Concienciados olímpicos

IKER MARTÍNEZ: EL CAMPEÓN OLÍMPICO “GUERRERO” Y SOLIDARIO

Iker Martínez es un regatista de vocación. Los sacrificios que ha realizado en el mundo de la vela dieron sus frutos en forma de dos medallas olímpicas -una de ellas de oro- y cuatro mundiales (tres oros), entre otros galardones. Se ha movido por distintas categorías, incluyendo los grandes barcos que compiten en la Vuelta al Mundo. No muchos saben que, siguiendo el criterio de olímpico de mejor palmarés, tendría que haber sido, junto a su compañero Xabi Fernández, el abanderado español en los Juegos de Londres 2012, pues para entonces la dupla ya había conseguido un oro en los Juegos de Atenas 2004 y una plata en los de Pekín 2008, siempre juntos y siempre en la clase de 49er. Esa plata en Pekín, por cierto, debió haber sido un oro. La última regata, en formato Medal Race, se desarrolló en extrañas circunstancias que ya detallamos en esta entrada, plagada de actos fuera del reglamento realizados por la embarcación que finalmente se haría con el oro, la de Dinamarca. Pese a los recursos, el oro se quedó en manos danesas y la plata, en las del dúo español. En cuanto al nombramiento como abanderados de Iker y Xabi en los Juegos de Londres y tras la renuncia por lesión de Rafa Nadal -el primer escogido para ese honor-, el COE les ofreció al dúo de regatistas la ocasión de portar la bandera española en el estadio olímpico de Londres, pero estos renunciaron “por concentrarse en su competición”.

La carrera deportiva de Iker Martínez, aun logrando la excelencia, puede que no sea el rasgo más destacable de este vasco. Varios gestos solidarios han dado brillo a su biografía. En 2018 ya donó dos barcos de la categoría Nacra 17 a la Federación Balear de Vela para que los jóvenes regatistas pudieran navegar. Lo hizo porque el regatista vasco fue apoyado en su momento y es consciente de que en deporte, como en todo en la vida, cualquier ayuda es necesaria y agradecida.

Con su compañero Xabi Fernández y sus dos medallas olímpicas

Pero no ha sido solo este gesto solidario el que le ha caracterizado. Durante la peor etapa del confinamiento en la crisis por el coronavirus no dudó en prestar su ayuda en la medida de lo posible. ¿Cómo lo hizo? En el periodo en el que las mascarillas, simplemente, no se encontraban, Iker y toda su familia (incluyendo sus tres hijos), se pusieron a confeccionarlas desde casa. Encontró una máquina de coser por casa (su madre había sido tapizadora) y no lo dudó por un instante. Ya tenía algo de práctica, de cuando tuvo que coser en pasado velas de sus barcos cuando éstas se rompían. Curiosamente, este hecho le colocó en portadas de publicaciones…cuando ni siquiera había logrado tal tratamiento al ganar el oro olímpico.

Vayamos a ese oro y esa carrera tan exitosa en el deporte acuático de la vela. Por citar uno de sus logros, hemos de decir que en 2011 fue nombrado Regatista Mundial del Año junto a su compañero Xabier Fernández. Aunque en sus comienzos se inició, como suele ser habitual en el mundo de la vela, en la clase Optimist, pasó pronto a la clase Vaurien y, dos años más tarde, a navegar con la entonces nueva clase 49er, la que más éxitos y gloria le ha proporcionado. Ha sido tres veces olímpico y acaba de renunciar a los Juegos de Tokio, donde de competir lo habría hecho en la clase mixta Nacra 17 junto a Olga Maslivets. Con ella ha pasado dos años de dificultades, agravadas por lesiones. Fue justamente una lesión la que les impidió participar en el Mundial a comienzos de 2020.

Dificultades es una palabra que podría definir el periplo deportivo de este doble medallista olímpico. No ha contado prácticamente con ayuda federativa (o ésta ha sido escasa). Sólo un dato: ha llegado a sufrir un descenso del 80% en la cuantía de becas federativas de un ciclo olímpico a otro. Sí que ha tenido el patrocinio de una firma privada -Movistar-, pero a Iker le ha tocado poner dinero de su bolsillo. Sin su espíritu combativo y su afán de competición no habría seguido todos estos años en su, por otra parte, exitosa carrera deportiva.

Se ha denominado a Iker Martínez como “guerrero del agua”, no sin razón. El de Hondarribia también intentó estar en los Juegos de Río , en esa ocasión en la clase Nacra 17, pero una serie de lesiones y un proceso de preselección nacional algo turbio que llegó incluso a la intervención de abogados lo impidió finalmente. Su labor en las naves no se limitó a las categorías olímpicas, ya que ha realizado la Vuelta al Mundo de Vela por etapas, con cascos parecidos a los de la célebre Copa América. Se ha movido, pues, entre la vela olímpica y la oceánica, aunque ha declarado sentir más pasión por la primera. En cualquier caso, Iker Martínez ha demostrado su valía, tesón y pasión por este deporte, que tanto le ha dado y al que tanto ha entregado a su vez.

Foto de EFE

2 Comentarios

  • Roberto

    Enhorabuena por el cambio en el blog. Es muy útil el nuevo aspecto con las últimas entradas en mosaico. Gran cambio. Bonita historia la de Íker Martínez y familia. Todo un ejemplo. Todavía me sigue doliendo la injusticia que hubo con él en Pekín 2008.

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