KOSUKE HAGINO, CAMPEÓN OLÍMPICO EN RÍO: “LA PRESIÓN HACE SACAR LO MEJOR DE MÍ”
No es ni estadounidense, ni australiano, ni ruso, ni de otro país europeo, pero se ha convertido en una de las mayores figuras de la natación mundial. En tres años se enfrentará a su mayor reto: unos Juegos Olímpicos en su propio país. Se le pedirá mucho a Kōsuke Hagino en Tokio 2020 y él parece llevarlo con la tradicional reflexiva tranquilidad propia de los orientales. Antes al contrario, como contó a Historias de los Juegos en una entrevista exclusiva, “la presión en unos Juegos Olímpicos a veces te hace sacar lo mejor de ti y que hagas mejor papel del previsto inicialmente. En mi caso la presión la transformo para que me resulte positiva y me empuje”.
Hagino deslumbró en Río 2016, donde consiguió tres medallas, pero no le era desconocida la sensación de pisar un podio olímpico, puesto que ya lo había logrado en Londres 2012. Allí, cuando aún no había cumplido los 18 años, impidió a Micheal Phelps anotar una medalla más en su impresionante palmarés. Empezó deslumbrando en las series de los 400 metros estilos, consiguiendo el mejor tiempo. En la final sería superado por Ryan Lochte y Thiago Pereira, pero consiguió una meritoria medalla de bronce, dejando al gran Phelps fuera del podio. El nadador japonés le quita importancia al dato: “Sí, superé a Micheal Phelps en esa carrera e “impedí” así que consiguiera otra medalla pero es solo un resultado, simplemente ocurrió. Tuve suerte. Solo quería hacer el mejor papel posible y es lo que ocurrió”. Pese a que, tras su mejor tiempo en series, algunos ya soñaban con un oro de Kōsuke, a él le bastó salir con una medalla al cuello, aunque fuera de bronce: “Estoy satisfecho de mi papel en Londres. Fui para ganar una medalla y lo conseguí, así que el bronce en los 400 estilos me supuso una satisfacción. Estoy feliz con lo realizado en los Juegos de Londres”.
Para cuando disputó su segunda experiencia olímpica, la reciente de Río, Kōsuke Hagino ya había engordado su palmarés, pese a sufrir lesiones que, entre otras cosas, le impidieron disputar el Mundial de Kazán de 2015. Pero arrasó en el de Barcelona de 2013, así como en los Juegos Asiáticos y Pan Pacíficos, ambos disputados en 2014. Entre todos ellos Rising Son, como le apodan (haciendo un juego de palabras con el inglés Rising Sun, sol naciente, denominación de su país, Japón), ganó un total de quince medallas. Además, demostró su mejor rasgo: una gran versatilidad. En el Mundial de Barcelona, sin ir más lejos, fue el único nadador que disputó seis pruebas individuales (a las que hay que sumar una de relevos). Y es que Hagino toca todos los palos y no se conforma con una especialidad. Como él mismo nos contó: “Me concentro principalmente en la carrera individual de estilos, pero me gusta retarme con diferentes estilos y distancias y probar muchas carreras diferentes”. Así, Hagino ha disputado con éxito carreras de 100 m libres, 200 libres, 400 libres, 100 espalda, 200 espalda, 200 estilos, 400 estilos y 4×200 libres.
En Río la afición esperaba mucho de él y no decepcionó, consiguiendo el bronce en los relevos 4×200 libres, la plata en los 200 estilos individual y, sobre todo, el oro en los 400 estilos, primera medalla en esa distancia para Japón en su historial olímpico. Es por ello que Hagino se siente particularmente contento de esa medalla: “Mi objetivo principal era ganar una medalla en los 200 metros libres. No lo conseguí, pero gané en los 400 estilos. Tenía como objetivo ganar en esa prueba, que supondría la primera medalla para mi país en esa distancia. Me alegré más que nada por el equipo, así que estoy muy satisfecho de haberlo logrado”. En ese equipo que menciona no puede faltar Norimasa Hirai, su entrenador, quien entrenó a otra estrella de la natación japonesa como es Kosuke Kitajima. Hagino no solo se fijó en su compatriota, sino que sus ídolos en la piscina han sido dos estadounidenses con los que ha tenido la oportunidad de rivalizar dentro del agua, unas veces superándolos, otros quedando justo detrás de ellos. Se trata de Phelps y de Lochte: “Tanto Micheal Phelps como Ryan Lochte han sido grandes nadadores, contra los que he competido. Son admirados por muchos y muchos quieren ser como ellos, no solo yo, sino otros nadadores también”. Ante las comparaciones con la Bala de Baltimore no han faltado los piropos de admiración mutua. Hagino puede que sea el sucesor del ŌŌamericano en cuanto a versatilidad se refiere, según ha reconocido el propio Phelps. Por otra parte, el japonés nunca ha negado que Phelps es su modelo a seguir. También opina como él en que hay que mantener limpieza en el deporte, concretamente en la natación, tras las insinuaciones del más premiado olímpico sobre casos de dopaje en su deporte. Hagino apoya a Phelps en su lucha contra el dopaje: “Los deportistas debemos estar limpios. Es por eso que competimos, porque estamos limpios. Tenemos que mantener esa limpieza en el deporte”.
Quedan tres años para los que pueden ser los Juegos Olímpicos definitivos para el nadador japonés. Kōsuke está convencido de que la presión que pueda recibir por disputarlos en casa la transformará en energía positiva: “No hay muchos deportistas que puedan disputar en su propio país unos Juegos Olímpicos. Sí que siento presión, pero la transformo de tal manera que se convierta en una forma de impulso para mí, que me dé fuerzas. Como ya habré tenido la experiencia de dos Juegos Olímpicos a mis espaldas para cuando participe en las de Tokio ya estaré totalmente centrado en los Juegos, ya que ya habré vivido la experiencia inicial, en la que quizás no estás tan centrado”. Y mira con optimismo a una edición olímpica que vivirá con especial orgullo: “Las culturas son muy diferentes. Cada edición de los Juegos tiene sus propias características por la cultura del país anfitrión y la idiosincrasia de la gente. En el caso de Japón y los Juegos de Tokio 2020 esperamos ofrecer muestras de nuestra cultura también, como ha ocurrido en Juegos pasados”.