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KEVIN McDOWELL: SUPERAR UN CÁNCER Y VENCER UNA MEDALLA EN TOKIO 2020

El triatleta Kevin McDowell protagonizó en Tokio 2020 una de las historias de superación más destacables realizadas en Juegos Olímpicos. Quedó sexto en la prueba individual, logro que seguramente no mencionaríamos si no fuera porque años antes superó un cáncer. Es más, de Tokio no se fue de vacío, sino que se convirtió en medallista al lograr junto a sus compañeros de equipo la medalla de plata en la prueba de relevos mixtos, de nueva implantación en el programa olímpico.

Foto de World Triathlon

Kevin destacó desde bien pronto, ganando para Estados Unidos la medalla de bronce en el relevo mixto en los Juegos de la Juventud disputados en Singapur en 2010. En ellos también se hizo con la medalla de plata individual. Esos Juegos suponen en muchos casos el primer éxito destacable en las incipientes carreras de muchos deportistas, que luego se ven ratificados en futuros Juegos Olímpicos. Así que el futuro se le presentaba de lo más halagüeño al de Illinois, pero ese mismo año se le diagnosticó el linfoma de Hodgkin. Tenía por entonces apenas 18 años y había llegado un día a casa con la clavícula y parte del cuello hinchados. Como su madre es enfermera entendió enseguida los síntomas y su gravedad. Kevin fue tratado inmediatamente y llegó a pensar en que no solo acababa en ese momento su carrera, sino incluso su vida.

Durante largos periodos combinó largas sesiones de quimioterapia con entrenamientos. Ahora piensa que las carreras que se echaba por entonces fueron una locura, ya que comenzó a entrenar sólo seis meses después de las sesiones de quimio, pero su afán competitivo le podía. De todas formas su cuerpo no aguantó ese ritmo. Se tomaba descansos entre competiciones, pero no llegaba a estar nunca ni remotamente en forma. Las prisas son malas consejeras, pero se puede entender que su juventud y sus brillantes resultados previos a la enfermedad le hicieran querer seguir practicando y compitiendo en triatlones. Durante mucho tiempo fue buscando la combinación perfecta para entrenar y que su cuerpo descansara lo suficiente. Se puso el límite de una hora de actividad deportiva al día, tras su apresurado regreso. Así, hasta que la mejoría en su estado fue más relevante. En 2014 su regreso podríamos decir que fue total, alcanzando incluso un podio en la Copa del Mundo. Sin embargo, no llegó a tiempo para clasificarse para los Juegos de Río (de los de Londres ya se olvidó, teniendo más que reciente su enfermedad). El no poder convertirse en deportista olímpico le desesperó, pero puso su punto de mira en la siguiente cita olímpica de Tokio.

Foto de ABC Chicago

A estas alturas Kevin McDowell acumula 92 participaciones con 14 podios y dos victorias, además de la valiosísima medalla olímpica en relevos mixtos ya mencionada. Un palmarés nada despreciable para un chico que hace diez años lo pasó realmente mal y del que ni se esperaba pudiera volver a la alta competición. En el Parque Marino Odaiba de Tokio cumplió su sueño, no ya con la medalla por equipos, sino con haber tomado parte en la prueba individual, fuese cual fuese su resultado. Durante su estancia en Japón antes de participar en las pruebas olímpicas dedicó su tiempo libre a leer infinidad de cartas de familiares y amigos dándoles su apoyo. Esos buenos deseos le empujaron, según confiesa; en particular tres: las cartas de sus padres, abuelos y hermana, que leyó justo antes de empezar la final olímpica. No ponemos en duda el peso que tuvieron para “empujarle” en la prueba.

Foto de World Triathlon

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