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JON SANTACANA, NUEVE MEDALLAS EN JUEGOS PARALÍMPICOS: “EL DEPORTE PARALÍMPICO ES IGUAL AL OLÍMPICO Y DA EL MISMO ESPECTÁCULO”

Cinco Juegos Paralímpicos. Nueve medallas en ellos. Este es el impresionante palmarés del esquiador alpino Jon Santacana, siempre acompañado de su guía Miguel Galindo al padecer Santacana deficiencia visual B2. El vasco descubrió siendo niño que sufría la enfermedad de Stargardt, que consiste en una distrofia genética de la retina. Como consecuencia, su visión, que ha ido empeorando con el paso de los años, ha llegado al 5% de agudeza visual. Ello no le ha impedido practicar deporte desde niño hasta llegar a convertirse en la leyenda paralímpica que es ahora: “Me gustaba mucho el deporte; estaba compitiendo en atletismo y descubrí el esquí porque mis padres tenían una autocaravana y empezamos a ir los fines de semana a la nieve hasta que un día me puse unos esquíes y me quedé enganchado a la sensación de deslizamiento y ha llegado a convertirse en una pasión”, contó a Historias de los Juegos.

Jon Santacana nos desgrana una a una sus experiencia en los Juegos, en los que debutó con 20 años y entre los que separan décadas desde su primera cita –en los de Salt Lake City- de la última, en Pyeongchang: “Debuté en Salt Lake City ya con medallas [tres]. Llevaba ya dos años en el equipo nacional y la verdad es que las cosas me estaban saliendo bien, pero más que las medallas recuerdo lo desbordante que pueden ser unos Juegos a nivel emocional. Yo creo que estaba tan en la nube que ni siquiera me ponía nervioso porque estaba alucinando con todo”. Los siguientes, en Turín 2006, fueron más complicados para Jon ya que tan solo dos meses antes se rompía la tibia y el peroné: “Estuve allí y pude competir en la última prueba, en el eslalon, pero en unas condiciones muy mermadas, pero también eso me enseñó mucho y aprendí dónde estaban los límites”. Se marchó de ellos sin medalla, algo lógico dadas sus circunstancias. Pero le esperaban en los siguientes su mejor momento deportivo: “Los de Vancouver fueron los Juegos donde más he disfrutado; conseguí tres medallas: los mejores resultados de mi vida en unos Juegos en un sitio que a nivel de competición de esquí era maravilloso”. De la ciudad canadiense se fue con el oro en el descenso y sendas platas en eslalon y gigante.

En Pyeongchang 2018. Foto de Eurosport

Tras tres Juegos disputados podría parecer que su recorrido paralímpico había llegado a su fin, más tras la grave lesión -con rotura del tendón de Aquiles- que padeció seis meses antes de los Juegos de Sochi. Sin embargo: “volví a hacer una recuperación exprés de seis meses. Estaba en un momento tan bueno durante ese ciclo que yo creo que recuperé todas las sensaciones enseguida en competición y conseguimos dos medallas. Revalidar el título en descenso fue muy complicado, así que salí súper contento”. El colofón lo logró en Pyeongchang 2018 “con mucha más edad las cosas te van costando mucho más porque las generaciones nuevas van tomándote terreno. Pero conseguí otra medalla, así que súper contento”. Esos parecen haber sido sus últimos Juegos, ya que, como nos confiesa, “es difícil que vaya a Pekín 2022. Ahora mismo pensar en cuatro años más es muy difícil. Ahora tenemos que ir año a año, pensar a corto plazo”.

Después de tantos años, Jon Santacana es una voz autorizada como testigo de la evolución de los Juegos Paralímpicos: “He notado cambios sobre todo a nivel de visibilidad y medios porque a nivel de público depende mucho de dónde se esté disputando. En Corea había una baja afluencia de público al disputarse en un sitio remoto, porque las pistas estaban lejos de los núcleos urbanos y porque no hay mucha tradición de deportes de invierno allí. Sin embargo en Vancouver o Sochi fue muy diferente. La visibilidad no se puede comparar para nada al deporte olímpico, pero la tendencia es a ir ese sentido de evolucionar”. Para el esquiador la clave para que aumente la trascendencia de los Juegos Paralímpicos “está en los medios porque el público cuando ve deporte paralímpico le gusta. Al final es deporte y es espectáculo como todo y no hay diferencias. Sí que hay historias detrás que se suelen conocer más por esa parte de superación personal, pero como deporte y como espectáculo es lo mismo. En la medida en que llega al público la gente se va enganchando. Es un camino que hay que ir haciendo poco a poco”. Otra diferencia entre los atletas paralímpicos y los olímpicos está, lamentablemente, en el aspecto económico: “A raíz del Plan ADOP en el 2005 empezó a haber becas, que antes no había. Yo cuando empecé no tenía ese apoyo. Cada vez se va mejorando, aunque es un plan bastante restrictivo porque si no estás entre los tres/cuatro mejores del mundo no puedes acceder a unas becas que te permitan dedicarte exclusivamente al deporte, pero al menos lo hay. Si al final tienes la fortuna, tienes la oportunidad de estar becado y dedicarte exclusivamente”. Jon es uno de los afortunados que se puede dedicar desde hace años exclusivamente al esquí alpino, aunque empezó los estudios de INEF y Fisioterapia pero tuvo que dejarlos “porque me era imposible compatibilizarlo”.

Como tantos otros campeones paralímpicos Jon Santacana no puede dejar de ser un referente para otros discapacitados, lo que considera un honor: “es un orgullo ser referente para chicos con alguna discapacidad porque tienes ganas de transmitir lo que te ha ayudado el deporte”. Debido a la mucho menor visibilidad del deporte paralímpico, los Juegos Paralímpicos son particularmente trascendentes para estos deportistas: “Para nosotros sólo hay visibilidad en los Juegos Paralímpicos. Los medios no están presentes los cuatro años anteriores a los Juegos”. No podemos dejar de dedicar unas palabras especiales dedicadas a Miguel Galindo, el guía que tiene mucha parte del mérito de los éxitos deportivos de Santacana. Su relación con él es “muy intensa; toda la pretemporada y temporada estamos fuera y estamos entonces juntos las 24 horas. Desde el principio nuestra relación fue muy buena. Somos dos personas tolerantes y hemos sabido ver en el otro las partes buenas por encima de los defectos; esa ha sido la clave para haber competido tantos años y somos la pareja en el circuito que más tiempo lleva”.

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