DUFF GIBSON: EL BOMBERO CAMPEÓN OLÍMPICO A LOS 39 AÑOS
Tiene un tío que fue olímpico en remo en los Juegos de Los Ángeles 84, un padre que destacó tanto en judo que iba a ser olímpico en los Juegos de México 68…pero finalmente ese deporte se cayó el programa olímpico. Él ha sido no solo olímpico, sino campeón, el campeón olímpico de más edad de su país en la historia de los Juegos Olímpicos de invierno. Se trata de Duff Gibson, canadiense oro en skeleton en Turín 2006.
Con 39 años fue campeón, el único canadiense que lo ha sido en skeleton (en una competición en la que, curiosamente, se clasificó tras él otro compatriota suyo: Jeffrey Pain). Hasta la celebración de los Juegos de Sochi en 2014 ostentó el récord de campeón olímpico de Juegos de invierno con más edad, un récord que le arrebató el biatleta noruego Bjørndalen. Pero lo curioso en el caso de Duff Gibson es su profesión fuera del deporte: bombero en el aeropuerto de Calgary. De hecho fue recibido a su vuelta de sus exitosos Juegos en suelo canadiense con un desfile de camiones de sus compañeros bomberos en el mismo aeropuerto. El departamento de bomberos de Calgary ya ha declarado públicamente en diversas ocasiones lo orgulloso que se siente de tener entre sus filas a todo un campeón olímpico.
Gibson, que probó varios deportes -hockey sobre hielo, lucha, remo, patinaje de velocidad, bobsleigh y luge, ni más ni menos- se decidió finalmente por el que le llevaría a la fama a la tardía edad de 33 años. Sólo seis lo practicó, retirándose después de los Juegos que le alzaron al cajón más alto del podio. El mismo año en que comenzó en el skeleton, 2000, ya fue olímpico en Salt Lake City, logrando un nada despreciable décimo puesto. Una vez retirado se dedicó por completo a su labor como bombero, aunque años más tarde la compatibilizó como entrenador principal de la selección de su país. El departamento de bomberos le permitió una flexibilidad en sus tareas ofreciéndole menos turnos en invierno, para que pudiera dedicarse más al skeleton.
Duff Gibson no solo realiza tareas en su profesión diaria que podemos catalogar como “de servicio a la sociedad”, sino que también ha participado a modo personal en misiones que benefician a la sociedad. Así, se ha dedicado a conseguir fondos para las familias afectadas por el SIDA en África. La forma de hacerlo nos llama la atención: estuvo cargando un bote de 20 litros de agua durante 12 kilómetros desde el Parque Olímpico de Calgary hasta la escuela de su hijo. El campeón olímpico es consciente, a su vez, de lo inspirador que puede resultar su caso y recuerda lo que pudo influirle en sus años universitarios una visita del medallista olímpico de natación Mark Tewkesbury. El solo hecho de poder tocar su medalla de plata en Seúl le inspiró y significó mucho para él.