ATOS: LA TECNOLOGÍA DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS
Realmente no somos conscientes hasta qué punto es necesaria la tecnología hoy en día en unos Juegos Olímpicos. Puede que ésta se haya desarrollado con mayor rapidez que los mismo Juegos. Al frente de su organización existe una empresa que se encarga de muchas funciones: Atos. En ella trabajan multitud de empleados (52.000 en 69 países) de los cuales 300 lo hacen de manera estable en las sedes de Madrid y Barcelona dedicados a los Juegos Olímpicos. ¿Qué misiones tienen? Muchas y de excepcional importancia, como llevar las plataformas digitales de los Juegos Olímpicos, la nube, la consultoría tecnológica, etc.
Ya en los Juegos de Barcelona 92 se formó un pequeño equipo de trabajo que fue creciendo para encargarse ya oficialmente de los aspectos tecnológicos de los Juegos Olímpicos desde la edición invernal de Salt Lake City en 2002. Fueron evolucionando, hasta que en 2014 el mismo COI les pidió que mejoraran la tecnología de los Juegos. Hasta entonces cada edición olímpica montaba un laboratorio de testing en cada sede para, desde entonces, centralizarlo en Madrid.
El trabajo que realizan los trabajadores de Atos se completa con las verificaciones que hacen gente del COI, de federaciones, de televisiones, periodistas, etc. para asegurar que todo funcione. Atos es un elemento integrador, alguien que guía en materia de seguridad. Hay que tener en cuenta que cada dos años se cambia de sede y, por lo tanto, de entorno cultural, mentalidad e incluso leyes. Por ejemplo, en los Juegos de París 2024 se han tenido que tener en cuenta leyes europeas sobre, por ejemplo, los datos personales. En cada edición olímpica varían los “compañeros de viaje”: a veces pesan más los públicos, otras los privados.
¿Pero de qué se encarga Atos? Son varios los campos. Por ejemplo, la plataforma de voluntarios. Por dar un dato, en los Juegos de París hay 50.000 voluntarios en el portal. Luego está la ciberseguridad, elemento en absoluto baladí. También las acreditaciones, que requiere recopilación de datos de miles de personas. No menos importante es ofrecer, ya durante los Juegos, los resultados deportivos en tiempo real tanto a las televisiones con grafismos, como a los comentaristas en directo como a toda la Prensa en general para que los ofrezcan en sus medios casi de forma instantánea. No nos olvidemos de datos a tener en cuenta, como la verificación de descalificaciones, casos de dopaje, etc. Un sinfín de variantes que pueden hacer cambiar los resultados.
Podemos resumir en dos grupos importantes los campos de trabajo de Atos de cara a unos Juegos Olímpicos: los datos deportivos en sí y otros datos, como los necesarios para acreditaciones, así como horarios de competición, las marcas mínimas necesarias para los atletas -esto antes del inicio de los Juegos-, el portal de voluntarios, de trabajadores, etc.
Un aspecto novedoso utilizado en la plataforma de voluntarios en París: en esta ocasión se ha añadido Inteligencia Artificial para la preasignación del mejor perfil para el mejor puesto.
Naturalmente todo este trabajo no puede dejarse a la improvisación una vez iniciados los Juegos. Es necesario haberlo testeado todo al detalle anticipadamente y vaya si lo hacen en Atos. En ocasiones ha habido más de cien personas a la vez verificando el llamado testing. En el caso de los Juegos de París han trabajado principalmente tres sedes para las pruebas y para toda la realización: En Barcelona se encargaban de la nube, de la app y de la ciberseguridad. En París 300 personas de diversas empresas de tecnología trabajaban las 24 horas del día siete días a la semana, mientras que en Madrid se sitúa el “Integration Testing Lab” que ha trabajado en la capital de España durante los tres años previos a los Juegos para trasladarse después a la sede correspondiente. Pocos meses antes de los Juegos se realizó un test general en el que trabajaron más de 2000 personas. Se prueba cualquier incidente que pueda producirse por mínimo que sea, desde un corte de luz hasta algo menor. Se testea cómo han de reaccionar los trabajadores en caso de que se produzca esa incidencia. Así, si durante los Juegos llegara a producirse, ya se ha ensayado cómo hay que reaccionar ante dicha eventualidad. En las pruebas realizadas en mayo de 2024 se realizaron 2000 escaneos y se realizó la simulación de todas las disciplinas olímpicas en apenas cinco días, en lugar de las algo más de dos semanas que duran en realidad los Juegos Olímpicos.
Antes de llegar a ese digamos “ensayo general” todo se inicia en realidad desde años antes. Cuatro años antes se realiza el plan general; un año más tarde se hace el diseño; avanzamos otro año, cuando toca construir los sistemas; un año antes de los Juegos ya se realizan los primeros test y todo acaba de desarrollarse el mismo año de los Juegos.
Todo cambió a partir de los Juegos de Río. Fue entonces cuando se construyó el laboratorio de Madrid para centralizarlo desde Europa, puesto que la mayoría de las federaciones internacionales tienen su sede en Suiza. Desde entonces se ha mantenido en Madrid, con un equipo de 60 personas dedicado durante dos o tres años a cada app. Se trata de expertos en deportes que conocen las reglas y todo lo necesario. Estas personas van a los test event de cada deporte y a las sedes. También intervienen las federaciones internacionales en la homologación de las disciplinas, así como probar que la web, los marcadores, etc. funcionan bien. En definitiva, se realizan pruebas de estrés para aguantar el gran volumen de datos que se prevé.
Debido a la pandemia se dio la circunstancia de que, al cerrarse las fronteras, el laboratorio de Madrid se abrió a muchas tareas que normalmente se realizan en varias sedes y por primera vez se centralizaron tres Juegos Olímpicos a la vez en Madrid: los de Tokio, Pekín y París. En el equipo de Atos de Madrid trabajan once nacionalidades que combinan un perfil tecnológico con uno deportivo, en el que se incluyen exatletas. Finalmente una vez acabados los Juegos se elaboran unos libros con todos los pdfs de los resultados.
En resumidas cuentas, la ingente labor realizada por esta compañía, que carga con el peso de uno de los aspectos más fundamentales de un evento de tal tamaño como son unos Juegos Olímpicos, es inmenso, manejando una cantidad datos que nos pueden llegar a marear. Si fallan, fallarán los Juegos. Si no lo hacen, simplemente los Juegos habrán tenido un “desarrollo normal”.
Un comentario
Virginia
No nos damos cuenta de su importancia,si fallan es un desastre pero si no fallan es un día más en la oficina. Hay que reconocer el trabajo de la gente que está en la sombra y también de los que por amor al deporte o por vivir una experiencia nueva también aportan mucho como son los voluntarios.