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CYRILLE TCHATCHET: DE DORMIR EN LAS CALLES AL SUEÑO DE SER OLÍMPICO

Se puede salir de la peor de las situaciones. El haltera Cyrille Tchatchet es una buena demostración de ello. Dos intentos de suicidio a sus espaldas, desesperación total, viviendo ilegalmente en el Reino Unido, durmiendo (literalmente) debajo de un puente, salió de ese pozo y llegó a competir en unos Juegos Olímpicos. Esta es su enriquecedora historia.

Cyrille Tchatchet nació en Camerún y llegó a representar a su país en los Juegos de la Commonwealth que se disputaron en Glasgow en 2014. Había empezado a practicar la halterofilia a los catorce años al ver la foto de un primo de su padre que había sido internacional en este deporte. En Glasgow comenzó su desesperación. Al día siguiente de competir allí salió de la villa de los atletas llevando encima únicamente el calzado y el cinturón de competición. Afirmaba que un retorno a Camerún le pondría en una situación de inseguridad. Esa primera noche durmió en las calles de la ciudad escocesa pero pronto fue en dirección al Sur, llegando a la costera Brighton. Allí se vio perdido, limitándose a sentarse en la orilla del mar y contemplarlo durante horas. Durmió bajo un puente bastantes días y se alimentaba exclusivamente de las galletas más baratas que encontraba en el supermercado. Esos días los pasó realmente mal, sintiéndose culpable por haber abandonado a su familia (madre y hermanos) en su país y con miedo por si le pillaba la policía.

En esas circunstancias tomó la más drástica de las decisiones: suicidarse tirándose por un peñasco hasta que se topó con una valla y una señal puesta por la O.N.G. Samaritans que ayuda a los que caen en el peligro del suicidio. En esa señal estaba puesto: “Si te sientes hundido llama a este número”. Cyrille llamó pero inmediatamente colgó. Encontró un agujero en la valla pero de alguna manera ese intento de llamada surtió efecto de tal forma que desde Samaritans llamaron a la policía, que localizó a Cyrille y le convencieron para que no se tirara.

Foto de David Levene/The Guardian

También hay que decir que esa misma Policía le arrestó por encontrarse en el país de forma ilegal y le mandaron a un centro de detención en Dover donde están las personas en su misma situación. Gracias a la intervención de un abogado se le dio una nueva oportunidad mandándole a otro centro de refugiados que buscan asilo sito en Birmingham. Allí se le permitió entrenar en un gimnasio pero Cyrille seguía afectado a nivel mental porque su situación legal tardaba demasiados meses en arreglarse, lo que le hizo volver a entrar en depresión. Tanto es así que tuvo un segundo intento de suicidio. Esta vez se le llevó a un hospital donde le recetaron antidepresivos. Básicamente tenía ansiedad ante el temor de obligarle a volver a Camerún.

Durante todo esa mala época a Cyrille le salvaron dos cosas: el poder practicar halterofilia, su auténtica pasión, y el cuidado recibido por el personal médico, siempre apoyándole. Es por eso que, una vez resuelta al cabo de 18 meses su situación legal, ha querido centrarse precisamente en esas dos facetas: estudiando y posteriormente trabajando como profesional de la salud mental en una clínica psiquiátrica: “Estudié eso para devolver a la comunidad el apoyo que me ofreció. Espero darles el coraje de luchar y además promocionar el bienestar mental” y también centrándose en la halterofilia volviendo a competir. Empezó a competir en las pruebas celebradas en su país de acogida y en 2021 fue seleccionado para representar al Equipo de Refugiados Olímpicos para los Juegos de Tokio, donde acabaría obteniendo un décimo puesto. No solo eso: Cyrille fue uno de los seis deportistas elegidos para portar la bandera olímpica en el estadio olímpico durante la ceremonia de inauguración de los Juegos de Tokio.

Ahora ha obtenido ya la nacionalidad británica y desde 2022 compite defendiendo sus colores. A nivel de su salud mental ya ha superado todos sus problemas y se centra ahora en conseguir medallas y en enviar este mensaje a los que están pasando un momento como el que él pasó en un pasado: “Mi mensaje para otros refugiados es que crean en sí mismos y que tengan esperanza. Hoy puede parecer que todo es difícil pero el futuro puede ser más brillante”. Con esas palabras nos quedamos.

Foto de Sky News

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