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BRUNA MOURA O EL CORAJE DE SER OLÍMPICA

Un maldito día en las vísperas de iniciarse los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín 2022 la brasileña Bruna Moura puso fin a su sueño de ser olímpica en esa cita -en la modalidad de esquí de fondo-, por la que llevaba peleando años transcurridos superando obstáculo tras obstáculo. Le fue imposible vencer el último porque, simplemente, no dependió de ella.

Moura se encontraba en camino hacia Pekín. Tuvo que cambiar sus planes de viaje debido a un Covid, aunque leve, que le obligó a pasar cuarentena en una casita en Austria. Acabado dicho periodo de espera tenía que trasladarse en coche hasta Múnich, desde donde cogería un avión que la llevaría hasta el destino final de Pekín. Pero nunca llegó a Múnich. Bruna alquiló un vehículo con conductor que la llevaría a ella y a todo el material de su equipo. El conductor, un ruso residente en Berlín, conducía demasiado rápido. La esquiadora de fondo brasileña no llegó a ver el accidente que se produjo, puesto que cuando recobró la consciencia perdida se encontraba rodeada de médicos. Habían chocado contra un camión y el conductor que llevaba a Moura había fallecido en el acto. Un helicóptero medicalizado trasladó a la deportista al hospital donde pasó una semana tratada de sus daños: tres costillas rotas, daños en un pulmón, un brazo roto en tres partes y el pie izquierdo roto. Según los médicos había salvado la vida por ir sentada en el asiento de atrás y llevar puesto el cinturón de seguridad. De no haberse cumplido estas dos premisas habría muerto. También habría perdido su pie izquierdo si no hubiera llevado puesto el calzado fuerte que en ese momento tenía.

Foto de AP

Una semana más tarde una ambulancia la llevó hasta los Países Bajos, donde vive y ya allí vio, por televisión, la ceremonia de inauguración de los Juegos de Pekín postrada desde la cama, sin saber si sufría más dolores físicos o emocionales por no poder estar allí.

Pero Bruna ha vuelto a esquiar e incluso a participar en un Mundial de esquí de fondo apenas un año después del terrible accidente. Ya había cogido en verano los esquíes sobre ruedas y meses más tarde, ya en temporada invernal, los de nieve. Su empeño en ser olímpica ha podido con los dolores de la recuperación y el partir de cero. La plaza olímpica para Pekín 2022 que tantísimo le había costado ganar y que quedó en saco roto quiere ser solo un mal recuerdo ya y poner las vistas en los Juegos de Milán/Cortina.

Foto de Instagram de Bruna Moura

No ha de extrañarnos la demostración de coraje y esfuerzo de esta brasileña porque no es la primera vez que ha sido puesta a prueba y ha superado todas las dificultades. Porque Bruna quería ser olímpica, sí, pero de otro deporte y en su país, en los Juegos de verano de Río 2016. Ella practicaba el ciclismo de montaña y ya había demostrado sus cualidades a nivel junior cuando un examen médico realizado en 2011 paró en seco su progresión. Bruna padecía una cardiopatía congénita que necesitaba una operación muy costosa y con años de espera en la Sanidad pública de su país. La ahora esquiadora cayó en ese momento en una depresión. Le ponía enferma ver siquiera a ciclistas circulando por las calles. Los médicos llegaron a decirle que, de volver a practicar deporte, podría sufrir una muerte súbita.

Bruna no volvería al mountain bike pero sí al deporte. Mientras se estaba recuperando le regalaron unos esquíes de ruedas. Daba la casualidad que su entrenador de mountain bike también había sido esquiador de fondo, así que Bruna se inició entonces en ese deporte, aunque primero llegó a competir en un Mundial junior de biatlón. Al poco participó en su primera carrera internacional de esquí de fondo y, al pertenecer a una nación con poca tradición ni esquiadores de nivel que pudieran anteponerse a ella, la clasificación olímpica para unos Juegos de invierno estaba al alcance de la mano. Entrar en el mundo del esquí de fondo hizo que acabara con su depresión. Por cierto, que fue convenientemente operada gracias a la ayuda de su compatriota -y siete veces olímpica- Jaqueline Mourão, ya que intervino para que Bruna entrara en un proyecto que cubrió los costes de su operación.

Uno de los alicientes que tendrán los Juegos de invierno de Milán/Cortina será saber si Bruna Moura estará en ellos, esperando que así sea para que cumpla su sueño olímpico porque, como ella misma dice “al cruzar la línea de meta eres un héroe. Es así como te sientes”. No sólo los campeones tienen derecho a tener esa sensación y a ser considerados héroes. Bruna Moura lo es, llegue en el puesto que llegue.

Foto de archivo personal de Bruna Moura

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