó además su maestría en waterpolo, ganando todos los títulos nacionales menos uno con su club desde 1898 y 1911.

Personaje peculiar al que conviene reivindicar aunque haya pasado más de un siglo desde sus proezas olímpicas.

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