Entrevistas,  Los otros olímpicos

ALHAMBRA NIEVAS: “RÍO 2016 Y PITAR LA FINAL OLÍMPICA ES LO MEJOR DE MI CARRERA, POR ENCIMA DE LOS PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS”

Alhambra Nievas ha hecho por el rugby español y por la visibilidad de la mujer en un deporte considerado tradicionalmente masculino más que mucha gente. Y no es jugadora (aunque lo fue en su momento). Esta granadina es consciente de ser “una excepción”, aunque “ya hubo compañeras que me abrieron camino”. Por si algún despistado aún no lo sabía, Alhambra Nievas fue nombrada en 2016 Árbitro del Año, sin distinción de género. Ya había sido finalista el año anterior. Por cuestiones como esta la andaluza reconoce sentirse muy valorada especialmente por la federación internacional. A nivel laboral apostaron por mí; me hicieron un contrato semiprofesional en su día y ahora estoy trabajando con ellos a tiempo completo [actualmente ocupa el cargo de gerente de desarrollo de la Federación Internacional de rugby]. Sí que siento que han valorado mis capacidades y talento como persona, sin distinguir el sexo”. Pese a ello, ni siquiera ella se ha librado de sufrir episodios machistas “aunque han sido los menos”. Alhambra fue apoyada por la federación internacional y, sobre todo, por su familia, pero “en España me pusieron más trabas. Lo más preocupante es que no quieren aceptar en pleno siglo XXI que tiene que haber igualdad. Las mujeres no tienen representación y el deporte está por detrás”. Pese a ello, piensa que en el rugby no hay tanto machismo. Destaca que “no hay diferencias en el reglamento, nivel técnico, táctico y físico entre el rugby femenino y masculino”. Ella, que ha sido pionera, quiere que se llegue a un día en que “no hagamos distinción si el árbitro es mujer u hombre. Ese día será cuando habremos conseguido un cambio real”. Nievas tuvo que pasar en su carrera por varios periodos: de ser “la mujer árbitro” a simplemente “el árbitro”.

Arbitrando en Río 2016. Foto de David Rogers. Getty

Referente sin buscarlo, como confesó a Historias de los Juegos, reconoce que lo es porque “mi historia es más visible y se ha puesto en valor. Soy consciente de que tengo unas responsabilidades por ello, hay que responder a unas expectativas. El mensaje que transmites es importante. También es un reto personal”. La acreditada colegiada reconoció recientemente en el II Congreso Deporte y Diversidad en el que participó (en una mesa redonda sobre mujeres árbitros) que algún día tuvo que salir llorando de la cancha por culpa de una situación en la grada “que desencadenó un árbitro, que se estuvo metiendo con todas mis decisiones. Aún no estaba madura, pero eso me hizo más fuerte”. Subraya el hecho de que muchas chicas van abandonando por las demasiadas trabas que sufren: “Para hacer esto tienes que resistir. Al final quedamos muy pocas mujeres por las trabas. Tenemos un talento y trabajamos [para quedarnos]”.

Alhambra Nievas destaca por su alto sentido del olimpismo, llegando a afirmar: “Para mí el olimpismo es muy especial, me quedaría con pitar una final olímpica antes que una final de un Mundial masculino porque los Juegos es un evento multidisciplinar y engloba muchas cosas”. Desde pequeña ya se veía en unos Juegos Olímpicos, aunque por entonces practicara el tenis. Más adelante se convirtió en jugadora de rugby y aunque durante años lo estuvo compaginando con la labor arbitral, acabó decantándose por ésta: “Como jugadora noté que mi techo estaba ya cerca, entonces me atrajo el arbitraje, veía una posibilidad de desarrollarme, de hacer otras cosas y me animé. Me desarrollé físicamente mejor como árbitro”. El sueño olímpico volvió a aparecer cuando entró en el calendario de los Juegos: “A raíz de que el rugby se hacía olímpico ya vi yo una opción de ir a los Juegos”.

Foto de Gorka Estrada/EFE

En efecto, desde Río 2016 el rugby, en su modalidad de a 7, entró en el programa olímpico y el sueño de Alhambra, rumiado durante años desde su infancia, se hizo realidad: no solo iba a estar, sino que pitó la final olímpica femenina: “Río 2016 fue mi objetivo para dedicarme al arbitraje de forma profesional a tiempo completo porque yo desde muy pequeña quería ser olímpica. Para mí fue increíble participar en unos Juegos como árbitro; lo disfruté muchísimo. Fue muy especial compartirlo con todos mis compañeros de equipo. Pitar la final olímpica fue el broche perfecto a muchos años de dedicación exclusiva al arbitraje, una apuesta arriesgada que yo hice, porque no es fácil en España ser árbitro de rugby. Estar en unos Juegos Olímpicos lo destaco incluso por encima de los premios y reconocimientos; para mí Río y esa final olímpica es lo mejor de mi carrera deportiva”. Sin embargo, por mucho que Nievas fuera reconocida por las más altas instancias, no llegó a arbitrar en los Juegos a hombres, cosa que sí había logrado en rugby a XV, como nos cuenta y nos da la explicación: “No arbitré a hombres en los Juegos porque es cierto que la velocidad en la modalidad de rugby a 7 es muy diferente entre hombres y mujeres. Yo además no soy especialmente rápida. Sería muy difícil que yo tuviera el mismo rendimiento en un partido de la velocidad con la que se juega en un partido masculino de rugby a 7 al haber mucho espacio y menos jugadores. Sí que he arbitrado a hombres en rugby a XV a nivel internacional y en España he arbitrado en máxima categoría, finales de la Copa del Rey, final de liga, final de Supercopa…pero soy consciente de que yo, por mis condiciones físicas -aunque esté muy bien físicamente-, arbitrar un partido de rugby a 7 masculino del máximo nivel sería muy difícil”.

Alhambra Nievas se ha retirado del arbitraje; ha sido madre y ahora ocupa un cargo en la federación internacional, donde sigue “trabajando con los árbitros, monitorizo y evalúo; preparo a la gente para que dé el salto al máximo nivel. Mi principal prioridad es que haya cada vez más mujeres en el alto nivel. Trabajo mucho con federaciones, regiones, para ver cómo están trabajando, qué recursos necesitan, cómo podemos trabajar juntos para que cada vez lleguen más chicas al máximo nivel”.

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