ESTADIOS OLÍMPICOS 11: EL STADIUM AUSTRALIA DE SIDNEY
Los Juegos Olímpicos del Milenio celebrados en Sidney contaron con un estadio de nueva factura, ex profeso para ellos. Fue construido poco antes del inicio de los Juegos e inaugurado en marzo de 1999 bajo el nombre de Stadium Australia. No fue hasta 2002 en que cambió su denominación para pasar a llamarse Telstra Stadium al adquirir la compañía de telecomunicaciones sus derechos. Así continuó hasta 2007, en que debido al acuerdo con el banco ANZ pasó a llamarse ANZ Stadium. Este estadio costó en un principio 1.127 millones de euros. Si bien en sus comienzos fue alquilado por una compañía privada, en 2016 pasó a ser su propietario el Gobierno de Nueva Gales del Sur.
Su capacidad ha ido variando según las ampliaciones y remodelaciones. Originalmente estaba previsto para albergar 110.000 espectadores, lo que le convertía en el segundo estadio más grande de Australia detrás del Melbourne Cricket Ground. En la ceremonia de clausura de los Juegos de Sidney llegó a contener a 114.714 espectadores. Unos pocos menos batieron el récord de una espectadores viendo una competición durante esa cita olímpica: en concreto fueron 112.524 los que contemplaron las pruebas de atletismo el 25 de septiembre de 2000. Decir, por cierto, que en los Juegos del 2000 este recinto fue la sede de las ceremonias de apertura y clausura, así como de las atléticas y de la final de fútbol. Sigamos con los cambios en su capacidad: En 2003 fue remodelado para acortar sus gradas norte y sur, instalando asientos movibles. Ello provocó que su capacidad se redujera hasta 83.500 espectadores cuando mantenía la forma rectangular del campo y de 82.500 cuando éste pasaba a la forma oval.
Justamente su transformación en campo oval, para albergar el deporte del cricket y del fútbol bajo las reglas australianas, han sido uno de los mayores cambios que ha experimentado. Para ello se quitó la pista de atletismo, colocando asientos temporales en su lugar. Esto conllevó un gasto de 80 millones de dólares. Otra modificación significativa fue, en 2015, la instalación de un techo retráctil. Éste comporta uno de los aspectos más destacados de la sostenibilidad de esta instalación al tratarse de uno de los pocos estadios del mundo en proteger a los espectadores, tanto in situ como a través de la televisión, al contar con un techo realizado con policarbonato translúcido que minimiza las sombras y la luz solar directa sobre el campo. Ello evita los molestos cambios de luz en el campo de juego entre zona en sombra y zonas sin ella, especialmente apreciados en las transmisiones televisivas. A eso hay que añadir que su diseño, usando la última tecnología, sigue los principios ecológicos usando al máximo la luz natural, así como fuentes de luz eficientes, como sus pantallas gigantes, que son mayores que, por ejemplo, las del estadio de Pekín y gastan menos que las anteriormente puestas. También se ha buscado minimizar la contaminación causada, las medidas de ahorro de agua y la durabilidad de los recursos energéticos. Otro dato a destacar es que contiene menos acero en la estructura de su techo que los estadios olímpicos de Atenas y Pekín.
En 2015 el Gobierno de Nueva Gales del Sur hizo saber su intención de seguir renovando el estadio durante la siguiente década. Se anunció dos años más tarde la idea de una completa reconstrucción del estadio, echando abajo el presente, algo que pensaba empezar a hacerse en 2019 para tener acabado uno nuevo sobre el mismo en 2021. Pero en 2018 se cambiaron esos planes, pasando a una remodelación y no reconstrucción del estadio debido a la diferencia de costes, ya que lo primero iba a costar 800 millones de dólares mientras que lo segundo ascendería a 1.3 mil millones de dólares. Sin embargo, la crisis causada con el coronavirus ha dado al traste con todos los planes, anunciándose en mayo de 2020 que el estadio continuaría con su actual forma oval para albergar el cricket y el fútbol australiano.
Como cabía de esperar, en la veintena de años de existencia de este estadio muchos han sido los grandes eventos que ha albergado. En el plano deportivo, Juegos Olímpicos aparte, ha albergado numerosos encuentros -de clubes y de selecciones- de rugby, fútbol, fútbol americano, fútbol australiano, cricket y hasta deportes del motor. Uno de los partidos que más se recordará y que tuvo lugar aquí fue el llamado “Mejor partido de rugby de la historia” que enfrentó a la selección australiana en el año 2000 a los All Black neozelandeses, donde militaba el celebérrimo Jonah Lomu. Pasados únicamente once minutos del inicio del encuentro los All Blacks ya ganaban 24 a cero. Sin embargo, se llegó al descanso con empate a 24. Finalmente los Wallabies perderían por 39 a 35.
De entre los récords de asistencia que tiene este estadio destacamos los 104.098 espectadores que asistieron a la final olímpica de fútbol en la que Camerún venció a España. Esta cifra supone el récord olímpico, superando los 101.799 espectadores que contemplaron en el Rose Bowl la final de los Juegos de Los Ángeles 84.
Finalmente, nombrar sólo a algunas de las primeras figuras de la música que han ofrecido conciertos multitudinarios en este recinto: U2, los Bee Gees poco antes de la muerte de Maurice Gibb, AC/DC, Adele, Justin Bieber, Bon Jovi y muchos más. Sin ir más lejos, aquí tuvo lugar el concierto para recaudar fondos para las víctimas de la ola de incendios que asoló Australia entre finales de 2019 y principios de 2020.
Un comentario
Rob
Qué interesante! me ha sorprendido que fuera tan grande