Camino a Pekín

ALIAKSANDRA RAMANOUSKAYA: AUSENCIA NOTABLE EN PEKÍN 2022 POR SUS IDEAS POLÍTICAS

Para muchos, los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín 2022 están demasiado politizados, pero no solo por el boicot diplomático de varios países como protesta a las violaciones a los Derechos Humanos de ciertas minorías ejercidos por las autoridades chinas. También una seria aspirante al oro olímpico no estará a causa de sus ideas políticas. Se trata de la campeona mundial de esquí Freestyle en su modalidad de Aerials Aliaksandra Ramanouskaya, bielorrusa. Al decir su nacionalidad ya podemos tener una pista de por qué se le ha impedido acudir a los Juegos y, es más, convertirse en medallista olímpica. Incluso se ha impedido a su propio país, Bielorrusia, sumar una más que probable medalla al palmarés total.

Las autoridades la detuvieron sin apenas explicaciones -o al menos no plausibles- pocos meses antes de los Juegos, concretamente en noviembre de 2021. Alegaron “razones administrativas” que se concretaban en que en su coche tenía una pegatina que ponía “Persecución”. En realidad fue arrestada claramente por sus ideas políticas, pues se había convertido en una persona incómoda con sus acciones. Ramanouskaya era una de las voces más conocidas de las protestas contra el fraude electoral ejercido por el presidente Lukashenko en 2020. Como tantos otros compatriotas suyos, la campeona simplemente demandaba que cesara la violencia que las fuerzas del orden llevaban a cabo y que se votara de nuevo en unas elecciones que para ellos y para muchos fueron manipuladas. La esquiadora también se unió a la Asociación Libre de Deportistas de Bielorrusia Fundación (BSSF), convirtiéndose en una más de las voces de los deportistas destacados bielorrusos que protestaban contra Lukashenko. Ella, como otros, pagó la osadía.

Foto de Mike Blake/Reuters

Romanovskaya, que en 2019 se había proclamado campeona del mundo y ese mismo año había sido elegida Deportista del Año en su país, fue prontamente acallada. Primero, se le cerraron las puertas de la selección. El 6 de octubre de 2020, pocas semanas después de las protestas civiles, se le notificó a su entrenador que Aliaksandra ya no formaría más parte de la selección nacional con la peregrina acusación de “absentismo”. Lógicamente ésa no era la causa real. Poco después la esquiadora decidió vender la medalla de oro que había ganado en la Universiada invernal ocurrida el año anterior con el fin de donar el dinero que obtuviera de ella a la ONG BSSF. La medalla, sacada a subasta con un precio inicial de 900 dólares alcanzaría uno final de 15.000 que fue, literalmente, donado a la causa, es decir, apoyar a los deportistas de su país víctimas de las acciones de las autoridades bielorrusas.

Durante meses Ramanouskaya tuvo que entrenar sola y dejar de competir. Así estuvo un año hasta que el 10 de noviembre de 2021 fue detenida tras acabar un entrenamiento. Oficialmente se adujo que la causa de su detención fue una simple razón administrativa amparada en un artículo sobre reuniones, mítines, manifestaciones, etc. Tuvo que pagar mil euros después de pasar una noche en una celda de aislamiento.

Foto de Era-Belta

Aliaksandra, que ya fue olímpica en Pyeongchang, ha llegado a recibir el año de su detención ofertas de varios países para competir por ellos, pero ella siempre se negó, pues confiaba aún en la posibilidad de poder seguir siendo elegida por su país y acudir a los Juegos de Pekín defendiendo los colores de su patria, a la que ha defendido como civil en manifestaciones y declaraciones. Ante la imposibilidad de hacerlo de esta manera Aliaksandra ha intentado competir bajo la bandera olímpica. De hecho, se ha pedido al mismísimo Comité Olímpico Internacional que intervenga en su caso. Sólo se comprometió a realizar una investigación, solicitando información al Comité Olímpico Nacional de Bielorrusia (el mismo al que el COI ha sancionado, así que imaginamos que no tendrá mucha predisposición a colaborar con el COI).

Su ausencia en Pekín 2022 es una pérdida personal para ella, para su país (que ha ganado cuatro de sus últimos seis oros olímpicos en la modalidad en la que compite Ramanouskaya), para el deporte -que dejará de contar con una aspirante a medalla-, para la propia cita olímpica y para la sociedad en general al ser acallada y anulada simplemente por haber manifestado en público su oposición al presidente. Las autoridades deportivas supranacionales tendrían que intervenir de facto en un caso que nos parece simplemente escandaloso.

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