TERESA EDWARDS: LA JUGADORA DE BALONCESTO CON LA CARRERA MÁS BRILLANTE EN JUEGOS OLÍMPICOS
Teresa Edwards es para muchos la mejor jugadora de baloncesto de la historia. Sus logros, palmarés y cifras están de acuerdo con esa afirmación (y la revista “Sports Illustrated”, que la colocó en el número 22 dentro de las “100 mejores deportistas del siglo XX”). Compitió en cinco Juegos Olímpicos, siendo la única baloncestista en hacerlo, igualando a dos únicos hombres: el brasileño Oscar Schmidt y el portorriqueño Teófilo Cruz. Pero es que Teresa Edwards ganó en cuatro de esos Juegos que disputó, ganando el bronce en el quinto. Porque de los 32 partidos que disputó en los diferentes torneos olímpicos sólo perdió un partido: las semifinales de Barcelona 92 que la abocaron a disputar el bronce. Tiene otros muchos logros difícilmente igualables, pues se convirtió en la campeona olímpica más joven y la más veterana al tener 20 años en su primeros Juegos -los de Los Ángeles- y 36 en su último título olímpico, en Sidney 2000.
Desde niña mostró pasión por el deporte. Jugaba con niños casi a escondidas, diciéndole a su madre que llegaba tarde porque se quedaba en el colegio ayudando a uno de sus profesores, cuando en realidad se pasaba horas en la cancha. Le tocó vivir años en los que aún no existía la WNBA, es decir: la liga profesional de baloncesto femenino en su país. Así que decidió competir en el extranjero durante nueve largas temporadas. Lo hizo en Italia, España, Japón y Francia pero retornó a su país de origen porque no quería perderse los Juegos Olímpicos (los de Atlanta 96) que iban a disputarse en su estado natal, ya que ella nació en Georgia. Pese a su palmarés, estuvo a punto de perderse esos Juegos ya que la seleccionadora la excluyó en un primer momento de la lista, así que partió con un año de antelación a la sede del centro de entrenamiento olímpico estadounidense para que se tomara en cuenta su participación en el equipo. Durante ese año intentó convencer a Tara VanDerveer en 52 partidos de exhibición que merecía estar dentro de la lista final de convocadas. Lo logró. No solo eso, sino que fue la encargada de leer el juramento olímpico en la ceremonia de inauguración de “sus” Juegos y, por descontado, sumó otro oro a su colección. Además resultó ser su mejor experiencia olímpica, pues capitaneó a su selección hacia una final impecable en la que “machacaron” a Brasil con un marcador de 111-87. En ese torneo olímpico estableció un récord aún no superado de 64 pases decisivos.
Es la jugadora de baloncesto más galardonada de la historia. Sólo un dato: de sus 161 apariciones en partidos internacionales 153 de ellas acabaron en victoria. Sus brillantes estadísticas se completan, entre otras, con datos como la que más intercepciones (59) y pases decisivos (143) ha realizado en los 32 partidos que disputó en Juegos Olímpicos que, por cierto, también es la mayor cifra lograda por una jugadora hasta ahora. Último de sus espectaculares datos olímpicos: 265 puntos la hacen acreedora de la cifra más alta de puntos conseguidos en torneos olímpicos, siendo 46 de ellos anotados en un mismo partido, el récord de una jugadora de la selección de Estados Unidos.
Pero, aun siendo brillantísima su carrera como jugadora, Teresa Edwards no solo lo fue, sino que su recorrido se adentra en otros decisivos puestos: Fue entrenadora del equipo de la WNBA Minnesota Lynx; comentarista para la NBC durante los Juegos de Pekín 2008; en los de Londres 2012 probó otra función: la de Chef de Mission de la delegación de Estados Unidos, elegida por los propios deportistas. También ejerce de motivadora en charlas, de entrenadora de jóvenes sin recursos y ha escrito su autobiografía en un audiolibro, titulado “Oro negro”, en el que cuenta en dos horas y media su trayectoria personal.