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OWEN WRIGHT: LA PRIMERA MEDALLA OLÍMPICA DEL SURF CON HISTORIA DE SUPERACIÓN DETRÁS

Es 18 de julio de 2021. Día histórico, porque el deporte del surf va a dar sus primeras medallas olímpicas. Tras las semifinales toca el turno del duelo por el bronce, al que seguirá la final. En la lucha por alcanzar el tercer peldaño del podio se enfrentan el brasileño Gabriel Medina y el australiano Owen Wright. Este último cinco años y medio antes no podía mantenerse de pie sobre una tabla de surf y ni tan siquiera recordaba su nombre. Había sufrido un accidente surfeando. Sin embargo, se hace con la medalla y entra así en la historia como el primer medallista olímpico de surf.

Foto de Getty Images

Owen Wright viene de una familia de surfistas. Su hermano Mikey compite en el circuito profesional pero es su hermana Tyler la que más destaca, llegando a haberse proclamado campeona del mundo en dos ocasiones. Huelga decir que los hermanos Wright surfeaban desde niños en la playa, en su caso, la de Culburra, situada en la costa sureña de Nueva Gales del Sur. Tanto Owen como Tyler compitieron siendo menores de 16 años contra los mejores surfistas senior y pronto consiguieron éxitos, pese a que el físico de él no es precisamente el más idóneo para ese deporte, pues posee una figura contundente, lejana a los bajitos y ligeros surfistas de promedio. Owen fue considerado el “Rookie del Año” en su debut y al año siguiente ya conseguiría vencer en Long Island con un premio aparejado de 300.000 dólares, el mayor en la historia del surf. Eso fue en 2011. Cuatro años más tarde lograría otra hazaña -en este caso en la isla de Fiji-: puntuar con dos dieces perfectos en sendas mangas por parte de los jueces, adquiriendo la máxima puntuación total de 20. Pero el año 2015 acabaría de la peor de las maneras para Owen Wright. El escenario de los hechos es Pipeline, en las islas Hawái. Se celebraba una competición que daría el título global de la campaña de ese año. Durante la intervención de Owen el australiano se vio atrapado entre las olas, llegando a tocar el fondo del mar. Al principio no pareció un incidente grave, pues el propio Owen salió por su pie hasta la orilla, pero al rato se desmayó y no recordaba absolutamente nada, ni su nombre. Además, le costaba hablar. Ya tratado en el hospital los especialistas le diagnosticaron conmoción cerebral severa. Se le prohibió volver al agua, antes al contrario, debía guardar reposo absoluto. Tuvo que volver a aprender a hablar, a caminar y por descontado a surfear. Pasaron los meses y a Owen le costaba hasta guardar el equilibrio. Cuando probó la tabla de surf por primera vez tras el accidente no se mantenía en pie, pero siguió entrenando. Pasados 15 meses de lo ocurrido en Pipeline consiguió una “wild card” para una competición…y la ganó.

Foto de Francisco Seco/AP

Entre medias hemos de mencionar el inestimable apoyo de su hermana Tyler que abandonó la competición, a riesgo de perder sus opciones de ganar el campeonato mundial, por atenderle. Sin embargo, la mala suerte de los Wright acabaría cebándose en ella cuando sufrió un síndrome post-viral que le causó fatiga crónica. Tuvo que guardar reposo un año. Fue el turno de Owen para devolverle el favor y estar a su lado. Tyler se recuperó, pero no llegó a tiempo para entrar en la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio. Aunque llegó a ganar en su vuelta a la competición (justamente en Pipeline), no fue suficiente para hacerse con una plaza olímpica.

Si piensan que con las recuperaciones de los hermanos acabaron sus problemas se equivocan, pues ambos sufrieron la estafa de su contable. Poquito a poquito (¡hasta en 749 ocasiones!) les fue estafando dinero totalizando un millón y medio de dólares. Pero hasta aquí llegaron las desventuras de los surfistas australianos, que se vieron recompensados, por fin, con la medalla olímpica ganada por Owen en las playa de Ichinomiya, Japón (y ganada al considerado mejor surfista del planeta que, además, ocasionalmente cuidaba del niño de Wright). Cinco años antes nadie, ni él mismo, habría podido tan siquiera imaginar que Owen Wright acabaría subido a un podio olímpico. Esta frase suya definiría el logro: “Ganar esta medalla simboliza la trayectoria que he completado”.

Foto de Yuki Iwamura/AFP/Getty Images

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