Estadios Olímpicos

ESTADIOS OLÍMPICOS 22: LOS DE RÍO 2016: EL NILTON SANTOS Y EL MARACANÁ

Los Juegos Olímpicos de Río 2016 presentaron una novedad: tendrían dos estadios principales: en uno se disputarían los torneos de fútbol (masculino y femenino) y las ceremonias de inauguración y clausura, mientras que en otro se desarrollaría el deporte rey en unos Juegos: el atletismo. No se requirió construir ninguno de dichos estadios, puesto que el primero -el histórico Maracaná- llevaba construido más de medio siglo y el segundo -llamado Estadio Olímpico Nilton Santos- se creó en 2007 para los Juegos Panamericanos. Ambos comparten un dato: tienen doble nombre, es decir, el Maracaná formalmente se denomina Estadio Jornalista Mário Filho mientras que el Nilton Santos es popularmente conocido como Engenhão debido al barrio que lo acoge. También comparten otra curiosidad relacionada con sus respectivos nombres, puesto que el Maracaná estuvo a punto de cambiar su nombre por el de Pelé según una propuesta, fallida, realizada en 2021, mientras que el Nilton Santos llegó a portar el nombre de João Havelange, pero fue cambiado al actual, en honor de un histórico jugador del Botafogo (equipo que juega en este estadio y que, de hecho, lo gestiona) debido a la impopularidad de Havelange.

El Estadio Olímpico Nilton Santos. Foto de Reuters

El Nilton Santos no llega en la actualidad a los 50.000 asientos pero para los Juegos Olímpicos tuvo que ampliarse hasta los 60.000 ya que es obligatorio que las pruebas de atletismo acojan a ese número mínimo de espectadores. Para ello hubo que construir gradas en las alas norte y sur superiores. Se llegó a proyectarse que acogiera a 80.000 espectadores de cara al Mundial de fútbol de 2014, pero nunca llegó a realizarse la propuesta.

Estadio Olímpico Nilton Santos

Arquitectónicamente hablando el estadio tiene cuatro arcos en su parte superior por lo que los asientos quedan protegidos tanto del sol como de la lluvia. En ese sentido es similar al Estadio de la Luz de Lisboa. La estatua dedicada al jugador Nilton Santos, que precede la entrada, fue financiada por los aficionados del Botafogo. Como curiosidad decir que el día de su inauguración se repartió una lata de leche en polvo a instituciones humanitarias por cada entrada vendida. Como suele ocurrir, los gastos de construcción de este estadio se dispararon pasando de los 60 millones de reales brasileños previstos a los 380 millones. Pero lo peor fue la muerte que se produjo durante su construcción de una trabajadora al caer desde una altura de 14 metros. Al poco los obreros realizaron una huelga para protestar por sus condiciones de trabajo. Otra cosa que hay que lamentar es los varios destrozos debido al vandalismo causado por aficionados de fútbol.

En cuanto al estadio Maracaná, conocido a escala planetaria entre otras cosas por haber sido en su momento el estadio más grande del mundo, decir que su inauguración oficial fue justamente con el primer partido del Mundial de fútbol de 1950, aquel campeonato en el que se produjo el denominado “Maracanazo” al vencer Uruguay por sorpresa a la potente selección local. Aquel partido fue visto in situ por 200.000 espectadores, la mayor asistencia de la historia.

Estadio Maracaná durante la inauguración. Foto de RTVE

El Maracaná es el sexto estadio del mundo en albergar los dos mayores acontecimientos deportivos, esto es: final del Mundial de fútbol y ceremonia de inauguración de Juegos olímpicos. No hace falta decir que ha albergado numerosísimos grandes acontecimientos del deporte del balompié, en los que no nos detendremos ahora. Sí hablaremos de sus aspectos arquitectónicos, en los que destaca su cubierta con 1500 módulos solares que producen la suficiente energía solar para abastecer todas las necesidades del estadio. De cara a la Copa del Mundo de fútbol de 2014 se modernizó, completándose un techo sobre las cinco gradas. Eso sí, redujo su capacidad de 96.000 a los 80.000 asientos que posee en la actualidad. Además, se ha ganado en comodidad, pues los espectadores cuentan ahora con mayor visibilidad gracia hacia una mayor inclinación de los asientos y éstos tienen ahora más espacio entre ellos.

Por desgracia, tras la celebración de los Juegos Olímpicos sufrió daños debido a la falta de mantenimiento causada porque la empresa administradora del estadio estuvo implicada en un gran caso de corrupción y se negó a continuar con el mantenimiento del estadio. El mítico estadio cayó en un estado lamentable de abandono debido a la disputa entre la citada empresa, el Gobierno de la ciudad y la organización de los Juegos. Los daños son cuantiosos: desaparición del 10% de los asientos, ventanas rotas, hierba desaparecida e invasión de gusanos. Todo porque la empresa que gestiona el estadio afirma que la organización de los Juegos no devolvió el estadio en las condiciones estipuladas en el contrato de cesión y, por su parte, la organización de los Juegos Olímpicos negó las acusaciones, pero un juzgado obligó finalmente a la organización de Río 2016 a pagar el coste de las reparaciones.

Estadio Maracaná. Arriba, durante los JJOO (Foto de Getty), Abajo, abandonado

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