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DAVE SIME: LA ESTRELLA DEL ATLETISMO ENCARGADA DE INTENTAR LA DESERCIÓN DE UN ATLETA SOVIÉTICO EN ROMA 60

La vida del atleta Dave Sime se puede calificar de fascinante. Uno de los mejores atletas de su época, sin embargo se le escapó obtener una medalla de oro olímpica. El nacido en Nueva Jersey llegó a ser el mejor velocista del mundo a mediados de los años 50, habiendo conseguido (o igualado) cinco récords mundiales al aire libre y cuatro en pista cubierta, tanto en carreras cortas como de vallas. Pero la mala suerte le persiguió siempre. No desdeñemos también un dato que quedará en los anales: fue reclutado por la CIA con el objetivo de que hiciera desertar a un atleta soviético.

Pero vayamos por partes. El joven Dave Sime estaba tan dotado para el deporte que podría perfectamente haberse convertido en una estrella del béisbol o de otros deportes -y nada de atletismo propiamente dicho, por cierto, pues aún no lo practicaba-. En tan bueno en deportes que llegó a obtener multitud de ofertas de becas en universidades…y rechazó 23 de ellas. Incluso una oferta que ascendió a 65.000 dólares del equipo de fútbol americano de los New York Giants. Él con lo que soñaba era con convertirse en piloto militar, solicitando entrar ni más ni menos que en la Academia militar de West Point, pero fue rechazado ya que fue entonces cuando, en el reconocimiento médico previo, se descubrió que era daltónico. Finalmente aceptó una beca de béisbol en la universidad de Duke y allí participó en los equipos de fútbol americano, atletismo y el citado béisbol. En realidad empezó en el atletismo por recomendación de los entrenadores de béisbol al ver la velocidad en la que recorría la pista, incluso con el inadecuado calzado del deporte del bate. Como en tantos otros casos, los entrenadores vieron auténtico potencial de cara a unos Juegos Olímpicos y no se confundieron.

Presente en las portadas de la Prensa de la época

Sime ya tendría que haber sido atleta olímpico en los Juegos de Melbourne 56, pero una lesión le apartó de ellos. Era favorito para haberse colgado hasta tres medallas del más precioso metal. Otra curiosidad sobre la causa de su lesión: ésta se produjo al caer en la primera vez en que montó a caballo en su vida.

Pero Dave Sime sí llegó a brillar en unos Juegos Olímpicos. Ocurrió en la siguiente cita de Roma 60. Todos pensaban que él sería el vencedor de la carrera de los 100 metros. Su salida fue pésima, tanto que el cronista de “Sports Illustrated” la relató como que “salió de los tacos como un borracho con patines”. No obstante se repuso hasta llegar a la meta igualado con el alemán Armin Hary. El pie de Sime fue el que cruzó primero la meta. También su cabeza, que lanzó hacia adelante a la desesperada, pero el reglamento dice que llega primero el que cruza por delante su torso y no fue el del estadounidense en hacerlo. En cualquier caso la diferencia fue tan mínima como la equivalente a una pulgada. Para rematar su mala suerte con los Juegos Olímpicos decir que Sime participó en el relevo 4×100 que ganó Estados Unidos, incluso batiendo el récord mundial…pero el equipo fue descalificado por haber pasado el testigo del primer cambio fuera de la zona de 20 metros establecida.

Dave Sime, a la derecha. Llegada en Roma 60. Foto de AP

Independientemente de sus actuaciones deportivas hay que destacar algo de su paso por los Juegos de Roma. La CIA le contactó para que interviniera en una posible deserción del atleta soviético Igor Ter-Ovanesyan. Éste llegó a mantener varias conversaciones, tanto con Sime como con otro atleta estadounidense contactado por la CIA, pero finalmente el soviético no se atrevió a dar el gran paso. En parte porque Ter-Ovanesyan temía que sus conversaciones con los americanos estuvieran siendo interceptadas, en parte porque en la URSS el Gobierno le había dado un apartamento, un coche y un trabajo (y promesas de una mejor vida en caso de conseguir medalla), mientras que Estados Unidos le ofrecía poco más que “libertad” y, finalmente, en parte por no poder regresar a su país ni ver a su familia, con el añadido de la fundada sospecha en que a su padre ya no le nombrarían decano del Instituto de Arte de Lvov e incluso podría acabar en la cárcel por la deserción de su hijo. Como remate, el saltador de longitud soviético declararía más tarde que él se “sentía un auténtico ciudadano soviético completamente convencido de que el sistema soviético era el mejor”.

Acabado este inusual capítulo en la vida del deportista Dave Sime y una vez retirado del atletismo el subcampeón olímpico estudió Medicina, especializándose en oftalmología. En este campo llegó a ser una eminencia, tanto como para tratar los ojos de Richard Nixon o de otras estrellas del deporte, como Sugar Ray Leonard, por citar tan solo uno. Sime llegó a ser un pionero de los trasplantes de lentillas intraoculares.

Toda su descendencia (incluida la política) ha triunfado en diferentes deportes: tenis, lucha, fútbol, fútbol americano, etc. Sime ha quedado en los anales olímpicos como la estrella que no logró ser campeón de la cita deportiva más grande y que fue “reclutado” por la CIA en plena Guerra Fría en medio de unos Juegos Olímpicos.

Foto de Getty Images

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