LAS HERMANAS WILLIAMS: LAS REINAS DEL TENIS OLÍMPICO
No vamos a descubrir a las poderosas y quasi imbatibles hermanas Williams, muy probablemente las más talentosas hermanas del tenis. Juntas, en la modalidad de dobles, no han tenido prácticamente rival. Cuando juegan por separado, los éxitos de una se han solapado con los de la otra, teniendo en cuenta el escaso año de edad que les separa. Pero las Williams, al margen de sus récords en los títulos de los mayores torneos WTA –destacando los Grand Slams-, innumerables, han sido y quién sabe si seguirán siendo, las mejores tenistas del torneo olímpico. Si juntamos sus medallas estas ascienden a nueve, ocho de ellas de oro y una de plata.
Venus, la mayor (nacida en 1980), se estrenó en cuanto a Juegos Olímpicos con el oro individual en Sidney 2000. Para entonces ya contaba con victorias en tres de los cuatro Grand Slams y se había convertido en una de las sensaciones del deporte de la raqueta. Pocos meses más tarde consiguió otro logro por el que pasó a la historia: ser la primera tenista de color número uno del ránking WTA. Pero es que en esos Juegos del cambio del milenio también conseguiría el oro en dobles femeninos y lo que hacía más especial esa medalla era que la obtuvo con su hermana Serena, que no era todavía por aquel entonces la “monstruo” de las pistas en que se convertiría en los años sucesivos.
Volvamos a la mayor de las Williams, quien recientemente, con 37 años, ha vuelto a volver a casi tocar el cielo de los más importantes torneos tenísticos. Y eso que tuvo que pasar por un largo periodo de inactividad debido a un problema de salud relativamente grave. La estadounidense padece el llamado Síndrome de Sjogren, el cual le causa fatiga y dolor en las articulaciones –entre otras dolencias-, algo básico para un deportista. Venus Williams ha podido con eso y con la edad. Doble mérito de la californiana. Siguiendo con su trayectoria olímpica -y sin entrar en sus numerosos triunfos en el resto de torneos- su doble triunfo en Sidney no pudo ser revalidado en la siguiente cita olímpica, pues en 2004 tendría un mal año, pasando casi desapercibida. Pero en Pekín volvería el triunfo, en forma de nuevo de oro en la modalidad de dobles y, huelga decir, con su hermana Serena. Título que reeditarían en Londres 2012. Cuando ya parecía que estaba acabada, Venus salió de le edición de Río con otra medalla, esta vez plata y en otra modalidad diferente, la de dobles mixtos (junto a Rajeev Ram). Con este palmarés, Venus puede presumir de ser una de las únicas dos tenistas femeninas que han ganado cuatro oros olímpicos. ¿Adivinan quién es la otra mujer con la comparte ese honor? Efectivamente, su hermana Serena.
De Serena, un auténtico animal de la pista de la que se ha llegado a decir que podría estar a muy buen nivel compitiendo contra hombres en el circuito de la ATP y de la que se afirma, sin dudarlo, que estando motivada no hay mujer que pueda vencerla, ya hemos mencionado sus oros en dobles en los Juegos de Sidney, Pekín y Londres. Como no podía ser de otra forma, Serena también se coronó campeona individual, en su caso en los Juegos de Londres. Cuatro oros que parecen escaso botín para la que, con poca discusión, puede ser considerada si no la mejor, de entre las tres mejores de la historia del tenis femenino. También hay que tener en cuenta que hubo de renunciar a los Juegos de Atenas (Juegos que parecían gafados para las dos hermanas Williams) debido a una lesión en la rodilla izquierda que se produjo el 30 de julio de ese año en los cuartos del torneo de San Diego contra Vera Zvonariova.
Para cuando se disputaron los Juegos de Pekín Serena era la indiscutible reina del tenis femenino. Era de esperar su oro olímpico en la categoría individual. Sin embargo, no pasó de cuartos al ser derrotada por Elena Dementieva. Tras el esperado oro individual de Londres el mundo seguía esperando lo máximo de Serena en los Juegos de Río. Sin embargo, las cosas se torcieron tanto para ella en el cuadro individual como para las hermanas en dobles al recibir su primera derrota en esta categoría en toda su historia olímpica. Y, dolorosamente, ocurrió en la primera ronda. A nivel individual Serena demostró no estar en forma en dichos Juegos, pues aguantaría solo una ronda más, perdiendo en segunda ante la ucraniana Elina Svitolina.
Quien piense que hay rivalidad entre las hermanas –pues en varias ocasiones han disputado entre sí finales- se equivoca. De hecho, Venus ya afirmó tras ganar el primer oro de dobles en Sidney 2000 junto a Serena que esa victoria era “más grande que la recientemente ganada individual por lograrla junto a mi hermana y amiga, cosa que no ocurre a menudo”. En efecto, ese histórico día del año 2000 se convirtieron en las primeras hermana en ganar el oro en dobles. Más récords olímpicos, en este caso para Venus: ese día también se convirtió en la segunda mujer en ganar en individual y dobles, siendo la anterior Helen Wills…que lo lograría en los remotos Juegos de 1924. En Sidney 2000 puede que Venus batiera otro récord, pues ganó once partidos en diez días.
¿Veremos a las Williams en Tokio 2020? Solo depende de ellas, de su forma mental, porque parece que la física no les faltará. Serena ha anunciado que quiere volver al tenis tras su maternidad y ya sabemos que Serena juega para ganar. Venus, pese a que contaría en Tokio con 40 años, ha vuelto por sus fueros y también ha expresado sus deseos de llegar a la siguiente cita olímpica. Los genes, el trabajo, la mentalidad ganadora y una fuerza que tal vez se impulsara aún más en ambas hermanas desde el suceso que vivieron cuando muriera en circunstancias trágicas su hermana mayor Yelunde -asesinada mientras paseaba junto a un amigo en el suburbio natal de las Williams, en Los Ángeles-, han hecho de Venus y Serena Williams las campeones olímpicas (y no solo) que son.