MOMENTOS OLÍMPICOS MÁGICOS 121: LA MEDALLA DE BARCELONA 92 DEL TIRO CON ARCO QUE NADIE ESPERABA
De entre todas las medallas que consiguió España en los recordados Juegos Olímpicos de Barcelona 92 una de las más inesperadas -y, además, de oro- fue la de tiro con arco por equipos. Ni sus propios protagonistas aspiraban a ella, sino que se conformaban con pasar la primera ronda y optar, de esta manera, al diploma olímpico.
Pero Antonio Vázquez, Juan Carlos Holgado y Alfonso Menéndez se hicieron con el oro pese a sus malos resultados en la competición individual (respectivamente 18º, 45º y 42º). Por si fuera poco, hasta pocos meses antes del inicio de los Juegos, en la primavera del 92, no eran sino un “equipo tosco” (en palabras de Antonio Vázquez) “con muchos detalles que pulir”. Incluso hasta febrero-marzo de ese mismo año no empezaron a rodar propiamente.
Y entonces ¿a qué se debió su éxito? No fue un milagro, algo que raramente ocurre en el deporte. Como suele pasar, todo se debió a trabajo, trabajo y más trabajo: el que les obligó a hacer el entrenador. En él podríamos decir que estuvo la clave. Se trataba del ucraniano Viktor Sidoruk, heredero sin duda de la espartana vieja escuela soviética. El entrenamiento que impuso constaba de tres sesiones diarias: desde bien temprano hasta la hora de la comida, tras ella otra por la tarde y, no contento con tantas horas, Sidoruk se encargó de alquilar un pabellón que quedaba libre de diez a doce de la noche. Total: gimnasio, natación, lanzamiento de entre 600 y 700 flechas al día…El proceso fue tan duro que de los catorce arqueros que lo iniciaron tan solo acabaron tres, los únicos tres que no acabaron lesionados. Fueron ellos tres los que se convertirían en olímpicos, sin posibilidad de recambio en caso de lesión o enfermedad.
La competición de tiro con arco por equipos se realizó en las instalaciones del Valle de Hebrón. En la primera ronda los españoles superaron a los daneses. Con ello ya estaba el objetivo cumplido, aunque dudamos de que Sidoruk se conformara con ello. Los siguientes rivales eran los del Equipo Unificado, grandes favoritos incluso para el oro, pero el peculiar viento que en esos momentos había les hizo no solo perder, sino hacerlo con una considerable desventaja de ocho puntos. Tras superar a continuación a Gran Bretaña España llegaba a la final que le enfrentaba con Finlandia, país que llegaba con una quasi inmejorable marca de 237 aciertos en cada una de sus rondas (España no había superado los 236).

La final comenzó tarde…porque se esperó al rey, que venía de ver a Arantxa Sánchez Vicario en tenis. Estaba cerca de las instalaciones del tiro con arco y alguien le dijo que se pasara a ver la final. Haría bien Juan Carlos I, puesto que pudo ser testigo de otro oro de España. Oro que estuvo a punto de no serlo, porque la flecha que marcó la victoria, la última, se lanzó cuando apenas quedaba un segundo para que finalizara el tiempo de su lanzador, Antonio Vázquez. De los tres arqueros españoles era el más veloz, por lo que el seleccionador le colocó en último lugar, el de la presión al dejarle generalmente sus compañeros poco tiempo para su disparo. De hecho, en plena final Sidoruk intercambió los papeles del primero y segundo colocando a Alfonso Menéndez en primer lugar porque era el que tardaba más segundos. A continuación Juan Carlos Holgado dispuso de menos tiempo del habitual para su lanzamiento final de tal forma que cuando lo hizo le quedaban apenas 40 segundos a Antonio Vázquez. En esos 40 segundos tenía que caminar hasta su puesto, preparar la postura, respirar, prepararse psicológicamente y lanzar. Cualquier breve contratiempo haría que su tiempo expirase y, con ello, un correspondiente cero. Pero eso no ocurrió y lanzó una flecha de nueve. España campeona olímpica, lo impensable antes de los Juegos.
Lo triste es que este éxito no tuvo continuidad porque se despidió a Sidoruk, el artífice del oro. No encontrando sustituto se consideró que los arqueros españoles “eran tan buenos que no necesitaban entrenador”. Craso error, puesto que el tiro con arco español sufrió un parón debido, tristemente, a decisiones federativas. La impecable preparación de cara a los Juegos Olímpicos locales dio sus frutos…momentáneos.
Un comentario
Virginia Bernardi Garrido
No conocía esta historia,muy emocionante,40 segundos para lanzar, menuda presión. Un oro que or lo visto no tuvo mucha repercusión. La federación metiendo la pata despidiendo al entrenador!. Hoy seguramente habría pasado otra cosa y muchos niños querrían ser arqueros y ganar medallas.