Camino a Pekín

WILLIAM FLAHERTY: LA SUPERACIÓN PERSONIFICADA PARA ESTAR EN PEKÍN 2022 REPRESENTANDO A PUERTO RICO

Cuando estas líneas se escriben aún no es seguro que William Flaherty pueda representar a Puerto Rico en los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín 2022. La pandemia y la falta de vuelos hacia China dificultan sobremanera la posibilidad de viajar desde una de las federaciones de deportes de invierno más pequeñas y con menos recursos del mundo. William sería el segundo miembro de la familia Flaherty en ser olímpico. Su hermano Charles lo fue (además de abanderado en la ceremonia de inauguración) en los Juegos de Pyeongchang 2018 en esquí alpino. La participación de Charles también pendió de un hilo, puesto que la federación de deportes de invierno del territorio isleño perdió el reconocimiento oficial por parte del Comité Olímpico de Puerto Rico al declararse no elegible uno de los miembros del equipo de bobsleigh. Incluso la esquiadora Kristina Krone, que se había clasificado para los Juegos de Vancouver y Sochi, no fue reconocida por el Comité Olímpico de su país y no pudo participar. Sólo un par de meses antes de los Juegos de Pyeongchang reconoció a la federación y permitió competir, durante seis meses, a los deportistas de invierno, lo que facilitó que, en este caso Charles Flaherty, acudiera a la cita olímpica de 2018.

William Flaherty

Pero volvamos a William, su hermano menor. Como Charles, nació en Estados Unidos pero ha pasado la mayor parte de su vida en Puerto Rico. Podemos afirmar que Charles salvó la vida de su hermano cuando el mayor contaba siete años y el pequeño tan solo tres. Un maldito día la madre de ambos descubrió unas manchas amarillas en los ojos de William e inmediatamente lo llevó al médico. Se temió que fuera cáncer pero era incluso peor. Su enfermedad -linfohistiocitosis hemofagocítica-, básicamente consiste en que su cuerpo va comiéndose a sus propios órganos, afectando principalmente a la médula ósea, el hígado, el bazo y el sistema nervioso central. Al pequeño William le dieron un pírrico 10% de posibilidades de sobrevivir. Y decimos que su hermano le salvó la vida porque le donó su médula ósea. William tuvo que sufrir un duro postoperatorio, pues pasó un mes aislado para recuperarse, quimioterapia, caída de 22 dientes, etc. Lo curioso es que Charles cuando aceptó sin reservas donarle a su hermano la médula ósea pensó que le iba a donar todo su esqueleto…

Los hermanos Flaherty. Foto de The Icla Da Silva Foundation

El esquí resultó ser fundamental para la recuperación de William. La práctica del esquí alpino implica la fuerza G, lo que ayudó a fortalecer sus huesos. El esquí había pasado de ser una simple afición vacacional de los hermanos a convertirse en algo más. Se apuntaron a un club de esquí de Colorado y a competir desde una tierna edad. Desde el trasplante hasta ahora han sufrido de todo: desde la alegría de que Charles se convirtiera en olímpico hasta la inesperada muerte del padre de familia en 2018; desde la aparición (y extirpación) de un tumor benigno en el cuello de William hasta el éxito en los estudios de ambos hermanos (William quiere estudiar ingeniería aeroespacial cuando entre en la universidad).

Entre Charles y William Flaherty se puede decir que han montado prácticamente solos toda la federación de Puerto Rico. Se han empeñado en que existan los deportes de invierno en esta caribeña isla y que el pequeño país tenga representación en unos Juegos Olímpicos de invierno, amén de superar la nada despreciable enfermedad que padeció William. No ganarán medallas, sus nombres no serán conocidos ni para los aficionados al esquí alpino pero su (meritoria) historia de lucha y superación debe ser reconocida, apreciada y admirada y por ello les brindamos este pequeño homenaje.

Charles Flaherty, abanderado en Pyeongchang. Foto de Roland Martínez/Getty

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