Momentos Olímpicos Mágicos

MOMENTOS OLÍMPICOS MÁGICOS 92: LA BASURA EN EL MAR LE CUESTA UN ORO A MIKE GEBHARDT EN BARCELONA 92

Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 quedaron en su momento y en el recuerdo como unos de los Juegos mejor organizados. Todo fueron parabienes pero…hemos olvidado un aspecto, muy criticado por cierto en los de Río de 2016, que tuvieron que sufrir los participantes en la competición de vela: la increíble cantidad de suciedad que contenían las aguas del Puerto Olímpico de Barcelona. Curiosamente, la creación del citado Puerto Olímpico, construido ex profeso para los Juegos, fue una de los santo y seña de Barcelona 92. Gracias a él la ciudad se abrió al mar mediante un plan de ordenación urbana del área que transformaría para siempre la zona. Sí, la zona en la actualidad es más que atractiva, pero cuando se celebró la cita olímpica aún no estaba totalmente acondicionada, al menos en cuanto a salubridad y limpieza de sus aguas se refiere.

El Puerto Olímpico de Barcelona

No fueron únicamente las quejas de los participantes (que luego detallaremos) las que nos hacen referirnos a esta problemática, sino un hecho que llegó a ser fundamental y cambió radicalmente el medallero: la basura tuvo la culpa de que el estadounidense Mike Gebhardt perdiera la medalla de oro en la categoría de windsurf. El americano, que ya había sido invitado a entrenar junto a Scott Steele para ayudarle en la preparación de los Juegos de Los Ángeles 84 -donde debutaba el windsurf masculino-, realizando de esta manera su aportación a la medalla de plata de Steel, debutó en los Juegos de Seúl 88 haciéndose con la medalla de bronce. Para cuando participó en Barcelona 92 Gebhardt ya era profesional. Iba líder cuando empezó la última regata, pero terminó perdiendo el oro por escasos 0.4 puntos, rémora causada muy posiblemente por una causa ajena a él: una bolsa transparente de plástico que se enganchó a su tabla. El estadounidense estaba notando que navegaba lento y pensó que se le había enganchado un alga. Mientras dedicó un tiempo a soltar la bolsa de su embarcación fue adelantado por otros rivales. No fue la naturaleza la que le costó el oro, sino basura humana. Años más tarde, ante la polémica de la suciedad de las aguas de Río 2016 y preguntado si esas aguas era peores que las que sufrió en Barcelona 92 Gebhardt diría: “¡Navegué al lado de una vaca muerta!”.

Semejantes quejas fueron realizadas igualmente por otros participantes. El griego Nikolaos Kaklamankis (medallista olímpico en Atlanta 96 y Atenas 2004) confesaría que se encontró en las aguas barcelonesas “de todo”: condones, bolsas, toallitas limpiadoras…Por su parte, el noruego Per Gunnar Hauge declaró que al escupir el agua se notaba un sabor asqueroso. El australiano Lars Keppich, bronce en Barcelona 92 en la clase Lechner A-390, fue contundente en su apreciación: “Era como navegar en la taza de un retrete”.

Otra afectada, aunque -al contrario que el caso de Mike Gebhard-, no perdería la medalla de oro, fue la neozelandesa Barbara Kendall, quien llegó a denunciar en las vísperas del inicio de la competición que había visto ratas muertas e incluso ¡un par de neveras flotando! Ratas, una vaca…hasta un burro muerto llegaron a avistar los regatistas olímpicos durante sus respectivas competiciones. Basura que afectó a todos, indudablemente, pero Mike Gebhardt nunca olvidará que una “simple” bolsa le costó un oro olímpico.

Mike Gebhardt, en el centro, con su medalla de plata de Barcelona 92. Foto de American Windsurfer

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