DYLAN ALCOTT: CAMPEÓN PARALÍMPICO EN BALONCESTO Y TENIS, DEFENSOR DE LA DIGNIDAD DE LOS DISCAPACITADOS
No escasean los deportistas que han participado en varios Juegos Olímpicos en diferentes especialidades, incluso los que han conseguido medallas en ellas, alguno que otro con oros en ambas. Dylan Alcott es uno de ellos, en su caso en Juegos Paralímpicos. Este australiano nació con un tumor pegado a su médula espinal. Por suerte, el tumor le fue extirpado, pero como consecuencia de la operación quedó parapléjico. Ello no fue óbice para que Dylan, desde muy jovencito, demostrara tener condiciones sobradas para la práctica de todo tipo de deportes.
El deporte que primero le enganchó fue el tenis en silla de ruedas. Con 16 años ya se encontraba entre los 100 mejores del mundo. Pero pronto cambió al baloncesto en sillas de ruedas, aunque nunca abandonara su primera pasión con el deporte de la raqueta. Contaba con sólo 15 años cuando ya fue llamado por la selección nacional absoluta -denominada los Rollers– y fue a esa edad cuando ya pudo proclamarse campeón del mundo por primera vez. Apenas dos años más tarde lo haría en todos unos Juegos Paralímpicos, los de Pekín 2008. Tras ese gran éxito se mudó a Estados Unidos para seguir jugando al deporte de la canasta siendo universitario, combinándolo con apariciones en los mayores campeonatos internacionales para seguir ganando medallas con la selección australiana, entre ellas otra olímpica: la plata en Londres 2012.
En 2014 regresa al tenis en silla de ruedas por la puerta grande y pronto demuestra que es el gran rival a batir. Su palmarés desde entonces es sencillamente espectacular: seis títulos consecutivos del Open de Australia; Paralímpico del año 2016 en Australia; primer para-atleta premiado con la prestigiosa Medalla Newcombe del tenis australiano…
Alcott no podía dejar atrás la posibilidad de proclamarse campeón en unos Juegos con su “nuevo” deporte y así lo hizo en los de Río, donde logró el oro en dobles y en categoría individual. Sus victorias en otros Grand Slams y su número 1 del ránking mundial le allanan el camino para su siguiente gran objetivo: los Juegos de Tokio, de nuevo en tenis en silla de ruedas.
Pero, una vez más, nos encontramos no solo ante un campeonísimo del deporte, sino de la vida. Las acciones de Dylan Alcott fuera de las canchas le convierten en un ser excepcional. Además de conducir programas de radio y de dar charlas motivacionales se ha volcado con la defensa a la dignidad de las personas con algún tipo de deficiencia física. Se ha centrado, en concreto, en facilitar el acceso de las sillas de ruedas en los festivales musicales, creando caminos accesibles para ellas. En 2018 lanzó el Ability Fest, un festival musical accesible para todos, pues además de los caminos accesibles también incluía zonas de silencio para personas con deficiencias sensoriales, así como no faltaban intérpretes del lenguaje de signos. Un año antes ya había creado su propia Fundación con el siguiente propósito: ayudar a que los jóvenes con deficiencias ganaran en autoestima y respeto a través del deporte y el estudio. Otros movimientos creados por este campeón han sido batir el récord mundial de jugar al tenis en silla de ruedas sin parar, batiéndolo por 24 horas, todo para conseguir fondos para dos fundaciones.
Nos quedamos con esta frase motivacional de Dylan Alcott dirigida a personas con alguna discapacidad, que resume lo que le mueve en esta vida y el legado que quiere dejar: “Por cada cosa que no puedas hacer hay otras 100.000 que sí puedes y por cada idiota que te haga pasar un mal momento hay otras 100.000 personas que merecen tu tiempo”. Palabras de un gran campeón dentro y fuera de las canchas.