CHRISTL CRANZ, LA CAMPEONA OLÍMPICA IMAGEN DEL NAZISMO
En los años 30 del pasado siglo una esquiadora alemana dominaba su deporte. Acabó siendo imagen del nazismo y arrestada por ello. Respondía al nombre de Christl Cranz y era a su vez hermana de Rudi Cranz, otro esquiador olímpico (aunque en su caso no pasase de un sexto puesto). Ambos hermanos habían nacido en Bruselas, justo al iniciarse la I Guerra Mundial. Al estallar ésta, su familia se trasladó a Alemania, concretamente a la localidad de Reutlingen. Allí Christl aprendería a esquiar cuando contaba seis años de edad. Más tarde la familia Cranz se trasladaría a vivir en otras localidades germanas, pero en cualquier caso la semilla de la pasión por el esquí ya había germinado en la pequeña Christl.
Alemania ganó con sus traslado a toda una campeona, pues Christl Cranz llegaría a ganar hasta doce títulos mundiales, amén de otras medallas. Incluso no se le cuentan los títulos que ganó en un Mundial celebrado en 1941 donde únicamente competían potencias del Eje y que nunca fue reconocido por la Federación Mundial de Esquí. Hablando de la política inmiscuida en el deporte hemos de decir que muchos asociaron a Christl con el nazismo, por dos causas principales: La primera de ellas es que fue “la chica del póster” de la organización nazi para chicas jóvenes, denominada Bund Deutscher Mädchen (Liga de jóvenes alemanas). Es decir, le gustara o no, esta esquiadora pasó a convertirse en la imagen de la juventud nazi. Durante la II Guerra Mundial su hermano Rudi murió en el frente oriental. Eso la hizo caer en depresión y abandonar el esquí. Contaba entonces con 27 años. Pero nos detendremos en este punto para hablar de su éxito en los Juegos Olímpicos celebrados en 1936.
Esos Juegos tuvieron lugar en su país, en la estación de Garmisch-Partenkirchen. Pese a que Christl estaba destinada a hacer algo grande dados sus múltiples oros ganados en Mundiales en distintas especialidades (en realidad en todas las entonces existentes) y haber cosechado la friolera de más de 200 victorias, finalmente se haría “únicamente” con un oro, el de la combinada, pero dicha competición tuvo mucho que contar. Como se sabe, la combinada consta de dos carreras: un descenso y un eslalon. Tras la primera de las carreras -el descenso- nada hacía prever que Cranz pudiera hacerse con una medalla y ni mucho menos el oro, pues acabó el descenso ni más ni menos que a 19 segundos de la noruega Laila Schou-Nilsen. Dicho retraso, enorme, se debió a que se le cruzó un hombre al que tuvo que esquivar, lo que le provocó una caída. Sin embargo, en la segunda y definitiva carrera, la del eslalon, la germana superó con creces a la noruega: unos largos 21, 3 segundos, suficientes para colocarse primera.
Volvamos a su relación con el nazismo. Además de ser la imagen en el póster de una organización claramente nazi, en los estertores de la II Guerra Mundial, deprimida por la muerte de su hermano y retirada, Christl se casó con el piloto Adolf Borchers, que participó a la postre en 132 combates aéreos ganados en el gran conflicto bélico mundial. Encontramos más relación entre ella y el nazismo en un hecho ocurrido en el momento de la retirada de la esquiadora alemana, ya que donó sus esquíes y resto de equipación al “Winterhilfswerk” (=Auxilio de Invierno al Pueblo Alemán) con el fin de ayudar a las tropas nazis contra la Unión Soviética.
Al finalizar la guerra el matrimonio fue arrestado por su colaboración con el régimen nazi. Les obligaron a realizar trabajos en una granja durante once meses. Cranz huyó en 1947 a la Zona de Ocupación Americana y al año siguiente ella y su marido ya fueron considerados “personas libres”. Fue entonces cuando fundaron una escuela de esquí en la localidad de Steibis, al frente de la cual permanecieron durante 40 años.
Esa escuela de esquí no fue la única vinculación de la campeona olímpica con el deporte de la nieve, pues llegó a ser entrenadora de la selección alemana en los Juegos Olímpicos disputados en Cortina d´Ampezzo en 1956, así como los siguientes de Squaw Valley. Asimismo llegó a ejercer de jueza en dos ediciones olímpicas.
Hay una curiosidad sobre su medalla de oro olímpica: la recibió por correo pasados muchos años, en 1984, con una nota que decía: “Creo que encontré en una caja de Estrasburgo algo que te pertenece”. Christl Cranz falleció con 90 años tras sufrir un accidente en su casa. Luces y sombras en esta gran esquiadora que le tocó vivir un periodo histórico en el que, para su desgracia, se involucró quizá más de lo necesario.
Un comentario
Virginia
Siempre estará la duda en torno a ella,